"Los Cazadores y el pacto."
Angy.
—La muerte ¿supones?— indaga la mujer con cierto tono de fatiga— Creo que no comprendes muy bien tu situación. Nadie, repito. Nadie es capaz de pasar el puente entre el más allá y el infierno hasta llegar aquí.
Marco asiente fascinado como si lo que está escuchando fuera algo nunca antes visto. Marcus, mira a su padre y este le devuelve la mirada dejando muy en claro que existe un misterio extraordinario en todo esto de mi llegada.
Respiro profundo, llenando mis pulmones de aquella hediondez que está comenzando a penetrar las paredes. Un grito áspero se escucha a lo lejos y ahogo las ganas de salir a esconderme bajo la mesa, Máximo y Marta miran por sobre su hombro a la ventana del fondo que a duras penas y deja verse por la luz de la luna.
Marcus se levanta y estira su mano en la dirección en la que me encuentro, siendo así el espectáculo de las otras tres personas en la habitación.
—Hora de irnos. — Dice, cómo no tome su mano a la fuerza jala de mi antebrazo haciéndome gruñir —cuando te diga algo, haces caso ¿o quieres morir?— susurra por lo bajo cerca de mi oreja causando un escalofrío que lo hace bufar.
—No tienes que ser tan rudo— gimo por el dolor que me está causando mientras vamos escaleras arriba, percatándome de aquella ventana que se asoma a la calle en una especie de balcón sellado.
Extraña casa, con una rara arquitectura y diseño.
Marcus se gira y deja de jalarme, dirige su mirada en la misma dirección en la que veo yo y hace una mueca exasperado.
— ¿Quieres ver?— me ve por el rabillo del ojo sin ninguna expresión.
—Sí. — Respondo a secas, ocultando la alegría de saber que le importo un poco.
—Bien. Pero no grites ni sufras de un colapso por lo que veas. — Camina delante, imponiendo autoridad en su hogar algo que no es necesario dado que tiene mucha ventaja aquí.
La ventana está limpia pero eso no da más claridad a las afueras. Todo sigue igual a como el primer día que caí del cielo, la oscuridad acecha cada esquina y los árboles blancos pero con un gran detalle que se encuentra en medio de la carretera.
Dos enormes y peludos animales despellejan otro más pequeño.
—Cazadores. —Responde antes de que pueda abrir la boca— Esos dos enormes lobos plateados son cazadores, del linaje puro de uno de los fundadores "Barto".
—No entiendo este mundo, ¿Qué ese tal Barto no es o era parecido a los humanos?—asiente.
—Sí. Y esos que vez —señala a los lobos quienes luego de terminar se van corriendo calle arriba—También lo son, solo que están en su forma salvaje una en la que solo los oscuros de sangre pura pueden transformarse. Antes solo lo hacían una vez cada cinco meses, pero desde que su líder enloqueció están más hambrientos, sedientos y con mucho odio.
Toma mi mano con fuerza y vuelve a tirar de ella para llevarme a su habitación.
—¿Qué tipos de animales comen?— Se detiene en seco y me mira con una ceja alzada.
—Tu mirada es muy pobre, típica humana. — Su sonrisa socarrona sale a lucirse y sus dientes se vuelven afilados—No comen animales, sino Oscuros de linajes mezclados... Esos que más que tener fuerzas por tener sangre de demonios y oscuros, son tan débiles como los tuyos.
La mano que tiene entre las suyas, la muerde con maldad haciendo que grite y sienta un dolor tan penetrante que derramo lagrimas por ello. Veo como la sangre brota y cae manchando las alfombras que cubren el suelo, grito y grito hasta que empiezo a sentirme mareada.
Marco sale de entre las sombras riendo maquiavélicamente, Marcus para y lo ve con molestia.
—Qué lindo, los novios realizando pactos de sangre. ¿Qué sigue? ¿Procrearan aquí o esperaran hasta la luna de sangre para que sea un monstruo sin alma como nosotros?— El mayor lo toma por el cuello pegándolo a la pared, caigo al suelo de rodillas tratando de recuperar fuerzas y cuando acerco la mano herida para ver qué tan grave fue quedo un poco confundida.
