NARRA DANKODesperté con ganas de orinar, escuché la respiración de Alexander vire mi cabeza para verlo, se había movido y me tenía abrazado de cucharita, me solté de Él muy despacio moviendo su brazo con lentitud. Me senté al filo de la cama con un poco de dificultad debido a mis dolores en mi cuerpo. Ahora me lo pensaba dos veces para levantarme porque sabía que mi esfuerzo me iba a doler a los remil diablos. Me erguí de la cama para ponerme de pie y sin mentir sendas lágrimas bajaron por mis mejillas, lo que mi esposo me empujo revivió los intensos dolores corporales.A duras penas pude caminar hasta el baño, entrar y orinar mientras me sostenía de la pared, me lave las manos y fui saliendo con un dolor muy fuerte en mis extremidades, casi al llegar a la cama tropecé con la alfombra y caí estrepitosamente, solté un grito de ese dolor que sentí al caer que me quede ahí sin moverme. A los minutos la puerta se abrió dejándome ver a Mijaíl con un hombre de bata blancaA toda prisa ambo
NARRADOR En uno de los autos se llevaron a Alexander a la clínica psiquiátrica de Dimitri. En el camino el doctor daba instrucciones por el celular para recibir al paciente. Cuando entraron a la habitación privada designada para Alexander, Mijaíl lo cargaba y lo dejo encima de la cama entonces Dimitri le pidió a Danko que le cambie la ropa con la vestimenta más holgada. Al abrir el closet había muchas prendas iguales, en los cajones habían bóxer, medias y camisetas suaves de algodón, pantalones igualmente de algodón. Danko con todo amor lo desvistió para cambiarle de ropa. Al terminar dejo un cálido beso en los labios de su esposo, esto visto por Mijaíl y Dimitri. Los tres fueron al consultorio del psiquiatra. Ahí dentro el galeno hablo con los dos primos explicando el tratamiento para Alexander, debía tener muchas conversaciones para descubrir el punto de quiebre del paciente. Danko salto del sofá para decir preocupado. —Oiga doctor, Alexander sufre de claustrofobia y no quisiera
SIGUE NARRADOR Kiara al escuchar a su padre se adelantó para recibirlo y llevarlo al jardín donde se encontraba Serena sentada en un banco de mármol. En el camino le pregunto. —Papá, veo que caminas muy bien ¿qué paso con tus dolores? Su padre respondió con sutileza. —La inyección que me coloco el doctor dura mucho tiempo, aunque siento cierta molestia, pero, puedo aguantar. Su hija esbozo una linda sonrisa y antes de ingresar al jardín le dio un fuerte abrazo diciendo. —Te quiero papá. Serena te está esperando en la banca. Danko agradeció y comenzó a caminar hacia allá. Al llegar la encontró revisando el celular, como estaba detrás de ella tuvo acceso a ver lo que estaba revisando, ahí estaban algunas fotos de ella con Sebastián. Suspiro largo y dio vuelta a la banca para quedar frente a ella. Al notarlo que estaba parado ahí le brindo una hermosa sonrisa y saludo. —Danko, se te ve bien creí que... quizá estabas con molestias o dolores en tu cuerpo, por lo del accidente. Dank
SIGUE NARRADOREn la casa de Sebastián sus perros labradores correteaban por doquier felices con su amo amoroso. Los llamo a la cocina para darles sus alimentos, los dejo comiendo y subió a su habitación para alistarse, pues iba a visitar al exesposo de su amor. Dio un último vistazo al espejo que reflejaba su semblante, su atractivo. Levanto ambos pulgares y soltó un "listo".Salió de la habitación muy alegre, bajo las escaleras y salió dejando su casa muy segura, porque sus canes estaban entrenados, quien quisiera entrar se llevaría una dolorosa sorpresa, pies sus perros eran muy silenciosos y te dabas cuenta muy tarde que había perros en casa. Subió en su auto, lo encendió y comenzó a manejar, iba disfrutando el paisaje, puesto que la dirección que le había proporcionado Serena era en un sitio muy lujoso y muy lejos.Casi una hora demoro en llegar, al llegar a los portones atisbaba con admiración la inmensa mansión de Danko. Fue recibido por los guardias, Carl pregunto el motivo de
