Cap. 92: TUS TRES MUJERES—Ricardo vamos a mi despacho, quiero que hablemos un momento.Al entrar en el despacho don Marcos aguó sus ojos.—Tú mejor que nadie sabes lo dolido que estoy con todo esto de Eneida. Nunca pensé que su regreso a esta casa fuese de esa manera, pero mi forma de llevar la cosas con ella no fueron las correctas por eso estoy recibiendo estas consecuencias.—Ni tú ni Mara son culpables de que ella tuviera ese tipo de sentimientos. Y mucho menos de que nos hiciera daño con ellos. A veces las personas somos tan egoístas con los seres que amamos.—Esa noche en el bar me dijiste que volverías a esta casa con Isabel. ¿Recuerdas lo que te dije en ese entonces?—Cada palabra… Dijiste que Isabel jamás borrará la deshonra de su vida ni con millones de comunicados a los medios. Dijiste que la sociedad no perdona. —“A Isabel nadie tiene nada que perdonarle”, eso dijiste tú, hijo. Y cerraste los ojos para casarte con ella.—Estás equivocado, ahora los tengo más abiertos
Cap. 93: LA VERDADRicardo se volvió a Isabel con extrañeza en su rostro…—A ver Ricardito muéstrame que es lo que dice tu table…—Mira papi —Ricardo lee:—“Mujer: Está es la posible causa de tus vómitos matutinos” —se vuelve a Isabel que está tiesa y sigue leyendo—: ¿Has notado algo más que tus vómitos al levantarte? ¿Palpitaciones aceleradas? ¿Mareos inusuales? ¿Desagrado al sentir el olor de tu café matutino? ¿Tus senos están más llenos? —Ricardo vuelve a mirarla fijándose en sus senos, y continúa en voz alta:—Ve directo a practicarte una prueba de embarazo… Y luego habla con ese hombre con quién tuviste un apasionado momento y con una gran sonrisa dile ¡Vamos a tener un bebé!Ricardo enseria su rostro. Sus ojos se oscurecen y con inexpresiva mirada se vuelve a Ricardito…—Toma hijo, saldremos de dudas ahora mismo —se asoma a la puerta y le ordena a la niñera—. Póngales zapatos que vamos a salir todos. Ellos corren a su habitación seguidos de la señora... Ricardo se acerca a
Cap. 94: POR ELLA—Espera Isabel, dile a Ricardo de una vez por todas, de quien es esa niña, creo que se merece saberlo…Ricardo se quedó helado, mirando fijamente a Marcos, sus pupilas se enrojecieron, su mirada era chispeante. Se levantó lentamente de la silla, mientras esta rodaba ruidosamente.—Eres un idiota papá… ¿No sabes que hablas con un hombre? —Le dijo—. ¿O es que crees que por qué te respeto te tengo miedo?—¡Cuida tus palabras Ricardo! Recuerda con quien hablas.—¿Y tú? ¿Tú si puedes ofender y gritar a los demás? ¿Entonces quién eres tú? ¿Eres más hombre que yo? ¡No me jorobes!…—Esta mujer se fue de tu lado hace mucho tiempo, hizo una vida de la cual tú no tienes pruebas de que hizo y que no hizo, apareció aquí con otro hombre bajo su sombra, ese que hundiste en la cárcel para luego obligarla a ella a casarse contigo de nuevo.Isabel se volvió a Ricardo y resopló…Marcos los veía a los dos.—No seas ridículo, tú sólo buscas jodernos la relación que de nuevo estamos em
Cap. 95: SANGRERicardo entró a la clínica con Isabel aún en brazos, hasta que la colocó en una camilla.—Todo estará bien, eres fuerte e Isabelita también lo es, es tu hija, nuestra hija —Isabel hizo una mueca de dolor en su rostro y al sacar sus manos del cuello de Ricardo, las colocó en su rostro para luego mirarse en sus ojos hasta que la alejaron en la camilla. Ricardo frunció el ceño y dándose la vuelta llamó al detective que tiene en A Guarda.—¿Puedes decirme quien coño merodea la casa de Isabel además de ti?—Nadie, cuando su esposa está en su casa los únicos que entran y salen de ahí son usted, el jefe Guzmán, la señorita Arruti y Alberto Gómez y a este último, a pesar de ser el prometido de la señora Isabel, ella generalmente no se queda a solas con él, y si lo hace lo saca enseguida, además, cuando él esta ella deja las puertas abiertas, aunque siempre están los niños y una niñera.—Me refiero a otras personas, yo sé muy bien lo que hay con ese imbécil de Gómez. Me refi
