Cuando tenía dieciocho años conocí a la mujer más hermosa que jamás imagine
Un golpe, otro golpe un jadeo, otro más, no paran de llegar agresivos puñetazos hacia mi cuerpo y rostro, no dejen de llegar uno y otro ataque, el cual tengo que bloquear al cien por cien, pues debilidad es algo que no me tengo permitido, dolor, es algo que no puede llegar a invadir a mi cuerpo, debo ser como el granito puro, debo ser impenetrable, debo ser fuerte como la misma madre patria, enorme majestuoso, pero sobre todo imposible de derrocar, debo ser como todo lo que espera mi clan, mi padre, pero más que nadie lo que espero yo mismo de mis habilidades
--¿qué esperas? si sigues de esa manera no lo lograras… estuvieron a punto de golpearte… ¡levántate ull…!--estaba agotado, no podía continuar con ello, pero al parecer para mi padre no era aún suficiente, mi esfuerzo aun falta de más empeño, algo que no era más que falso, pues cada musculo de mi cuerpo estaba completamente hecho trizas, pero hasta que no lo logrará, no sería considerado digno de su respeto, no dejaría de ser más que un niño mimado que no merecía ser el nuevo líder de nuestra familia, no sería digno se ser llamado su hijo debido a que aquel derecho no era otorgado por aquel exigente hombre en el momento en el que mi madre me dio a luz, aquel derecho de ser considerado su hijo y futuro líder de la familia, debía obtenerlo con sangre y sudor
Mi clan, el clan de belly volk, conocidos más que todos como la gran familia ledebev, nos consideramos despiadados y llenos de maldad, pero ante todo poder, lealtad y familia, esa era nuestra más fiel regla, nuestro legado hacia nuestro futuros hijos. Ya que la familia era primero, no había duda que entre nosotros nos considerábamos amables, leales y protectores. Aunque no había duda que éramos crueles y despiadados con los enemigos.
Una regla que es enseñada desde el momento en el que tiene capacidad de razonamiento, incluso un poco antes, debido a que no hay nada más importante para un integrante de belly volk que su integridad familiar, y al ser así el jefe debía ser el que determinara las reglas, alguien impenetrable y lleno de mucha malicia, inteligencia pero sobre todo fuerza tanto mental como física, todo era simple en mi vida, solo debía recibir una paliza diaria, debía ser resistente y debía aceptar cada una de mis enseñanzas con mucha sabiduría y fuerza. Todo era una rutina bastante fácil de seguir a las expectativas que llevaba con mi día a día, pero todo fue de aquella manera hasta aquel día, aquel día en el que la conocí; y mi vida dio un giro por completo, asegurándose de jamás volver a ser igual.
Me encontraba en la ciudad de Yakitia Rusia, una de las ciudades más heladas del mundo, esta solía ser mi lugar de entrenamiento y de tortura, al menos asi era como solía llamarle, aquella era mi gran jaula de hielo desde que tenía nueve años, era mi hogar, pues al ser el futuro heredero del patriarcado familiar, me era exigido ser el mejor entre armamento, lucha y resistencia física en un lugar como este, además de que era enseñado como si un una persona universitaria se tratara, estudiaba administración, ciencias políticas y todo respectivo a normas y reglas familiares, aquí era todo un desafío, no solo estudiar hasta el cansancio, lo más extenuante eran aquellas pruebas físicas las cuales costaba hasta respirar, debido a que vivimos en menos 60 grados Celsius, lo que es terrible, ¿pero que puedo decir? ya estaba bastante acostumbrado al lugar, se puede decir que ya me había adiestrado a mi entorno
--Si logras librarte del entrenamiento sin un solo golpe en tu rostro el día de hoy, te daré un descanso… ya sabes que no puedo arriesgarme a enojar tu padre, pero esto será entre tú y yo…-- y ahí está mi tío Edmon ledebev, el cual me ha ayudado a cuidar de mí mismo por todo este tiempo, por lo que es de agradecer, pues cuando mi padre viaja a Moscú que es todo el tiempo, mi consentidor tío, es quien se encarga de mis entrenamientos y aunque todo no es bombones y miel, él me muestra más amabilidad de la que mi padre me ha mostrado jamás—no hagas esa cara ull, ya es hora de que lo hagas, es regla que cada hijo supere a su padre, y tu padre lo hizo a la edad de veinte años, es hora de tú a tus dieciocho años lo logres—hago un mueca pues esto es una completa locura