SIGUE NARRADORKiara y Serena salieron de la habitación dejando a ambos hombres ahí dentro. Sebastián fue el primero en hablar mientras caminaba de un lado a otro—¿Alguna vez ha pensado en lo que siente la otra persona? O ¿solamente le interesa lo que usted siente?Danko simplemente lo observaba y escuchaba sin demostrar reacción alguna. Sebastián continuo hablando con voz fuerte—Cuando vi cómo dejaba a Serena abandonada en mi consultorio sin decirle el porqué se iba, al principio me extrañó un poco, pero después comencé a notar lo que realmente estaba pasando. (miro a Danko a los ojos) ¡Ella no le importaba! ¡Ella no existía para usted!El médico alzo las manos hacia arriba para recalcar—Ver su rostro de decepción, de dolor, ver cómo sus lágrimas rodaban por sus mejillas. Todo eso me estaba molestando, usted estaba destrozando el corazón de una mujer enamorada ¡Maldición! Daba golpes de indiferencia a diestra y siniestra precisamente a la mujer que lo amaba sin condiciones, sin pr
NARRA DANKOLa bromita que planeé me salió bien al principio, pero, después pague el precio. Comencé a sentir ese maldito dolor y para mi desgracia justamente la persona a quien le hice la broma fue quien alivio mi dolor. Lo que sucedió después cuando quedamos solos, Él me reclamó con justa razón y yo, no pude excusarme porque todo lo que decía era cierto. Lo miraba que estaba enojado y me dijo que tenía ganas de golpearme, sin embargo, al final, le pedí disculpas y le pedí que amara a Serena y la cuidara, cosas que yo no hiceQuedamos en buenos términos, le di la bienvenida a mi familia, bajamos y se me ocurrió molestarlo de nuevo, mi hija y Serena me reclamaron y yo solamente me reí. Lo que no me esperaba es ver a mi hija poner su semblante de dolor, me asuste y el doctor la examino y soltó la noticia de que estaba en labor de parto y yo me quede como una estatuaReaccioné cuando dijo que ya venia la ambulancia, vi cuando los paramédicos se llevaron a Kiara, Sebastián la acompaño y
NARRA ALEXANDEREsas pesadillas me están volviendo loco. Ese maldito hombre riéndose, burlándose, sentenciándome a la muerte. Esas voces susurrantes que me dicen que me comerán, que moriré. Esa sensación de hambre y sed. Veo todo oscuro, camino a trompicones, unos gruñidos en esa oscuridad impenetrable me tienen con pánico.Estoy solo en una celda con hambre, con sed, esos malditos barrotes no ceden con nada. Quiero salir, llamo a mi esposo a gritos y no me escucha, no sé en donde está. Necesito ayuda. Me despierto con mi frente perlada de sudor, mi respiración loca, me siento sofocado. Esto ha pasado varias veces, ya no quiero esto. La última vez cuando desperté no estaba Danko a mi lado, solamente estaba Mijaíl que me dijo que mi esposo había ido a la casa para hablar con Serena. Me calmé solamente le pedí de favor que no me dejara solo hasta que regresara Danko.Estuvo conmigo hasta que el médico entro para hablar conmigo y salió porque deseaba hablar con mi esposo y Mijaíl también
NARRA KIARALa verdad es que no me imagine que llegara el momento de tener a mis hijos justamente el día de la visita del novio de Serena en casa de mi papá. Fue una suerte que Él estuviese ahí, fue todo tan rápido, sentí un dolor en mi vientre, mi papá se quedó estático y yo, en cambio, quería que Alessandro estuviese en ese momento.Escuche la sirena de la ambulancia, estaba respirando como me enseñaron, me acostaron en una camilla cuando vi a mi esposo, fue tan gratificante para mí verlo a mi lado en el mejor momento de mi vida. Yo iba respirando para aguantar los dolores, sin embargo, estaba feliz, pronto tendría a mis hijos en mis brazos. Las puertas de la ambulancia se abrieron y me sacaron para entrar a un ascensor a pesar de los dolores que cada vez eran más intensos. Después vi que me llevaban muy aprisa hasta que entramos al que creo era el quirófano.El ginecólogo me coloco una inyección en la columna y después sentí un adormecimiento, me ayudaron a recostarme, después me c