No tengo absolutamente nada en ella, es como sí nunca la hubiera mordido con sus dientes ni arrancado la piel como lo hizo.
—¡Mírala! esta confundida —Ríe Marco divertido, Marcus lo suelta y me toma del antebrazo levantándome. — Deberías explicarle lo que acabas de hacer, digo, antes de que se desmaye por la confusión.
—¡Cállate!— vocifera molesto y me apego a la pared, alejando mi cuerpo en los más posible de él. Evitando que pueda volver a morderme como hace un momento, el pelo blanco no siente lástima alguna por mí y en cambio agarra mi cabello jalando hasta llevarme dentro de la habitación entre gritos y protestas.
Cierra la puerta con fuerza y enojado me empuja logrando que pegue la espalda a la pared, gimo por el dolor pero no le doy el gusto de verme sufrir. Pongo la mejor cara de poker y él ríe, luego a una velocidad sin igual coloca ambos brazos alrededor de mí, aguanto la respiración del asombro y a Marcus parece gustarle porque medio sonríe.
—Ahora y siempre serás mía. — Levanta su mano derecha y en ella unas marcas negras se mueven como gusanos dentro de la piel— El pacto está completo. — Dice colocando su mano sobre mi ojo, justo al momento que una de esas marcas sale disparada y entra provocando que pierda la visión por segundos.
— ¿¡Que me hiciste Marcus!?— grito.
Pero no obtengo respuesta más que su risa maquiavélica y sus brazos extendidos hacia el cuadro. Cierra los ojos y respira profundo para luego encender velas que aparecen de la nada, de color plateado y con palabras escritas en ellas.
—Verás que traeré un descendiente lo suficientemente fuerte para nuestro linaje, en tu honor Allek.
Las puertas rechinan, las velas se apagan y las luces se van con ellas, las ventanas suenan como si las golpearan y la cama de Marcus es azotada de un lugar a otro.
¿En qué carajos me ha metido este ser?
Uno de los vidrios se rompe y sale volando en dirección a donde estoy, el pelo blanco lo ve y sale a salvarme, cayendo ambos al suelo antes de que el pedazo de vidrio roto atravesara mi abdomen.
—Está bien, eso no debía haber pasado. — Susurra su error, pero no parece tener ganas de explicar que sucede.
La puerta se abre y sus tres familiares entran presos del pánico.
—No... No... ¡No!—se escucha a lo lejos, Marco arroja dagas a la pared y es cuando de las sombras alguien sale y salta por la ventana.
Los padres de ambos chicos corren tras quien sea y se convierten en lobos gigantes al atravesar el marco de la ventana rota, el hermano menor de Marcus grita palabras en otro idioma mientras levita y cierra el agujero con sombras que se vuelven cristalinas conformes toman la forma del objeto que hasta hace poco estuvo allí.
—Me parece que harás un caos con tú estadía— comenta al caer en el suelo.
Trato de quitar de encima de mí a Marcus pero me es imposible, busco su rostro para hacer que entre en razón y me deje salir, pero quedo petrificada. Sus ojos son dos pozos sin fin, su rostro está cubierto de manchas negras y parece no estar aquí, junto a nosotros.
