"Vista al pasado II"
Los gritos se escuchan por todo el lugar, incluyendo las paredes del recinto donde nos encontramos Allek y yo, en espera del nacimiento de nuestro posible único hijo.
— ¿Estás segura de esto?— el tono de preocupación e inseguridad que tiene me eriza los vellos de la columna. Lana y Lore las fieles seguidoras de mi esposo, quienes no poseen ojos caminan de un lugar a otro en espera de la señal para que el nacimiento inicie, lo cual es la luna cubierta de sangre como dicen en el pueblo, que es el momento adecuado.
—Muy segura— hace una mueca al ver mi cara cuando una contracción hace de las suyas, se acerca a mí y une nuestras manos. —No te preocupes, estaremos bien.
Debido a que él se ve mucho más preocupado entre los dos, opto por la opción de darle ánimos. Su familia, custodian las puertas de la mansión para que ellos "los demonios" no entren a poseer el cuerpo del recién nacido, ya que; muchas personas asumen que será la salvación de este mundo oscuro.
Hace seis años llegué aquí y conforme iba pasando el tiempo las cosas fueron dejando de parecerme extrañas, repugnantes y fuera de sí. Porque, en serio una vez que amplias la mente y vez todo desde otra perspectiva no resulta tan malo, eso y que aquí desvele aquel misterio que siempre me rodeo desde pequeña.
— ¡Falta poco!—Barto, uno de los tres fundadores arroja la puerta con su ráfaga de viento asfixiante.
—Lo sé, puedo sentirlo. —Responde aspirando profundo —Pero, no se... Presiento que algo no va bien.
Barto mira por sobre el hombro a Allek y se dan esa típica mirada que dice mucho entre ellos, un lenguaje que tan solo los tres grandes saben interpretar. Demián, el último de ellos entra por medio de un agujero negro que se abre desde el suelo, de donde provienen gritos de horror y un olor repugnante de azufre, sangre y putrefacción.
Me causa arcadas de tan solo tenerlo cerca y él lo sabe muy bien, porque desde que tengo memoria coloca esa sonrisa llena de colmillos afilados como citando a la muerte para mí.
—Que... ¿linda?—dice haciendo un gesto de asco luego de pronuncia las palabras más insólitas de su larga existencia.
—Gracias—golpeo fuerte mi puño con la pared causando daño en el mismo y un dolor menos agudo que hace disparar todos los sentidos, distrayendo de momento la mente de esos dolores tan horribles que siento.
— ¡Ayuda! —el grito de una de las mujeres de la puerta hace que todos miremos en dirección al pasillo, al parecer los demonios han empezado el ataque que tenía años preparando.
—Me encargare de algunos, Barto —ordena — ve afuera y demanda a tus cazadores que no dejen a ninguno vivo, deben morir como lo que son "una escoria" —escupe haciendo un agujero en la pared y desapareciendo por el mismo.
—Me voy—Ambos se dan una mirada penetrante y luego, de la nada su cuerpo de esfuma dejándonos nuevamente a los cuatro en el sitio.
— ¿Señor?—pregunta Lore, con la cabeza gacha dejando a la vista de la escasa luz el velo blanco que caracteriza a los sirvientes reales.
—Comiencen, si nace lo antes posible mejor. —murmura sin apartar la mirada de la puerta.
El dolor se filtra en mi sistema cayendo y siendo más punzante en las costillas, las piernas y la cadera haciendo que pierda el control de mí.
Grito.
Lloro.
Gimo.
Lloro.
Todo sin medir que afuera se encuentran en una guerra decisiva en este justo momento por el mundo oscuro, hace miles de años hicieron un pacto con esas cosas pero ellos no cumplieron su trató así que decidieron dar por terminado esa alianza, cosa que los demonios no deseaban por estar beneficiándose de las almas negras que los oscuros no podían controlar por cuenta propia.
Esas almas negras, son niños que no hacen caso a nadie en absoluto y como su inexperiencia es muy grande, destrozan todo en cada paso que dan incluyendo a su propia gente.
He tenido que ver como familias son destruidas por demonios que poseen los cuerpos vacíos de los niños haciendo que llegaran al acuerdo de no crear en los barrios bajos, solo son exclusivos para las familias de sangre pura. En este caso, la de Barto, Demián y Allek, los tres grandes líderes de este mundo...
— ¡Es hora! —grita alarmada Lore, su ayudante Lana flota tal cual como un espectro de lugar a otro buscando las cosas necesarias para el bebe.— ¡Puja! ¡Puja! ¡Puja!
Me contraigo de dolor, pero igual hago caso a lo que gritan solo por salir lo más rápido posible de este sufrimiento que nunca imaginé. Allek me mira por sobre su hombro con una mirada llena de deseo, porque por mucho que me ame él igual seguirá sintiendo esas ansias de verme sufrir hasta fallecer.
