La música poco a poco logra hacer que me duerma. Esta vez no he necesitado leer el libro, pero lo aprieto contra mi pecho como si fuera ella, mi Aria. El calor de la manta me hace sentir como si ella estuviera conmigo, dándome su calidez. La amo y siempre voy a amarla, aunque la odie de manera infin
AriaDespedirme de mis trillizos adictos a mamá no es tarea fácil. Si bien Jack y Juliett comprenden a pesar de su tristeza, el que llora para que no me vaya es Alec. No grita ni hace escándalos, pero derrama lágrimas mientras me abraza, lo cual me provoca llorar también. El vínculo que sentimos es
Aria Me es imposible dormir en toda la noche pensando en lo que me dijo mi hermano, pero sobre todo me cuesta porque no tengo a mis hijos a mi lado. Muchas veces la gente me ha aconsejado que debería dejarlos dormir en sus propias habitaciones, pero me niego rotundamente a hacerlo. Si algo disfruto
—Para mí ha sido algo bueno y a su vez muy doloroso —confiesa sin apartar la vista de la carretera—. Creo que vas a poder entender por qué quiero que asumas la vicepresidencia. —Me estás asustando. —Tranquila —me pide—. Yo estaré todo el tiempo a tu lado. Incluso si decides aceptar, Alec nunca s
Aria Mi padre me alcanza y me rodea con sus brazos antes de que yo pueda acercarme o alejarme. Por unos segundos me quedo paralizada, sin poder respirar o hacer algo al respecto, pero entonces la realidad me golpea y reacciono, llorando a lágrima viva y abrazándolo con tanta fuerza que creo que se
—Te lo agradezco, hijo —le dice papá—. Pero según los médicos, ella ya no despertará y está sufriendo, muriendo lentamente. Daría mi vida para que las cosas fueran de otra forma, pero no es así. —No puede ser —sollozo con el rostro entre las manos—. No, no, no, mamá... —Tenemos que intentarlo —d
Alec Me echo a reír ante sus afirmaciones y me giro para darles la espalda. Cuando me vuelvo hacia ellos, me he dejado de reír y los miro con un odio que duele y que va a matarme si no suelto lo que tengo que decirles. —Son tal para cual, malditos cerdos traidores —grito. —Tal y como tú lo eres
Aria—¿Estás bien? —me pregunta Ethan cuando arranca la camioneta.—Por supuesto que no —le digo, rompiendo en llanto otra vez.¿Cómo le digo que me siento tan culpable? No solo me causa culpa el no poder hacer nada por salvar la vida de nuestra madre, sino el haber dejado de pensar por un instante