El embarazo de Maddy iba muy bien, su belleza natural resaltaba, su piel estaba brillante y su abultado vientre se le veía muy hermoso; se maquilló, peinó y vistió haciendo resaltar sus lindos rasgos; llegó temprano a la aerolínea para pasar a saludar a Johana, de allí fue directamente a la oficina de su esposo, donde fue recibida por una despampanante secretaria.
–Buenas tardes –saludó acercándose a su escritorio.
–Buenas tardes, ¿en qué puedo servirle?
–El señor Renán Viteri, ¿estará ocupado?, quisiera visitarlo.
–El señor Viteri no recibe visitas no
Estaban en la cita del sexto mes de control prenatal y conocían ya el género de dos de sus bebés: –Puedo decir sin duda alguna que en uno de los sacos hay dos varoncitos, en el otro no puedo identificarlos todavía, se encuentran en una posición que no me permite determinar nada. –Dos varones y dos sorpresas –exclamó Maddy–, tal vez más adelante se dejen ver. –Así es, a partir de este momento, haremos más frecuentes los chequeos, todo va bien, pero al entrar al último trimestre debemos extremar precauciones, ahora si necesito que se mantenga en reposo absoluto, ningún esfuerzo físico y la dieta más estricta, sé de su debilidad por el helado
Cada día Kelsey trataba de demostrarle a Alberto lo mucho que lo amaba, en la privacidad de su habitación parecía que nada ni nadie podría perturbar su felicidad, él era sumamente apasionado con ella, ambos alcanzaban el cielo con cada encuentro íntimo, se expresaban con gestos y palabras lo mucho que se amaban.Lamentablemente, al quedarse a solas, la amarga realidad caía sobre la joven diseñadora con todo el peso de la maldad de su suegra, que parecía haber hecho su propósito de vida, el arruinarle la existencia a su nuera.Kelsey llevaba días trabajando incansablemente en una muestra de diseños que sería su puerta de entrada al mercado europeo, tenía todo listo, solo esperaba el embalaje especial que había encargado para el traslado de los trajes.Su sorpresa fue mayúscula cuando ingresó a su taller y todos los vestidos estaban chorreando un
Varios días atrás, Román tuvo que ir a la oficina en mitad de la noche por un negocio en puertas con una empresa japonesa, al llegar al estacionamiento le extrañó ver el automóvil de Alberto, así que fue directamente a la oficina de su amigo para averiguar el porqué estaba allí a esa hora.Entró a su oficina y lo encontró de bruces sobre el escritorio: –Amigo, ¿qué haces?, ¿por qué estás aquí a esta hora? –Eh…, ah…, hola, no tengo adónde ir. –¿Cómo es eso? –Sabes que me deshice del apartamento al
Sin pausa y sin prisa, el tiempo continuó su paso, se iba a realizar un evento muy importante, era una gala benéfica a la que asistía la crema y nata de la alta sociedad de Seattle; tres de los cuatrillizos Viteri acudieron ya que Alonzo estaba de regreso en Roma; Randy, totalmente recuperado los acompañaba esa noche y todos lucían guapísimos a pesar de su edad.Román se presentó acompañado de Sienna, fue en representación de Renán quien no se despegaba de Maddy ya que estaba en la etapa final de su embarazo y de Alberto, quien se mantenía activo, pero sin ánimo para eventos sociales; Edison todavía no regresaba a la ciudad, pero de igual forma ya estaba retirado de la aerolínea, así que el abogado era esa noche: Aerolíneas Viteri.La velada transcurría en una elegante festividad las damas lucían trajes exclusivos y los caballeros aprovec
“Él es mi padre” –escuchó Román el susurro de Sienna, entonces se giró hacia el señor para decirle: –Señor Delonardo, mucho gusto, soy Román Fernando Molina Escalante y estoy perdidamente enamorado de su hija, quien hoy me ha hecho el hombre más feliz aceptando casarse conmigo. –¿Estás hablando en serio? –quiso saber Sasha saliendo desde detrás de su marido, para encarar a Román–, ¿de dónde saliste? –Del vientre de mi madre –respondió con desparpajo porque si había alguien a quien despreciara sin conocerla era a la madre de Sienna.&nbs
El matrimonio Hubert recibió a la pareja Viteri en la entrada de la clínica y, de inmediato, las contracciones de Maddy se hicieron presentes. –Maddy –llamó la doctora–, de acuerdo a la imagen, no todos los bebés están en posición, sé que hablamos de la posibilidad de hacerte cesárea y este es el momento en que te digo que es la mejor opción, así evitaremos el sufrimiento de los fetos y no te forzaremos a ti a un parto vaginal que podría complicarse con uno o dos de los bebés. –De acuerdo, ¿pero la harán hoy mismo?, pensé que esperaríamos hasta la semana treinta y dos. –Sería lo ideal, pero tus pequeños est&aacu
Maddy fijó la mirada miel en el hermoso rostro de su esposo, sus ojos azul cielo la observaban con arrobo. –¿Por qué me ves así? –Porque te admiro, te agradezco y te amo con cada célula de mi cuerpo –dijo antes de besarla con suma devoción. –Permiso tortolitos –interrumpió el abuelo Amadeo–, necesito abrazar a mi nieta que me ha dado otro inmenso regalo de vida.Al abrazo de Amadeo, le siguió el de Américo y el de Aurelio; Randy tomó sus manos y las besó mientras la miraba con los ojos anegados en lágrimas. –¡Cuñada!, no puedo con tanta emoció
Al momento del parto de Kelsey, todo el proceso fue rutinario hasta que le informaron que el bebé había muerto, ella, incrédula, gritaba que lo escuchó llorar, que su hijo nació vivo, cuestionaba qué pasó y solo recibía respuestas vagas. Su amiga Trissie, que permaneció con ella en todo momento, trataba de consolarla, algo que resultó imposible porque Kelsey sentía que su alma y su corazón se estaban rompiendo en mil pedazos.Los doctores decidieron sedarla y mantenerla bajo observación médica, Maddy y Sienna fueron notificadas, ésta última, en su papel de abogada, trató de obtener información sobre el deceso del bebé, pero todos se mantuvieron herméticos, a pesar de que amenazó con abrirles una investigación penal.El día que le dieron de alta, Kelsey se encontraba abatida, cabizbaja y sin &aacut