—¿Qué has dicho? — mi voz es apenas un susurro.
—Que no podemos seguir juntos, tenemos que separarnos, no me hagas volver a decírtelo, que no voy a poder. — yo lo miro en estado de shock, ¿Porque me dice eso? ¿Porque siento que me falta el aire?
—¿Por qué?— pregunto con lágrimas en los ojos, Gabriel al verme así baja su cabeza y se ve las manos. — ¿PORQUE? — grito, siento un gran dolor en mi pecho.
—Por favor tranquilízate, lo hago por tu bien, por el de los niños — yo lo miro extrañada.
—¿De qué hablas? ¡No te entiendo! — dije algo confundida y dolida.
—Montse, te amo, eres el amor de mi vida, pero hay gente afuera que no nos quiere juntos, quieren separarnos a cualquier precio, as&iacut
Salgo dejando mi corazón con la mujer que más amo, la que le dio sentido a mi vida, la que derribó ese muro que tenía mi corazón. Cuando llego a la sala me encuentro a Kika que al verme llorar se asusta y viene a mi encuentro.—Mi niño, ¿Qué tienes? ¿Qué pasa? — sin poder aguantar un segundo más, me derrumbo en sus brazos y la abrazo como un niño pequeño.—¡Gabriel, me estás asustando, por favor, dime que te pasa! — y efectivamente su voz se oye muy preocupada.—Me voy de la casa — digo en medio de lágrimas.—¿Qué? ¿Pero por qué?—Porque tengo que proteger a mi familia.—¿Gabriel de qué hablas?, no te entiendo.—Las mismas
No puedo creer lo que tengo enfrente de mí, parece una hermosa ilusión, un bello Ángel caído del cielo, sin poder evitarlo me acerco lentamente hasta que respiro de su aliento, sus ojos tienen ese brillo que tanto amo, y también tiene ese rastro de lágrimas que hace un par de horas estaba derramando por mí. Con una de mis manos acaricio su mejilla y ella cierra sus hermosos ojos.—Pareces un hermoso sueño, un precioso Ángel.—Tu Ángel, mi amor. — pego mi frente junto a la de ella y suspiro. La amo tanto.—¿Qué haces aquí Montse? ¿En que llegaste? — trato de hablar dulcemente, para que no tome a mal mis preguntas.— Te necesito, por eso vine hasta aquí, Jessica me trajo — alzó una ceja al escucharla y sonrío complacido y sin esperar un segundo
—Mis hijos — dice Montserrat detrás de mí, al girarme empiezo ver como de sus bellos ojos salen lágrimas.—¡No puede ser mis hijos!, ¡por Dios no! Maldita sea todo esto es mi culpa — me giro y entro al baño, en cinco minutos ya estoy listo, Montse sigue llorando y en estado de shock.—Amor deja de llorar y vamos a casa ¿quieres? — ella me mira a los ojos con gran tristeza.—No es tu culpa Gabriel, es mía, tú te alejaste para mantenernos a salvo, y yo por pensar solo en mí, en lo bien que me siento a tu lado, no pensé en nada más y ahora mis bebés están en peligro.—Calmate cielo, no es tu culpa, ahora ve alistarte y vamos a casa, tenemos que ir a ver a nuestros hijos. — asiente y rápidamente se da una ducha.Despu&eac
CAMILASalgo de esa casa hecha una furia y más llena de odio. Odio a Montserrat Ávila, es la persona que más detesto, ella me ha arrebatado todo lo más que he amado, sí ella no existiera, estoy casi segura que mi vida fuera otra, sería muy diferente al infierno que he vivido desde hace 15 años.Tengo 15 años odiándola con todas mis fuerzas, quién iba a decir que uno de mis hermanos se fijaría en esa maldita quita hombres.Tal vez ella no es del todo culpable, pero igual no puedo evitar odiarla, desde aquel día en que supe que me dejarían por ella.Lágrimas de frustración, odio y dolor salen de mis ojos, ¿cómo es posible que mi hermano me hablara así? Al llegar a un parque, me siento en una de las bancas y los recuerdos llegan a mí, como lo he hecho miles d
PV MONTSERRATLas palabras de Camila quedaron muy grabadas en mi cabeza, ¿Por qué dijo que yo siempre le había quitado lo que más amaba?"Pronto caeras y yo seré feliz de no verte levantar"¿Por qué me dijo eso?, ¿Tanto odio me tiene? ¿Pero por qué?No sé si hablar con Gabriel y contarle lo que me dijo su hermana, o callar. No, yo creo que lo mejor será decirle, puede que él sepa algo que yo no.Después de dormir a los melliz, y dejar a Thiago y Vale viendo una película, decido ir hablar con Gabriel, cuando llego a su despacho, pienso tocar la puerta, pero escucho a Gabriel discutir con su padre, y sin poder evitarlo, escucho lo que creo que no debía.—¿Por qué no me lo dijiste Gabriel?—P
PV MONTSERRATGabriel ha llorado, por varios minutos, se que todo esto está llegando muy lejos, no sé cuánto pueda aguantar un ser humano, para que el cuerpo explote.—Ya te lo dije princesa, tú no tienes la culpa de nada, si mi hermana está metida en todo esto, juro que no tendré compasión de ella, y creo que será mejor enfrentarla de una vez por todas — Gabriel se separa de mí, para mirarme a los ojos. — Te amo, y eres lo mejor que me ha pasado en la vida, sin ti no tendría la hermosa familia que tengo, sin ti no hubiera cambiado, porque tú, con tu amor, me hiciste un hombre diferente, cuando creí que te había perdido sufrí tanto, que no creí posible que un ser humano pudiera aguantar tanto dolor, pero cuando volviste aparecer en mi vida volvió a latir mi corazón y juro por Dios que no dejaré que n
PV GABRIELSalgo de la casa con una angustia en el pecho, ¿Será que mi bella y pequeña Cami está metida en toda esta porquería? No, mi hermana no puede ser una persona tan cruel y rencorosa.Camila siempre fue la consentida de la casa, ya que era la menor, y la única mujer, pero a pesar de eso ella era una niña dulce, cariñosa, con tantas ganas de vivir, de explorar el mundo, de enamorarse, ¿Qué pasó con esa chica tan llena de sueños?De camino a casa de mis padres llamé para saber si Camila se encontraba en casa, Katia una de las muchachas de servicio me dijo que no, pero antes de cortar me dijo que alguien venía entrando y era ella, entonces le dije que no le dijera que yo había llamado preguntando por ella, además que al parecer la señorita llegó apurada, por lo que decido cortar
PV GABRIELCamila me ve y se pone con actitud desafiante.—¡Maldita!, ¡Maldita!, mil veces maldita — Camila empieza a gritar como loca, y a tirar todo lo que hay en la mesa del despacho. — Montserrat siempre Montserrat, por ella me has tratado mal, me has echado de tu casa, de tu vida, por ella todo el mundo me deja, esa maldita todo me lo quita, siempre me ha arrebatado lo que más he amado y te juro Gabriel que no descansaré hasta verla destruida. — Sus palabras me sorprenden, pero lo que más me sorprende es oírla hablar de esa manera, con tanto odio hacia Montserrat.—¿Porqué? Dime de una maldita vez ¿Por qué dices todas esas cosas?, cuando la única culpable de las cosas que te pasan eres tú.—No, eso no es así Gabriel, recuerdas aquella vez hace 15 a&ntil