—¡Salió!—el dolor cesa luego de que Lana coloca sus manos sobre mi frente murmurando palabras en otro idioma, Lore saca al bebé y corta el cordón luego procede a hacer todo los procedimientos que faltan conmigo y dejo caer ambas piernas sobre la cama cubierta de sangre.
— ¡Es un...—la puerta es azotada y Allek arrojado contra una de las paredes, entra una sombra enorme con cuernos y dientes afilados riendo, es espantoso incluso más que las formas de caza que toman los oscuros.
Me siento débil, agotada y la mirada se me está tornando borrosa.
La risa maquiavélica del monstruo inunda la habitación, alza una de sus garras sobre mi bebe y cuando quiero gritar, pedirle que se aleje no soy capaz. Una especie de humo de color negro sale de ella y poco a poco va cubriendo a mi pequeño hasta dejarlo fuera de vista, estoy por caer desmayada cuando veo a Barto junto a Demián atacar al demonio con unas espadas de forma extraña.
Luego de eso, no supe más de mí alrededor, todo se volvió oscuridad.
"Los Cazadores y el pacto."Angy.—La muerte ¿supones?— indaga la mujer con cierto tono de fatiga— Creo que no comprendes muy bien tu situación. Nadie, repito. Nadie es capaz de pasar el puente entre el más allá y el infierno hasta llegar aquí.Marco asiente fascinado como si lo que está escuchando fuera algo nunca antes visto. Marcus, mira a su padre y este le devuelve la mirada dejando muy en claro que existe un misterio extraordinario en todo esto de mi llegada.Respiro profundo, llenando mis pulmones de aquella hediondez que está comenzando a penetrar las paredes. Un grito áspero se escucha a lo lejos y ahogo las ganas de salir a esconderme bajo la mesa, Máximo y Marta miran por sobre su hombro a la ventana del fondo que a duras penas y deja verse por la luz de la luna.Marcus se levanta y estira su mano en la dirección en la que me encuentro, siendo así el espectáculo de las otras tres personas en la habitación.—Hora de irnos. — Dice, cómo no tome su mano a la fuerza jala de mi
"Vista al Pasado III"24 horas.Ni eso pude tener con mi bebé en brazos, todo por culpa de ese demonio repugnante. Que, como un parásito entró para quedarse dentro de su pequeño y frágil cuerpo llevándose consigo la vitalidad de mi adorado hijo.Demián y Barto se lo llevaron al bosque escondido en las montañas mientras aún descansaba y Allek, limpiaba el desastre que había creado con la batalla definitiva de quien dominaría entre las sombras. Lo arrojaron a uno de los pozos de almas sin retorno al mundo humano, que ellos suelen ocultar a los demás por miedo a que las roben y usen para propósitos destructivos.Al despertar ni los lamentos y suplicas de mi marido, ni los gritos de dolor de aquellas madres a las cuales infectaron para obligar a dar a luz un niño merecedor de afecto y de la corona de Allek bastaron para sacarme de ese sufrimiento que yacía como puñal dentro de mi corazón desecho.Los tres fundadores no tenían ninguna idea de lo que realmente sentía, siento y sentiré. Ello
"El limbo de los oscuros"<<Angy>>El cuerpo de Marcus reposa sobre su cama, tieso y frío parecido a un cadáver.Marco espera sentado cerca de la ventana, mirándome atento con ese aspecto tétrico que todos aquí menos yo, poseen.—Y... ¿Cuántos años tienes? — Digo, más para cortar de raíz el silencio abrumante que está por toda la habitación que para saber.—Sabes, tengo rato con unas ganas inmensas de picarte en tiritas mientras pides piedad—Ríe y señala a su hermano mayor —Pero Marcus es muy celoso con sus cosas y no quiero tener que aguantar su malhumor... Oh que me asesine mientras duermo. — Murmura por lo bajo mirando el suelo con pena.Trago grueso y disimulo mirando la habitación en busca de algo productivo por si vuelve lo que sea que arrojó los vidrios en nuestra dirección. Los minutos pasan y nada, ni los padres de los chicos ni Marcus vuelve a la realidad y ya me está entrando el pánico, tanto que las manos me sudan y muerdo la piel dentro de mis mejillas.—Deja de hacer eso