Nuestra tradición más fuerte es muy sencilla, entrenas por toda tu vida, para que demuestres que eres un ser capaz de soportar el dolor, para ello nos entrenan desde la niñez en la que recibimos palizas hasta el cansancio,
hasta que eres capaz de defenderte y lograr dejar a todos igual de destruidos a como habían sido tus palizas iniciales, aquello demuestra tu fuerza y maestría, pero el único problema de aquello era que debía salir intacto, ni un solo golpe, ni un solo rasguño, algo era realmente difícil por no decir imposible, debido a que el frio no era el mejor concejero, cuando solo te dejaban unos pequeños guantes hechos con tela en las manos y sin ningún tipo de ropa mientras demuestras que el clima no es un inconveniente para ti, todo era un desafío inalcanzable, no solo por el hecho de tener que soportar el dolor de cada uno de los golpes, también debías soportar que tus manos estaban completamente congeladas, ya que si al sacar un pez del lago se congela en menos de tres minutos, es fácil imaginarse como llegaban a estar tus manos al estar solo protegidas con una fina venda, era una porquería completa, todo con el fin de que con ello afianzabas tu carácter, tu fuerza y resistencia, aquellas debían ser las cualidades de un buen líder y yo no debía fallar, no lo tenía en lo más mínimo permitidoDoy un gran suspiro al tener la vendas completamente llenas de sangre y cada uno de mis contrincantes en la nieve completamente inconscientes, mientras mi respiración es agitada y mis pulmones piden a grito un descanso, estoy agotado, pero aún no se si es suficiente, tengo uno que otro golpe en mis costillas y la piel de mis manos de dejan de sangrar, al parecer aquella sangre no es solo de mis víctimas, pues me he fisurado la piel en cada uno de los golpes que había obsequiado a aquello imbéciles,
al parecer Edmon se ha ido algún lugar de la mansión, observo a mi alrededor y decido que he terminado por el día de hoy, mis contrincantes han sido vencidos, aunque estoy algo golpeado, mi rostro sigue sin un rasguño, aquella era mi meta por el día de hoy, mañana me propondré otra parte del cuerpo, ahora solo deseo un baño de agua muy caliente y mi premio de un descanso merecedor por cumplir la meta impuesta por edmonMe dirijo hacia el cuarto de baño y decido que es hora sumergirme en aquellas termales agua de las regaderas, tal vez dar aquel paseo por los límites de la mansión, debía salir a respirar un poco de aire fuera de este enorme y tétrico lugar. Si era sincero cada hora, día, semana, mes y año que se extenuaba mi estadía en este sitio, me sentía como un prisionero sin derecho a un mínimo trato como al de un ser humano: y esas era otro de los regalos otorgados al ser quien era.
Camino hacia las salidas del río siniy, el cual es una bella extensión entre toda la ciudad, me encanta caminar por los senderos de nuestras tierras y observar aquella extensión de agua tan relajante y tranquila, es un verdadero placer, saber que nadie se entrometerá a mi paso para arruinar todo aquel regocijo de satisfacción que siento en estos momentos, pero entonces allí esta ella
Una chica de cabellos negros como la noche corre tras lo que parece una bufanda, mientras lo poco que logre entender da miles de maldiciones en inglés, al parecer no es de este lugar, juro que en ese momento no lograba apartar la mirada de aquella despistada chica, solo la observo en completo silencio, e intento seguir cada uno de sus desastroso intentos por lograr atrapar aquel pedazo de tela roja, note como aquel trozo de lana color rojo intenso se detiene frente a mí, y luego de tomarla en sus manos levanta su vista y allí logro verla en totalidad, observo los ojos más hermosos que jamás en vida habían llegado a atravesarse en mi camino, junto con la sonrisa más perfecta y adorable que jamás llegue a pensar que nadie pudiese llegar a tener, lo cual es delirante para alguien como yo
--Oh… gracias al cielo me ayudaste… debí ponerle una correa antes de ir a llevarla a pasear…--aquella dice todo mientras respira con dificultad, pero aun así no logra retirar aquella brillante sonrisa—¿hablas ruso? ¿Noruego o inglés? por favor no me digas que otro idioma por que no se hablar más idiomas, a menos que hables español…--la observo aun sin lograr decir una sola palabra, pues ella habla tan rápido y tan animada mente, que el solo pensar que la puedo asustar me llena de un sentimiento que jamás llegue a creer que tendría en mi vida: y aquello es temor.
