En esa casa, Aria por fin podrá tener algo de paz... ¿o no? ¡Muchas gracias por leer la historia! Si te está gustando no te olvides de comentar, votar y dejar tu reseña.
Alec No me siento capaz de ver más el dibujo que Richardson ha hecho sobre ese hombre, pero no lo necesito. La imagen la tengo muy bien grabada en el cerebro y sé que no la dejaré ir hasta que no lo elimine.En el fondo sé cuán absurda es la descripción que hicieron, pero el detective afirmó que el
—Tiene todo el sentido del mundo, te amo —le contesto—. Vuelve, Aria, vuelve a mí. —Estoy embarazada. —Lo sé —sonrío al tiempo en que las lágrimas bajan por mis mejillas—. Amo a ese bebé, te amo a ti. Quiero una vida junto a ustedes. —Alec, ¿qué estás haciendo? —me pregunta Natasha—. ¿Con quién h
Aria La casa no es menos hermosa por dentro, pero admito que me dio miedo el primer día porque el trasladarse de una zona a otra es difícil por lo grande que es. Sin embargo, llevo más de una semana aquí y me he adaptado mejor de lo que creí. También me he adaptado bastante al hecho de prácticament
Cuando me doy cuenta, ya he llegado a la cocina, la cual es enorme y de muebles blancos de granito. Me encanta estar aquí y ver a las empleadas cocinar, también que me inviten a ser parte de la preparación cuando hacen pan o algún postre. En esta casa es tradición halagar al visitante o a los dueños
Alec Aria y ese hombre no dejan de besarse por más que grito y mis pies no se mueven para correr en su dirección porque los tengo anclados al suelo. Es como si yo estuviera muerto para ellos, para todo el mundo. El miedo se acrecienta cada vez más, pues ese beso se profundiza y llega a niveles dema
—No pueden, están sujetos a un contrato que…—Escuché por allí que quieren aliarse —continúa—. Y si eso pasa…—Supongo que tendremos que actuar —digo con apenas interés en el asunto.En el fondo me preocupa que el destino de mi compañía sea la quiebra, no obstante, no tengo demasiadas energías. Los
AriaEl clima un poco helado de Ravenswood no dura demasiado tiempo. A las pocas semanas de que llego, la vegetación se vuelve de un verde más brillante y ya no cae más granizo, de esos que congelan la noche y hace que tenga que dormir con muchas capas de ropa encima. Además de eso, la compañía de J
—Sí, claro —dice mirando su fino reloj. En ese momento se levanta y se estira un poco—. Ahora vuelvo y brindaremos. —Está bien. Acomodaré esto. —Señalo el tablero de ajedrez. Ethan solo asiente y se marcha hacia la casa, dejándome a solas en el jardín. La piscina se ve como algo tentador, pero me