Cap. 96: PRECIADAS. Ricardo ordena en sus pensamientos todo lo que le informó el detective. «¿Por orden de quién estará esa mujer detrás de Isabel? Esa noche mi padre dice que él me llevó al hotel, pero no recuerdo ese momento. Estoy consciente hasta que me terminé el último trago de la botella que él mismo me sirvió… Hasta ese momento recuerdo todo lo que hablamos, palabra por palabra… Marcos me preguntó si yo recordaba todo lo que hablamos esa noche… Desde que me preguntó eso yo siento que allí hubo un mensaje subliminal, pero no logro descifrar ese mensaje. ¡Maldita sea no debí haber tomado tanto esa noche!»Bajó del auto después de un rato tratando de recordar algo más, pero no le fue posible. Entró a la clínica y al acercarse a donde estaba Isabel, detrás de la cortina oyó a Cecilia que llegaba al lado de su hija. Dio unos pasos atrás.—Hija, ¿Cómo te sientes? —le preguntó Cecilia.—Mamá —Cecilia puso su mano sobre la de ella, Isabel dejó salir sus lágrimas —¿por qué vinis
Cap. 97: TUTOR LEGALRicardo recibe la llamada de Guzmán.—Jefe, me acaba de hablar Santiago, necesita un jet privado para usted. Hermano, ¿no pudo llamarme personalmente?—¡Mierda! Tienes razón, tiendo a olvidar que eres “el hijo de los Cáceres”, que eres un puto”Cáceres” —¡Que no vuelva a pasar!... —Aseveró Guzmán, mientras Ricardo negaba —. Mire, el viejo suyo ya movió su maquinaria, nadie le alquilará ningún jet, y el cabrón de mi hermano le tiene miedo a los Del Hoyo, así que no puedo usar tampoco ninguno de la empresa.—¡Maldita sea!—Pero espere, porque esta mi jet personal, el que era de mi padre, ese tiene tiempo varado ahí, es pequeño pero está a tope y es mío, él lo dejó a mi nombre y yo no le tengo miedo a “su aita”, ni a sus apellidos.—Eso ya lo sé… —comentó Ricardo.—Usted, vaya a los hangares de los Cáceres, yo di orden para que le den revisión urgente a ese jet y se lo dejen volar a Lisboa, también le mandé a agilizar la salida… así que vaya con Dios, jefe. Y no s
Cap. 98: ¡TÚ NO MERECES!—Mientras podamos luchar por ella lo haremos, porque es eso lo que queremos los dos… —Ricardo tragaba saliva, tratando de engullir ese nudo que lo estaba ahogando en la garganta. Se levantó y al volverse todos estaban expectantes, entonces con aplomó exclamó:—Doctor, ella y yo decidimos luchar por las dos… ¡Haga su parte!Cecilia unió sus manos en plegaria.Ricardo volteó a ver a Isabel y apretó de nuevo su mano, gesto al que ella sonrió aún con los ojos cerrados llorando. Enseguida llegaron a inyectarla y la pasaron a la habitación con las máquinas donde estaba Arturo ya con las mangueras conectadas.Pero en pleno proceso de transfusión los médicos tuvieron que interrumpir, Isabel colapsó… Y tuvo que ir a la sala de Cirugía.***Después de unas horas, Isabel es llevada a la sala de observación, aún no ha pasado el efecto de los sedantes. Ricardo se acerca hasta ella y al contemplarla sus ojos y su rostro se enrojecen, aprieta sus puños, en su garganta un
Cap. 99: ¡NUEVOS ÁNIMOS!Ricardo llega al hospital, con él Mara y la enfermera quien rueda la silla lentamente, sólo va Ricardito tomado de la mano de su padre, pero cuando llega a los ascensores, el controlador niega al ver al niño de la mano de Ricardo.—Lo siento señor, pero no puedo dejar subir a ningún niño a las habitaciones. Es contra la ley y las normas del hospital.—Quiere ver a su mamá, ella acaba de tener una cirugía y quiere verlo —mientras, ágilmente Marcus entra con rapidez y se coloca detrás del ascensorista. El hombre se voltea porque siente el celaje, pero no ve a nadie. Ricardo frunce el ceño y oscureciendo sus ojos ve al controlador y le dice:—¿Puedes, por esta vez, dejar que estemos un ratito con la mamá? Saldremos pronto.—No puedo, me echarán del hospital... —Lo mira apenado, ve la carita triste de Ricardito y luego ve a la cámara, se vuelve poniendo su bolso…—Es peligroso, pero lo dejaré pasar, ya que es un niño tranquilo y me dice que saldrá pronto, no