EPÍLOGO
Una gran dama caminaba por un pasillo muy frío, hasta donde quería llegar hacer esa visita de cada mes…
−Vaya señora pensé que este mes no vendría –dijo Irina con un poco de resentimiento.
−Si tarde unos días, porque estuve ocupada pero aquí estoy –comento sentándose para comenzar su plática.
Irina buscó su asiento con dificultad, ya que tenía una prótesis que aunque era molesta si le ayudaba muchísimo para poder caminar sin muletas.
−Veo que te mueves mucho mejor, ya sin muletas –dijo Mari Carmen Russell, admirando el hecho que ya caminaba sola sin ayuda.
−Si la prótesis me ayuda mucho, al menos ya puedo hacer mis cosas sin ayuda, la verdad pensé al principio que iba a tardar más en adaptarme pero no, si me ha servido.
−Me da gusto ver que has cambiado mucho, después de tanto tiempo. –comento con escrutinio.
−Si he aprendido que no gano nada, con estar peleada con la vida sé que me gane todo lo q
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“Lo Que Sea” CAPÍTULO 1 Bien dicen que cuando la vida te da limones, hay que hacer limonada, estaba acostumbrado a una vida; donde todo loquetenía era en grandes cantidades, jamás le faltó nada, tenía una vida privilegiada, heredó una gran fortuna de parte de sus padres, así como la belleza. Hasta eso la vida le obsequióun buen físico, pero a pesar de eso simplemente no era feliz. ¿Por qué? porque aún no llegaba la mujer que cambiaría su vida para siempre. Su nombre es William Alonso Russell; con 33 años, soltero, sexi, con una estatura de 1.90 mrubio, ojos azules, cuerpo atlético, perfil griego, piel bronceada, guapo y encantador, aunado eso súmele increíblemente millonario ya que es empresario, banquero, dueño de diversas empresas, tanto en la Unión Americana como de Europa. Entre ellas; las más sonadas de telecomunicación, hoteles, constructoras e inversiones en la industria petrolera; sus diversas
CAPÍTULO 2Sandy llegó a su departamento, al entrar se recargo en la puerta. La verdad se sentía muy ansiosa, se fijó muy bien en esos ojos azules, que la miraron muy intensamente. − ¡Dios de verdad es guapo! –Pensó mordiéndose los labios. Movió la cabeza, tratando de sacárselo de sus pensamientos. ‹‹ No Sandy ¡No! Ni se te ocurra, es guapo sí; pero no es para ti ›› −se dio de topes en su puerta. −El podrá ayudarnos −se contestó así misma−. Sé que lo hará, se ve que es una buena persona.Resulta que específicamente, en el terreno donde se encontraba el Hogar del caballito Blanco; el hijo del señor Sanders, se lo vendió a Ricardo Robinson, por petición de su hijo Adams. Lo que Adams quería es que Sandy, se diera cuenta de que desalojaron a
Capítulo 3-EN EL DESPACHO-−Alonso se sentó en un sillón de la pequeña sala de su oficina, le extendió la invitación a Sandy, a sentarse junto a él, tomó sus manos y preguntó mirándola a los ojos. −Dime con toda confianza lo que piensas.−Sr. Russell, vine a esta reunión con la convicción de firmar ese contrato, hasta que llegamos al asunto del hijo. –Soltando sus manos para levantarse del sofá, para quedar frente de Alonso−. Mire yo soy huérfana, nunca tuve una mamá o un papá y se lo que es crecer sola, ni siquiera tuve hermanos. –Buscando recargarse en el escritorio sin dejar de mirarlo−. Los niños que llegaban al hogar, algunos solo estaban unos meses, después eran adoptados o transferidos a otro distrito.Así que solo unos cuantos permanecimos en ese lugar, las hermanas qu
Capítulo 4Al siguiente día Diana, las llevó al edificio donde vivirían de ahora en adelante, en una zona exclusiva de Chicago, con una apariencia colonial; cada piso tenía su propia terraza imponente, la entrada con una puerta de vidrio y un mayordomo dando la bienvenida, mismo que avisaba de las visitas. Su trabajo es que todo esté en orden, que nadie que no deba entrar o no sea invitado pase, las chicas saludan y suben al elevadorDiana comienza a darles un tour del edificio, parando en cada piso. −Aquí también viven los primos del Sr. Russell, él Sr. Noah Ferretti Russell con su esposa Alice Steel Ferretti, él Sr. Ethan Ferretti Russell que ya conocieron, ellos viven un piso bajo al del Sr. Russell –. Oprimiendo el botón del ascensor para bajar−. Cada uno tiene un piso por privacidad y nosotras Dana, viviremos en el piso n.2; ahí sí está