"Vista al Pasado III"24 horas.Ni eso pude tener con mi bebé en brazos, todo por culpa de ese demonio repugnante. Que, como un parásito entró para quedarse dentro de su pequeño y frágil cuerpo llevándose consigo la vitalidad de mi adorado hijo.Demián y Barto se lo llevaron al bosque escondido en las montañas mientras aún descansaba y Allek, limpiaba el desastre que había creado con la batalla definitiva de quien dominaría entre las sombras. Lo arrojaron a uno de los pozos de almas sin retorno al mundo humano, que ellos suelen ocultar a los demás por miedo a que las roben y usen para propósitos destructivos.Al despertar ni los lamentos y suplicas de mi marido, ni los gritos de dolor de aquellas madres a las cuales infectaron para obligar a dar a luz un niño merecedor de afecto y de la corona de Allek bastaron para sacarme de ese sufrimiento que yacía como puñal dentro de mi corazón desecho.Los tres fundadores no tenían ninguna idea de lo que realmente sentía, siento y sentiré. Ello
"El limbo de los oscuros"<<Angy>>El cuerpo de Marcus reposa sobre su cama, tieso y frío parecido a un cadáver.Marco espera sentado cerca de la ventana, mirándome atento con ese aspecto tétrico que todos aquí menos yo, poseen.—Y... ¿Cuántos años tienes? — Digo, más para cortar de raíz el silencio abrumante que está por toda la habitación que para saber.—Sabes, tengo rato con unas ganas inmensas de picarte en tiritas mientras pides piedad—Ríe y señala a su hermano mayor —Pero Marcus es muy celoso con sus cosas y no quiero tener que aguantar su malhumor... Oh que me asesine mientras duermo. — Murmura por lo bajo mirando el suelo con pena.Trago grueso y disimulo mirando la habitación en busca de algo productivo por si vuelve lo que sea que arrojó los vidrios en nuestra dirección. Los minutos pasan y nada, ni los padres de los chicos ni Marcus vuelve a la realidad y ya me está entrando el pánico, tanto que las manos me sudan y muerdo la piel dentro de mis mejillas.—Deja de hacer eso
"Tú amor, mi amor, nuestro amor"Marcus.El pasillo cubierto de fango y rodeado de niebla se ha vuelto un poco más lejano, tanto que deja en claro que algo va mal con Dylan.Llego al final de aquel sitio estrecho con apenas un poco de luz por donde debo pasar para entrar en su mente y lo hago de inmediato en caso de que pueda cerrarse y quede en el limbo de ambos mundos.— ¡Dylan es por tu seguridad!— escucho gritar a Galatea, abro sus ojos y es entonces cuando la veo empuñando el arma contra nosotros.—Genial, era hora que aparecieras— comenta Poe con las espadas llenas de sangre y heridas selladas en su dorso desnudo. —Ese de ahí, no hace más que cortarse y golpearse contra las paredes, incluso llegó a saltar por las escaleras.Hablo pero caigo en la cuenta de que no sale ninguna palabra, un pedazo de tela dentro de la boca me incomoda y suspiro para mantener la paciencia. Miguel sale de una habitación del fondo, no tengo idea de en donde estamos pero luego lo sabré.Quiero hacerles
"No existen los secretos"<<Angy>>Limpio las marcas con agua, tratando en lo posible de eliminarlas. Esta vez Marcus excedió su fuerza conmigo, molesto apretó mis muñecas y por muy raro que parece las quemó.Tanto él como yo quedamos sorprendidos.Pude ver la caída de sus facciones, se sintió mal y lo noté. Pero, ¿cómo es posible que tocando me quemara?, es ilógico, aunque aquí nada es lógico.Lobos plateados que comen a los más débiles, oscuros sin almas, familias encerradas en espera de que llueva sangre.Este mundo es muy extraño.Marcus salió hace un rato a buscar comida en cuanto mi estómago empezó a rugir, Marco aún no llega y sus padres tampoco, para colmo discutí con el único oscuro que puede sacarme de este sitio o eso creo.Suspiro. El vaho se nota demasiado, quedando como humo espeso de color blanco en el aire.Escucho un grito y cubro mis oídos, no quiero seguir aquí.—Encontré comida— abro los ojos y observo a Marcus cubierto de sangre, en sus brazos trae una especie de