--Estas en propiedad privada…--y allí estoy yo arruinando todo, por no saber cómo se le habla a una persona, en lo que esta asiente un poco extrañada y observa a su alrededor, al parecer percatándose que en realidad si se encuentra fuera del lugar que la parecer paseaba, a lo que hace un gesto con los hombros y suelta una gloriosa carcajada, al parecer le causa gracia su gran despiste
--Lo lamento, vengó persiguiendo mi bufanda desde hace un tiempo…--ella sonríe y no muestra ningún sentimiento de rechazo o incluso de arrepentimiento por estar en este lugar cerca de mí, algo que me sorprende. pues desde que soy muy pequeño las personas solo demuestran miedo y respeto hacia mi persona, me tratan como el futuro líder de la familia, jamás como a un humano, y en sus oscuros y brillantes ojos solo parezco tener la apariencia de un chico, solo un chico común y corriente, aquello me agrada—pero que modales los míos… soy Gabriela White, soy estudiante de intercambio, por cierto nunca hagas un intercambio de estudios… si jamás sabes a dónde vas, no imagine que este lugar era de esta manera… me prometieron Rusia y creía que iba a vivir en Moscú... --la bella pelinegra de ojos muy negros se abraza a sí misma y logro comprender a lo que se refiere, debido a que yakitia es la ciudad más helada del mundo, a lo que comprendo completamente su gran fastidio, ya que solo haya tres razones para vivir en este lugar, el primero es que seas perteneciente a mi familia y vengas a entrenar para ser un verdadero guerrero del clan, el segundo es que seas una persona que desea huir de su pasado y no hay mejor lugar para ello que este, y por ultimo ser engañado por los estudiantes para lograr un intercambio con jóvenes de otros países, que seguramente son muy tontos para no investigar bien sobre lugar antes de aceptar el vuelo
--Estas…
--Si… si, estas en propiedad privada o como sea, sé que ya lo hayas dicho, ya me voy… ustedes sí que son helados…--la chica se dio media vuelta y camino hacia donde ella creía que había venido, pero antes de que diera dos pasos más, yo la tenía sujeta de la muñeca
--estas… caminando en dirección contraria…--sus mejillas se tornaron aún más rojas de lo que ya estaban, lo cual me causo muchísima gracia, la verdad no esperaba aquello, pero entonces me señalo con su pequeño dedo el cual estaba cubierto de unos guantes térmicos color rosa, hacia donde se supone que debería caminar a lo que yo asentí, y le di una medio sonrisa, completamente fascinado con cada una de sus expresiones llenas de vergüenzas. Ella era dulzura pura, algo que no era permitido para mí, pero estaba dispuesto a descubrir que era aquello que tanto me llamaba la atención. y desde allí empezó aquel amor hacia la bella chica de bufanda roja, la cual hacia que tu mundo se iluminara con su sonrisa, la que hacía y decía cosas muy extrañas, pero nunca niego que cada experiencia con ella era inigualable, yo alguien que se consideraba extremadamente frio y destruido por las ambiciones familiares, podía ser yo mismo y sentirme a gusto con cada aspecto de mi vida cuando ella estaba a mi alrededor, todo era perfecto con aquella bella chica de cabellos negros y ojos oscuros como la misma noche, ella era perfección y me hacía creer que yo tenía salvación, que tonto fui. Pues el día menos pensado, ella solo despareció y con ello se llevó aquella pequeña parte de mí que vivía que había creído que estaba completamente viva
--Las células leucémicas que generalmente son de crecimiento lento, ahora son más grandes y están atacando de manera aún más violenta, me temo que la cirugía de células madres no ha funcionado, ahora nuestra única alternativa es lograr el trasplantes de médula ósea—lo escucho, juro que lo hago, pero mi cerebro ahora solo se encuentra en un lugar muy lejano, un lugar donde hay bellos árboles y mi madre me lee cuentos de hadas, como cuando era una niña y creía que lograría encontrar un príncipe azul y este me llevaría a vivir a su castillo, que patética soy, no soy más que un una mujer completamente tonta que desea huir de la realidad que la invade, pero eso es lo más lamentable, que no lo lograre, pues al solo salir por lo menos un segundo de aquel gran prado verde donde se encuentra mi subconsciente, hallare mi triste realidad, mi gran cru
