Renán palmeó la espalda de su amigo y se incorporó para ir al encuentro de Fernanda, la chica estaba en la cocina preparando café para todos.
–Señorita, ante todo quisiera agradecerle los cuidados a Edison, realmente tiene mejor aspecto.
–No ha sido fácil porque cede un poquito y de pronto como que se acuerda de lo que le pasó y se encierra en su habitación, pero ahí voy poco a poco, digamos que lo mejor es que ahora se baña y come, jejeje.
–¿Usted tiene familia aquí?
–En Seattle no, pero en Miami si tengo, ¿por qué?
&
Román y Renán se despidieron en las afueras del edificio de Edison, con un fuerte abrazo y deseándose una feliz Navidad, tal vez no se vieran hasta el año nuevo, sin embargo, se mantendrían en contacto; Renán subió a su vehículo y se dedicó a ordenar todo lo concerniente al viaje de su amigo Edison hasta California, seguidamente les avisaría a sus padres y esperaba que todo resultara con bien para Edison.Román también abordó su vehículo, sonrió con una gran determinación en su mente y tomó rumbo a la vivienda de Sienna Delonardo, llegó en poco tiempo, no encontró mucho tráfico y era relativamente cerca, respiró profundamente tres veces y descendió, caminó decidido y al estar frente a la puerta, tocó a la misma con ansiedad.Sienna abrió la puerta, estaba con la cara lavada, usando una bata sobre su pijama rosada, el cabello recogido en un moño desordenado que dejaba varios mechones sueltos, abrió sus grandes ojos con asombro, pero no tuvo tiempo de pronunciar ninguna palabra.Su boca
Durante el largo vuelo de regreso, Alberto ladeó su cabeza para ver a la hermosa y dulce mujer que descansaba en su hombro, venían de haber pasado unos maravillosos días donde solo existieron ellos dos, él tenía el firme propósito de repetir esa experiencia tantas veces como fuera posible.Cerró los ojos y su mente viajó hasta el día donde tuvo su primer encuentro con la mujer que ahora se sentaba a su lado entrelazando sus manos y que, felizmente, había convertido en su esposa:INICIO DE FLASHBACKUn sábado cualquiera con el sol brillando en lo alto, aunque amenazado por unas nubes que estaban emergiendo en el horizonte, Alberto Enrique decidió visitar su tienda de corbatas favorita en un centro comercial abarrotado de clientes por ser fin de semana de descuento en todas las tiendas.“Creo que escogí un mal día” –se dijo mentalmente al verse rodeado de tantas personas, pero considerando que solo visitaría una tienda y sabía exactamente lo que deseaba, decidió seguir adelante.Al lleg
Alberto llegó a su espacio privado y cerró la puerta, tomó su teléfono dispuesto a responder el mensaje que había recibido y que esperaba ansioso. Cuando estaba en casa se comunicaba con la “joven de la escalera” por mensajes ya que, por instinto, protegía su relación con ella de su madre, aunque a veces se reclamaba ser tan desconfiado, la reciente conversación con su progenitora le daba algo de razón para continuar así.Kelsey: Ya estoy en casa, todo bien.Alberto: Me alegro mucho, ¿cómo estuvo la clase?Kelsey: Como siempre interesante y yo tratando de absorber todas las indicaciones de los profesores.Alberto: Mañana estaré bastante ocupado durante el día, pero podré buscarte al salir de tu trabajo.Kelsey
Ya en tierra firme y antes de subir al automóvil que los llevaría a la casa donde comenzarían su nueva vida juntos, llamó a su madre para informarle que acababa de aterrizar y que se verían muy pronto.La siguiente llamada fue en conferencia para sus amigos Román y Renán: –Señor Cordis –saludó Román–, bienvenido de vuelta. –Jode que estás en la edad –respondió Alberto, riendo. –Amigo, pregunta obligada –intervino Renán– ¿nos vemos mañana? –Les confirmo luego amigos, porque no lo he coordinado con mi
Los padres de Edison lo salvaron del interrogatorio al que iban a someterlo sus hermanos y cuñados, el señor Pejafiel les pidió ayuda para colocar unas luces y organizar una gran mesa en el porche y así ocupar el espacio para la cena de ese día, aprovecharían que la temperatura, aunque fría, sería tolerable para las damas presentes.Los hombres se dedicaron a seguir las instrucciones del jefe de familia, mientras la madre de Edison se unió a sus hijas y a la invitada del día, ya que así consideraba a Fernanda. –Hola chicas, ¿qué hacen? –preguntó la señora al llegar al rincón donde sus hijas tenían acorralada a Fernanda. –Aquí mami, pidiéndole todos sus
Román y Sienna llegaron a Montana a muy buena hora, pero el frío era muy intenso, por lo que ambos descendieron del vehículo que los trasladó desde el aeropuerto, muy bien abrigados. –¿Estás bien? –preguntó solícito Román a Sienna al verla frotarse las manos enguantadas. –Se me va a congelar el cerebro aquí, y yo decía que en Seattle hacía frío, qué ingenua –comentó riendo. –Ven, entremos a la casa. –Desde aquí se ve preciosa. –Gracias, mi madre es la encargada de las
Alberto abrió la puerta de la casa sujetando fuertemente la mano de su esposa Kelsey, quien había sido presa de los nervios, inesperadamente. Él la miró con una gran sonrisa y depositó un beso en su sien, justo antes de girar el pomo de la puerta; entraron y la primera en salir a saludar fue Helen, su nana. –Mi niño, bienvenido, hola mi niña, ¿cómo estuvo su viaje? –Maravilloso señora Helen, muchas gracias. –Me alegro mucho. –Hola hijo –saludó Colomba Eloísa desde lo alto de la escalera–, te esperaba un poco más tarde.
En la casa del lago no había mucho espacio, la misma estaba abarrotada de gente, pero eso le causaba mucha felicidad a los cuatrillizos ancianos, quienes adoraban estar rodeados de familia, especialmente Aurelio que era el organizador oficial de los eventos, así como Amadeo quien sonreía ampliamente viendo a su hijo y a toda su descendencia.El único punto discordante fue la hermana menor del padre de Madeleine, Mía, quien en un momento que hablaron del embarazo, repitió su discurso sobre la inconveniencia de traer niños al mundo, lo que fue rebatido efusivamente por todos los asistentes a la reunión, así que no le quedó más opción que morderse la lengua. –¿Qué le pasa a esa señora? –cuestionaba Renán. &ndash