"Destinos enterrados"Angy.La caminata entre la oscuridad es un poco... Aterradora.Pareciera que estuviera caminando hacía mi propia perdición, todo me causa muy mala espina, no tengo la necesidad ni de dudar de que mi vida (si es que sigo con vida) está en peligro aquí.Corrijo, es muy aterradora viéndola desde cualquier punto. Y más cuando es en medio de un bosque tan peculiar, donde las hojas de los árboles son de color blanco y el tronco de negro, la tierra es en partes piedra luego arenosa y culmina fangosa.Es raro, muy raro.El aire huele a azufre y es pesado, poco me cuesta respirarlo. Lo peor del caso es que desde que salimos del hogar de Marcus no hemos escuchado ningún ruido, haciendo que Marco se colocase en modo de defensa ante cualquier ataque porque al parecer los gritos, el llanto y demás son lo usual a estas horas pero justo hoy no hay ninguno.Hemos caminado en fila uno tras el otro desde hace un rato, siendo Marcus el primero, yo la segunda y de tercero queda Marc
"La distancia destruye"Poe.— ¡Tercera convulsión! —grita Galatea desde la habitación de Dylan. —Miro a los lados, quiero creer que se va a reparar lo que sea que este pasando en estos momentos.Al parecer debe estar sucediendo algo terrible en el mundo oscuro como para que Marcus no detenga el deterioro de la mente que vive controlando desde que tengo uso de razón.— ¡Ya se detuvo! —vuelve a gritar y entonces me detengo de afilar las espadas, solo en caso de que quiera salir y atacarnos, de él se puede esperar lo que sea.Miguel carga el arma y Mika junto a su novia Trisha se colocan en modo de defensa, al parecer no sou el único aquí que duda y teme por su propia vida.— ¡Es Dylan no Marcus, repito es Dylan no Marcus! —dice, haciendo que todo volvamos a lo nuestro.Una sombra pasa por debajo de mis pies a una velocidad impresionanate y a pesar de ser tan rápida puedo notarla, la sigo con la mirada y le veo desaparecer al llegar a la puerta de salida.Un frío raro eriza mi piel y un
"Entre secretos"Angy.—No.Agrega con pausa y calmado, el oscuro con los ojos amarillos.—Solo quería saber quién de ustedes es quien debe vivir y quién no, —ríe con maldad. Levanta el dedo índice con lentitud y de repente Marco es alzado por los aires, el oscuro chasquea la lengua y suenan huesos crujir. Giro y veo como Marco hace muecas de dolor y de su boca sale sangre, espesa y negra.—Tú no me sirves, —algo en mí debe de estar mal, porque siento placer de tan solo mirar su expresión. Pero la parte buena que aún sigue latente grita que lo deje en paz.—Esta sufriendo... —Murmuro, Marcus levanta la mirada y sus ojos se pierden dentro de los míos, como queriendo decir "Calla y obedece" pero no puedo hacer eso, no puedo permitir que le haga daño a otro estando presente. —Déjalo.Agrego, con voz de mando. Barto ríe como si le hubiera contado un buen chiste y es entonces cuando giro para encararlo. —Te dije que lo dejarás en paz, él no te hizo daño.Marco cae al suelo y entonces, Bart
"Lo que siempre estuvo oculto"Caminamos en silencio tras la mujer y Allek. Marcus mira con recelo a Barto, quien mueve cada cierto tiempo la cabeza de una manera extraña, como tratando de mantenerse con nosotros y la verdad que da miedo. Porque, eso quiere decir que es muy peligroso y si no le agradamos a Allek lo suficiente puede que no lo detenga cuando nos ataque.— Entonces... ¿Cómo te ha ido en este mundo, Angy? —Presto atención a la mujer sin perder de vista a Barto.—Bien, bueno. Dentro de lo que cabe la palabra, imagino que para ustedes es común todo esto de vivir el terror. —Agrego, el jefe de los lobos cierra los ojos de momento y respira profundo, llegamos a una enorme sala con cuadros por doquier, me sorprende ver que casi todos son de Allek, Barto y otro hombre con cara de pocos amigos, si los dos creadores que están justo en este momento con nosotros tienen ese aire de psicópatas y maliciosos; pues este último que no conozco la tiene mucho peor.—Oh, Demian siempre con