Camino por los pasillos de la casa principal, mientras muchos bajan su cabeza y Otros no saben cómo actuar para llamar mi atención, sobre todo las mujeres de la Familia, quienes suelen ser las únicas desesperadas por ser notadas, muy distinto a los hombres que merodean el lugar, quienes desean todo lo contrario, observo como si fuese la primera vez los colores neutros de las paredes, el suelo cubierto de una colorida alfombra con el logo familiar y los miles de candelabros de diamantes y oro blanco que decoran el cielo de la casa conforme voy avanzando a cada paso, doy un gran suspiro y llego a la conclusión que aquel lugar no me brinda aquel regocijo de familiaridad o apego que muy dentro de mi estoy buscando, todo aquí es helado, una cúspide de soledad que invade cada centímetro de mi alma, que solo alberga la esperanza de un poco de calor a cualquier costo, como odio el frio que reside en esta casa, lo más extraño de
--¿Hola? ¿Hay alguien en la línea?—no puede ser, no escucho absolutamente nada ¿es posible que Spencer pudiese equivocarse número? sabía que no debía confiar en los tontos y descerebrados amigos de mi hermano, que completo desastre, pero como me contactó con aquel hombre, ya llevo dos semanas intentado localizarlo e intentado encontrar la manera de que le diesen el mensaje de mis llamadas a su empresa pero no hay la más mínima señal, aquel parece un fantasma o el mismísimo presidente de Rusia al no poder ser contactado fácilmente, lo peor de todo es que cuando por fin estaba completamente convencida que uno de los inútiles amigos de mi hermano me había contactado dándose afanes de haber logrado jaquear la red, debido a sus numerosos contactos, todo parece ser más que un
--Akim…--el hombre de cabello castaño, queda sorprendido al verme, seguramente estaba completamente convencido que llegaría a dormir aquella noche a la villa del clan, pero la verdad es que en cuanto recibí la llamada de Gabriela White, sin importarme lo más mínimo cualquier cosa o persona, salí del restaurante de inmediato y me dirigí hacia mi villa, ya que no deseaba tener aquella conversación con la única mujer que he amado en aquel lugar y frente de una cualquiera como lo era mi prometida, por lo que colgué de manera arbitraria, y decidí hacer reiniciar nuestra conversación en la comodidad de mi oficina. Si puedo llegar a ser sincero escucharla fue todo una gran suceso, una gran sorpresa y juro que no sabía que hacer o decir al comienzo y más al escuchar que elle necesitaba de mi ayuda, juro que deseaba colgar la llamada y olvidarme de todo, pero algo muy dentro de mí.
--¿entonces te llamas ull…? wow como el dios del combate cuerpo a cuerpo en la mitología nórdica… eso genial, jamás en mi vida había conocido a alguien con un nombre como ese, vaya que eres una persona interesante…—la hermosa chica de ojos oscuros como la noche, me regala una mirada llena de admiración a lo que solo asentí con cabeza, un poco cohibido y hasta un poco tímido, ya que no pude evitar que mis sentimientos se entrelazaran entre nerviosismo y cariño al escuchar sus palabras y ver su rostro tan iluminado con solo saber mi nombre, la verdad era que no sabía cómo había llegado a decirle mi nombre, pero luego de seis días de haber obtenido aquel tal increíble encuentro, no habíamos dejado de vernos, ya que desde ese entonces no dejaba de pensar en aquella singular chica que corría tras
Muerdo mi dedo anular una y otra vez, mientras observo fijamente a mi hijos quienes están profundamente dormidos, debido a que el medicamento solo les causa un poco más de sueño, pero no he logrado pegar los ojos después de aquella llamada. Por María, Jesús y José, lo arruine, no debí llamarlo, eres una gran idiota Gabriela, si eso eres, estabas tan desesperada que no tuviste en cuenta lo que harías, hay Dios me odio a mí misma por mi gran y fuerte ridiculez, me odio, me odio, demonios que voy hacer ¿huyo? No, no puedo hacerlo ese psicópata puede hacerle algoa mi familia, y sé que mamá esta tan loca como una cabra, que no dejara que ningún hombre quiera intimidarme, esa mujer es cosa seria cuando se meten con su familia, y si se trata de papá este sí que rompe los esquemas de sobreprotector, en lo que estoy segura, que incluso querrá convertirse en Term
¿Cómo debería empezar una conversación con aquella mujer? juro que mis únicos planes eran asesinarla por haberme abandonado hace tantos años, pero ahora está frente a mí, con lo que parece ser un pijama y una pantuflas de lo que parece ser un unicornio, lo cual en vez de molestarme me pareció lo más jodidamente hermoso que jamás haya visto en mi vida, pues era hermosa, era perfecta de aquella manera tan descuidada y dulce en al que se encontraba, esta pequeña y curiosa chica me ha logrado prender, más de lo que ha hecho Nina con sus sexis vestidos o ropa interior, lo cual es divertido para mi mente, pues a comparación de Nina y sus vestuarios, Gabriela white se consideraría el ser más sencillo sobre la faz de la tierra y aun así mi prometida no le llega ni a los tobillos a aquella mujer que se encuentra con una coleta completamente despeinada y con una notable
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