"Tú amor, mi amor, nuestro amor"Marcus.El pasillo cubierto de fango y rodeado de niebla se ha vuelto un poco más lejano, tanto que deja en claro que algo va mal con Dylan.Llego al final de aquel sitio estrecho con apenas un poco de luz por donde debo pasar para entrar en su mente y lo hago de inmediato en caso de que pueda cerrarse y quede en el limbo de ambos mundos.— ¡Dylan es por tu seguridad!— escucho gritar a Galatea, abro sus ojos y es entonces cuando la veo empuñando el arma contra nosotros.—Genial, era hora que aparecieras— comenta Poe con las espadas llenas de sangre y heridas selladas en su dorso desnudo. —Ese de ahí, no hace más que cortarse y golpearse contra las paredes, incluso llegó a saltar por las escaleras.Hablo pero caigo en la cuenta de que no sale ninguna palabra, un pedazo de tela dentro de la boca me incomoda y suspiro para mantener la paciencia. Miguel sale de una habitación del fondo, no tengo idea de en donde estamos pero luego lo sabré.Quiero hacerles
"No existen los secretos"<<Angy>>Limpio las marcas con agua, tratando en lo posible de eliminarlas. Esta vez Marcus excedió su fuerza conmigo, molesto apretó mis muñecas y por muy raro que parece las quemó.Tanto él como yo quedamos sorprendidos.Pude ver la caída de sus facciones, se sintió mal y lo noté. Pero, ¿cómo es posible que tocando me quemara?, es ilógico, aunque aquí nada es lógico.Lobos plateados que comen a los más débiles, oscuros sin almas, familias encerradas en espera de que llueva sangre.Este mundo es muy extraño.Marcus salió hace un rato a buscar comida en cuanto mi estómago empezó a rugir, Marco aún no llega y sus padres tampoco, para colmo discutí con el único oscuro que puede sacarme de este sitio o eso creo.Suspiro. El vaho se nota demasiado, quedando como humo espeso de color blanco en el aire.Escucho un grito y cubro mis oídos, no quiero seguir aquí.—Encontré comida— abro los ojos y observo a Marcus cubierto de sangre, en sus brazos trae una especie de
"Destinos enterrados"Angy.La caminata entre la oscuridad es un poco... Aterradora.Pareciera que estuviera caminando hacía mi propia perdición, todo me causa muy mala espina, no tengo la necesidad ni de dudar de que mi vida (si es que sigo con vida) está en peligro aquí.Corrijo, es muy aterradora viéndola desde cualquier punto. Y más cuando es en medio de un bosque tan peculiar, donde las hojas de los árboles son de color blanco y el tronco de negro, la tierra es en partes piedra luego arenosa y culmina fangosa.Es raro, muy raro.El aire huele a azufre y es pesado, poco me cuesta respirarlo. Lo peor del caso es que desde que salimos del hogar de Marcus no hemos escuchado ningún ruido, haciendo que Marco se colocase en modo de defensa ante cualquier ataque porque al parecer los gritos, el llanto y demás son lo usual a estas horas pero justo hoy no hay ninguno.Hemos caminado en fila uno tras el otro desde hace un rato, siendo Marcus el primero, yo la segunda y de tercero queda Marc
"La distancia destruye"Poe.— ¡Tercera convulsión! —grita Galatea desde la habitación de Dylan. —Miro a los lados, quiero creer que se va a reparar lo que sea que este pasando en estos momentos.Al parecer debe estar sucediendo algo terrible en el mundo oscuro como para que Marcus no detenga el deterioro de la mente que vive controlando desde que tengo uso de razón.— ¡Ya se detuvo! —vuelve a gritar y entonces me detengo de afilar las espadas, solo en caso de que quiera salir y atacarnos, de él se puede esperar lo que sea.Miguel carga el arma y Mika junto a su novia Trisha se colocan en modo de defensa, al parecer no sou el único aquí que duda y teme por su propia vida.— ¡Es Dylan no Marcus, repito es Dylan no Marcus! —dice, haciendo que todo volvamos a lo nuestro.Una sombra pasa por debajo de mis pies a una velocidad impresionanate y a pesar de ser tan rápida puedo notarla, la sigo con la mirada y le veo desaparecer al llegar a la puerta de salida.Un frío raro eriza mi piel y un
"Entre secretos"Angy.—No.Agrega con pausa y calmado, el oscuro con los ojos amarillos.—Solo quería saber quién de ustedes es quien debe vivir y quién no, —ríe con maldad. Levanta el dedo índice con lentitud y de repente Marco es alzado por los aires, el oscuro chasquea la lengua y suenan huesos crujir. Giro y veo como Marco hace muecas de dolor y de su boca sale sangre, espesa y negra.—Tú no me sirves, —algo en mí debe de estar mal, porque siento placer de tan solo mirar su expresión. Pero la parte buena que aún sigue latente grita que lo deje en paz.—Esta sufriendo... —Murmuro, Marcus levanta la mirada y sus ojos se pierden dentro de los míos, como queriendo decir "Calla y obedece" pero no puedo hacer eso, no puedo permitir que le haga daño a otro estando presente. —Déjalo.Agrego, con voz de mando. Barto ríe como si le hubiera contado un buen chiste y es entonces cuando giro para encararlo. —Te dije que lo dejarás en paz, él no te hizo daño.Marco cae al suelo y entonces, Bart