Capítulo 5 − ¡Por Dios Sandy! ¿Porque no me lo dijiste? podrías habérmelo dicho, en la oficina cuando estuvimos solos. −Saliendo de la tina, colocándose una toalla en la parte de la cadera y pasándole una a Sandy, junto con su bata. Para que se cubriera, ya que lo seguiría intentando si seguía así. Alonso, estaba como niño cuando descubren el tesoro enterrado cuando jugaba a los piratas. Ahora entendía su nerviosismo y su ingenuidad, sobre todo cuando se le acercaba insinuando que deseaba estar con ella, en otra forma. ‹‹Pero ahora ¿Cómo la trataría?, ¿Estaría bien seguir con el contrato?, ¿Sería cómo aprovecharse de ella?›› Se sentaron en un sofá, que había en la habitación y le preguntó. −Pero ¿Cómo a tu edad? −Aun sin poder creerlo. – ¿Qué tiene de malo? ¡Tengo principios! –exclamo, estrujando su bata de baño. − No tiene nada de malo, es solo que, sé que fuiste novia de Robinson, yo supuse que tú y él, bueno que tu; ya tenías ex
Capítulo 6 Al siguiente día en la oficina… Glenn entró muy sonriente a la oficina de Alonso, como todos los días. −Hola buenos días –dijo muy sonriente. Alonso con la cara escurrida y con una mano en la frente recargándose en ella, con la otra en su ordenador. –No sé, ¿Qué tienen de bueno? –comento con una mueca en la cara. −¡Ay que humor! Ni parece que te hayas ido con la lindura de tu novia de fin de semana, cada fin salen ¿No? −Mmm te diré. –En la misma posición sin moverse. −Bueno pues dime ¿Cómo te fue? Porque por lo que veo no muy bien, ya… No me digas, sigue siendo el mismo prado virgen. –Sonriendo burlonamente. Alonso se enderezó y se acomodó en su silla, para mirarlo muy serio. –Deja de burlarte, que no estoy para chistes. Llevo casi dos semanas de abstinencia y ella me está matando, mis bolas están a punto de explotar con el solo hecho, de saber que está en la habitación de junto y no puedo toca
Capítulo 7 −En el corporativo− Glenn como todas las mañanas irrumpía en la oficina de Alonso, con su tableta para ver los resultados de las inversiones, sentándose frente al escritorio se acomodaba los lentes y lo miraba con una sonrisa en la boca. − ¿Cómo está tu relación con la Srta. Candy? –Sabía que Alonso eso no se lo tomaba a mal, más que socios eran amigos entrañables de años y si algo deseaba Glenn, era la felicidad de Alonso. −Bien, bastante bien ya casi me acostumbro a su presencia, me gusta mucho y eso me asusta, suspirando… − ¿Cómo? el gran William Alonso Russell, asustado y eso ¿Por qué? Si solo es una muchachita. –Sonriendo. −Sí, me asusta, porque se me está metiendo en el corazón ¿Y si nunca me llega a querer?, ¿Si me deja cuando acaben los tres años? Glenn le da un par de palmadas en la espalda. –Venga muchacho enamórala, no permitas que se vaya de tu lado, si eres experto en seducir mujeres. No me digas que esa chiquit
Capítulo 8 Al siguiente día de esa maravillosa velada, se dirigieron a la mansión de la tía de Alonso. Sandy, iba nerviosa moviendo sus manos una con otra, Alonso se dio cuenta de eso –dijo, calma cariño, ella no muerde es estricta lo admito pero muy cariñosa. Veras que le vas a caer muy bien. –Tomando una de sus manos para enredarse con la de él. Al llegar a la mansión Alonso preguntó a una chica de la servidumbre ¿Dónde se encontraba su tía? −Señor; la señora se encuentra en el jardín, si gusta en un momento le digo que usted llegó −dijo, mirando que venía acompañado. −Gracias yo la busco –comento, tomando de la mano a Sandy para buscar a su tía. Para ese día Sandy, optó por buscar un vestido corte princesa corto un poco debajo de la rodilla color verde pistache, con un escote cuadrado que era cubierto por un encaje color plata y unas zapatillas plata. Su peinado fue recogido de un lado para que su cabello ondulado luciera, al ser rub