Cap. 70: RAZONESBrizna le muestra la nota de prensa a Carlota, esta une sus manos en plegaría.—Macarena bendita, cuán agradecida te estoy, al fin se hace justicia con Isabel y sus trillizos.—Sí, mamá. Los Del Hoyo ahora están barriendo a gran velocidad por donde pasará Isabel. ¡Jajaja! Espero que don Marcos le pida perdón a Isabel personalmente, se lo merecen ambos. Ella por ser una gran madre y mujer y él por ser un prepotente y soberbio.Isabel llega de la casa de sus padres asombrada aún. Carlota la abraza y Brizna espera turno y hace lo propio.—Ya era hora amiga… Pero estamos abismadas de saber…—¡Que fue Eneida! —exclama Carlota.—Yo tenía mis sospechas… —agregó Isabel.—Pero… ¿Por qué? —pregunta doña Carlota.—Bueno, lo importante es que se aclaró —acotó Isabel, omitiendo la pregunta—. Sin embargo creo que la declaración pública no era necesaria. Eso es humillante para ellos.—A no Isabel, y la humillación tuya, ¿fue pequeña acaso? ¿No fue el cotilleó social por vari
Cap. 71: SON SÓLO NIÑOSIsabel oye a su hija, sus ojos están tristes y su pensamiento se va a ese día…« Creo que fui muy drástica al mostrarme delante de Ricardo en esa situación, pero debo demostrarle que es real lo que tengo con Alberto, aunque en el fondo no lo sea, el debe creerlo, es la única forma de que crea lo otro. Lo siento tanto, si realmente hubiese querido que estuviésemos juntos ahora lo estaríamos ».—Maiara, tú papá seguramente se sentía mal ese día, por eso estaba triste, yo creo que tú oíste mal —Maiara frunció el ceño… luego sonrió y se encogió de hombros. Se oyó las voces de los niños al llegar.—¡Llegaron mis hermanos mayores! —Maiara salió en carrera.—¡Gabriel! —lo llama Isabel con ese dejo de tristeza en su mirada —¿Puedes esperar a los niños? ¿O prefieres buscarlos en unas dos horas?—No se preocupe, me gusta ver el panorama desde aquí —Dijo Guzmán mirando a Brizna de reojo—. Yo tengo vuelo al puerto en la mañana, si quiere irse conmigo...—¿Vas sólo?—Bu
Cap. 72: ¡MUCHOS AMIGOS!Las dos madres están estupefactas por la noticia que han recibido. Isabel sigue pegada al teléfono.—¿Dónde estás, Ricardo?—Estoy en el colegio. Ya tengo hombres de seguridad buscando por los alrededores. ¿Tienes alguna idea de a dónde pueden haber ido?—Ricardito se conoce algunas vías de aquí, de Madrid, y sabes que él tiene una memoria brillante, él seguramente tomó un transporte y fue a un sitio específico.—Aquí todos están como locos, la policía ya busca también. Y Tú ¿Estás donde Brizna aún?—Yo estoy con la mamá de Anara. Estábamos tratando de resolver los que está pasando con los niños, todo para evitar males mayores, y mira, sucede esto.—¿Quieres que te envíe a buscar?—No, ya voy camino al auto de la señora Silvia… Vamos para allá.Isabel marca el número de su hijo, pero el teléfono parece apagado. El lugar de la clínica veterinaria esta cerca al colegio, así que en breves minutos, las dos madres llegan al colegio, Isabel corre a donde esta R
Cap. 73: NO RENDIRSEIsabel, Ricardo y el señor Aldana que se les unió, se detuvieron en la terminal interurbana, al mostrar las fotos entre los choferes, uno de ellos los reconoció.—Sí, este niño grande anda con una niña, ellos se quedaron en la puerta de desembarque en una parada de Madrid. Cuando cerré las puertea ya no estaban por allí, pero luego los vi bajarse en las afueras próximas a la ciudad, en la última vuelta. Eso fue temprano, no sé si habrán regresado.—Ya sé a dónde se dirigen —Ricardo se volvió al señor Aldana—Sígueme Aldana.En pocos minutos, Ricardo llega al lugar donde su corazón lo guiaba, al aproximarse a la maya de seguridad del lugar visualiza desde allí, a su hijo sentado en un banco, tres crías de perritos están con él, que juega divertido con ellos, mientras Anara está jugando en la grama con Spy, dos entrenadores están con ellos.Unos minutos antes, Ricardo recibió una llamada.—Buenos días, señor Del Hoyo, uno de sus niños vino hoy a visitar a Spay, ac
