En la casa del lago no había mucho espacio, la misma estaba abarrotada de gente, pero eso le causaba mucha felicidad a los cuatrillizos ancianos, quienes adoraban estar rodeados de familia, especialmente Aurelio que era el organizador oficial de los eventos, así como Amadeo quien sonreía ampliamente viendo a su hijo y a toda su descendencia.
El único punto discordante fue la hermana menor del padre de Madeleine, Mía, quien en un momento que hablaron del embarazo, repitió su discurso sobre la inconveniencia de traer niños al mundo, lo que fue rebatido efusivamente por todos los asistentes a la reunión, así que no le quedó más opción que morderse la lengua.
–¿Qué le pasa a esa señora? –cuestionaba Renán.
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Cuando Renán y Maddy se estaban despidiendo para acudir a la cita médica de Obstetricia, Randy se acercó lentamente a su hijo, abrió los brazos y al tener a su hijo entre ellos le dijo: –Hijo, estos pocos días me han dejado ver lo afortunado que soy, no había valorado lo que es la familia hasta ahora, quiero prometerte que el tiempo que me quede voy a dedicarlo, cada día, a decirte lo mucho que lamento no haber sido el padre que merecías. –Papá, el tiempo que te quede y espero que sea mucho, debes dedicarlo a disfrutar de tu familia, no te lamentes cada día porque le vas a restar oportunidad a la felicidad. –Gracias hijo, eres el mejor.Renán solo sonrió y l
Ese mismo día y con la facilidad de improvisación que tenía el tío Aurelio para organizar eventos, preparó una fiesta de princesas para Liseth, quien estuvo maravillada con todo, fue un buen día para ella y para Deyanira, quien veía a su hija emocionada con los detalles de su celebración de cumpleaños.Richard asistió con una gran caja que entusiasmó mucho a Liseth y al abrirla gritó de alegría, ya que era la casa de muñecas más grande que hubiera visto, por fin el pretendiente de su madre se ganaba una sonrisa de la pequeña, quien, además, le dio un beso en la mejilla como agradecimiento.Deyanira se acercó a él para decirle: –Gracias Richard, has hecho muy feliz a mi pequeña. &n
El embarazo de Maddy iba muy bien, su belleza natural resaltaba, su piel estaba brillante y su abultado vientre se le veía muy hermoso; se maquilló, peinó y vistió haciendo resaltar sus lindos rasgos; llegó temprano a la aerolínea para pasar a saludar a Johana, de allí fue directamente a la oficina de su esposo, donde fue recibida por una despampanante secretaria. –Buenas tardes –saludó acercándose a su escritorio. –Buenas tardes, ¿en qué puedo servirle? –El señor Renán Viteri, ¿estará ocupado?, quisiera visitarlo. –El señor Viteri no recibe visitas no
Estaban en la cita del sexto mes de control prenatal y conocían ya el género de dos de sus bebés: –Puedo decir sin duda alguna que en uno de los sacos hay dos varoncitos, en el otro no puedo identificarlos todavía, se encuentran en una posición que no me permite determinar nada. –Dos varones y dos sorpresas –exclamó Maddy–, tal vez más adelante se dejen ver. –Así es, a partir de este momento, haremos más frecuentes los chequeos, todo va bien, pero al entrar al último trimestre debemos extremar precauciones, ahora si necesito que se mantenga en reposo absoluto, ningún esfuerzo físico y la dieta más estricta, sé de su debilidad por el helado
Cada día Kelsey trataba de demostrarle a Alberto lo mucho que lo amaba, en la privacidad de su habitación parecía que nada ni nadie podría perturbar su felicidad, él era sumamente apasionado con ella, ambos alcanzaban el cielo con cada encuentro íntimo, se expresaban con gestos y palabras lo mucho que se amaban.Lamentablemente, al quedarse a solas, la amarga realidad caía sobre la joven diseñadora con todo el peso de la maldad de su suegra, que parecía haber hecho su propósito de vida, el arruinarle la existencia a su nuera.Kelsey llevaba días trabajando incansablemente en una muestra de diseños que sería su puerta de entrada al mercado europeo, tenía todo listo, solo esperaba el embalaje especial que había encargado para el traslado de los trajes.Su sorpresa fue mayúscula cuando ingresó a su taller y todos los vestidos estaban chorreando un
Varios días atrás, Román tuvo que ir a la oficina en mitad de la noche por un negocio en puertas con una empresa japonesa, al llegar al estacionamiento le extrañó ver el automóvil de Alberto, así que fue directamente a la oficina de su amigo para averiguar el porqué estaba allí a esa hora.Entró a su oficina y lo encontró de bruces sobre el escritorio: –Amigo, ¿qué haces?, ¿por qué estás aquí a esta hora? –Eh…, ah…, hola, no tengo adónde ir. –¿Cómo es eso? –Sabes que me deshice del apartamento al
Sin pausa y sin prisa, el tiempo continuó su paso, se iba a realizar un evento muy importante, era una gala benéfica a la que asistía la crema y nata de la alta sociedad de Seattle; tres de los cuatrillizos Viteri acudieron ya que Alonzo estaba de regreso en Roma; Randy, totalmente recuperado los acompañaba esa noche y todos lucían guapísimos a pesar de su edad.Román se presentó acompañado de Sienna, fue en representación de Renán quien no se despegaba de Maddy ya que estaba en la etapa final de su embarazo y de Alberto, quien se mantenía activo, pero sin ánimo para eventos sociales; Edison todavía no regresaba a la ciudad, pero de igual forma ya estaba retirado de la aerolínea, así que el abogado era esa noche: Aerolíneas Viteri.La velada transcurría en una elegante festividad las damas lucían trajes exclusivos y los caballeros aprovec
“Él es mi padre” –escuchó Román el susurro de Sienna, entonces se giró hacia el señor para decirle: –Señor Delonardo, mucho gusto, soy Román Fernando Molina Escalante y estoy perdidamente enamorado de su hija, quien hoy me ha hecho el hombre más feliz aceptando casarse conmigo. –¿Estás hablando en serio? –quiso saber Sasha saliendo desde detrás de su marido, para encarar a Román–, ¿de dónde saliste? –Del vientre de mi madre –respondió con desparpajo porque si había alguien a quien despreciara sin conocerla era a la madre de Sienna.&nbs