Cap. 74: INMERECIDOBrizna se quedó sorprendida al darse cuenta de quién era, y sin terminar de salir del asombro fue tomada por la cintura y casi ahogada en un apretado beso que la dejó como gelatina.—¡Aitor! ¿Por qué me tomas así? —Chilló.—¿Por qué me tomas así? Eres mi prometida. Me perteneces. Lo mínimo que puedes hacer es… Corresponderme.Brizna se alejó con el ceño fruncido.—Si, pero hace mucho que no te veía —El hombre se quita el abrigo y camina al perchero, Brizna no ha podido quitarle los ojos de encima.—Tú y yo estamos comprometidos, puedo hacer eso y más.En dos pasos estuvo a su lado tomándola de nuevo por la cintura y alzándola para besarla apasionadamente, beso al cual ella se rindió cruzando sus manos en el cuello de Aitor, parecía una verdadera brizna de hierba colgada del gran árbol.Isabel salía de la habitación con Maiara, pero se encontró con la escena, se devolvió sorprendida.« ¡¿Dios ¿quién es ese hombre?! ¿Por qué Brizna se besa de esa forma con él? ¿
Cap. 75: JUGADASIsabel resopló, y en ello había algo de preocupación, no le gustaba la mirada tan oscura de Arturo Cervantes.—Arturo, debes recordar que yo jamás…¡TOC, TOC, TOC! Se oyeron fuertes golpes en la puerta… Isabel se sorprendió por la forma en que tocaban.La secretaria, que venía por el pasillo, detuvo a quién lo hacía. —¡Oh, no! No toque, por favor. El señor Cervantes está ocupado ahora.Se acercó a Ricardo que la miraba impaciente.—Por favor tome asiento, enseguida le atenderá —la secretaria lo miró de arriba abajo.—¿Quién lo solicita? —Preguntó para asegurarse, pues ya lo había reconocido.—El ingeniero Ricardo Del Hoyo.Isabel desmesuró sus ojos y miró con dudas al notar que Cervantes no pareció sorprenderse.Instintivamente se levantó.—Es mejor que lo atiendas. Yo esperaré afuera.—No tienes por qué irte. Quizás sea más interesante la conversación si estamos los tres…La secretaria abrió la puerta para servir los cafés y anunció:—Permiso. Señor Cervantes,
Cap. 76: COMPRAIsabel se soltó bruscamente del agarre de Ricardo.—No tengo nada, y en cuanto al tamaño de mis senos… —Isabel tenía el rostro rojo—. Hoy me doy cuenta que aunque tuviste mi cuerpo entero en tus manos, durante nuestro matrimonio, nunca me viste realmente —con eso se dio la vuelta y entró a la habitación de Maiara.Ricardo se quedó pensando:« ¿Cómo no voy a mirar sus senos, a recordar cada centímetro de su piel, sí estos años sin ella me hicieron recordar hasta la más mínima sensación al tocarla? ¿Será que escondes algo? ¿Será que es realmente grave lo que tienes?»***Esa tarde Brizna tenía que llevar los documentos requeridos en la empresa que la contrató.Luego de vestirse elegante y apropiado a la ocasión, salió en su auto para cumplir con lo que le pidieron.Llegó al espectacular edificio cuyas letras doradas y fachada de arquitectura moderna y refinada, denotaban la clase de empresa que en él había. Pasó por la recepción y le fue entregado un pase de visitante.
Cap. 77: RELACIÓNRicardo se dirigió a la puerta.— La municipalidad se los otorgó a Isabel para esa obra.—Ella los compró. ¿Y quién crees le dio dinero para comprarlos? ¿No ves la relación?—Les fueron otorgados para beneficio de la población.—Pues mira estos documentos —le estiró una carpeta.Ricardo leyó:—Comprador… Isabel Del Castillo por… millones de Euros.Se detuvo y mirando a su padre, le entregó la carpeta.—No vuelvas a tratar de ensuciar el nombre de Isabel en mi presencia, ella es la madre de tus nietos, tus herederos y además es… Una mujer honrada.Se dio la vuelta y salió del despacho de Marcos, quien furioso llamó al chofer.—Lléveme ahora mismo a la casa de Iker Del Castillo.Iker no se encontraba, doña Cecilia le habló con sinceridad:—Iker cada noche tiene una reunión diferente, ya ni le veo la cara, las constructoras, aparentemente, tienen mucho trabajo.—Sí, me imagino. Esta solo con las dos constructoras en sus manos.—NO tiene tiempo ya ni para enfermarse, cos