5. DISCULPAS

Me levanto miro el reloj y observo que son la una de la tarde, ¡Por Dios! ¿Tanto he dormido? 

Me levanto, me doy una ducha, me alisto para ir al gym, después vendré a comer.

Después de dos horas de ejercicio, mi estomago suena, así que decido ir a comer algo pero en mi casa, quiero que Kika me haga algo bien rico. 

Al llegar voy directo a la cocina y ahí está mi Kikita, ella me ha cuidado mucho y siempre me ha complacido en todo, es mi nana por así decirlo.

—Hola kika, me estoy muriendo de hambre, podrías hacerme una chuleta bien frita, ensalada de lechuga con tomate, zanahoria y mayonesa, plátanos maduros, aguacate.

—¡Claro mi niño hermoso!, y como no vas a tener hambre si ni siquiera has desayunado..

—Ya te he dicho mil veces que no me digas niño, no me gusta… — digo como niño pequeño. 

—Bueno amargado ve a darte un baño que cuando bajes estará listo tu almuerzo

Subo a mi habitación me doy baño, me pongo solo un pantalón pijama, tengo pensado salir hasta en la noche, es mas deberia llamar a Eric..

*******llamada telefónica*******

—¡Hola! —contesta medio dormido

No puedo creer, que siendo casi las cuatro de la tarde y este sigue durmiendo

—¡Vamos Eric! ¿de verdad todavía estás durmiendo?.

—Maldito Gabriel estaba en un muy rico sueño y tú vienes y me despiertas, dale gracias a Dios que no estás cerca..

—Ya deja el drama que van hacer las cuatro de la tarde, solo llamaba para confirmar lo de esta noche.

—¿Para ir otra vez ahí?, ¿es enserio? ¿Por qué mejor no vamos a otro lado?

—Yo quiero ir ahí, así que déjate de mierdas, nunca les pido nada. 

—¿Tanto te gusta la mesera esa?

—¡Nooo! Claro que no, es que no me gusta que nadie me rechace, eso es todo, cuando obtenga lo que quiero será asunto olvidado. 

—Cuidado amigo, no te vaya a salir el tiro por la culata y termines enamorándote de esa señorita tan guapa. 

—Hay ya deja de decir tanta tontería junta, que yo no voy a terminar enamorado de nadie, nos vemos a las 6:30..

—¿Pero por qué tan temprano?

—Porque si y punto a esa hora los recojo dile a Esteban que esté en tu casa a esa hora, igual Charlie…

—Ok, ok pero se que lo haces por verla bailar, además, creo que estás en problemas jajaja

—¡Idiota!...

******** Fin de llamada*******

Y sin más corte la llamada no me interesa seguir escuchando las estupideces de Eric, mejor bajo a comer porque tengo muchísima hambre..

Tal como dijo Kika mi almuerzo está servido, me siento y devoro todo, estaba delicioso y de postre un rico helado de vainilla con chocolate. 

Después de comer me dirijo hacia la terraza, quiero pensar tranquilamente, desearía que mi papá me entendiera y se le quitara esas absurdas ideas de querer casarme, tal vez sí encuentre una novia aunque sea de mentiras una a la que le pague puede que cuando me vea en una relación formal dejara un poco el tema de casarme y así después pensar con calma como quitarle esa idea, si eso hare, ahora solo falta encontrar a mi supuesta novia..

—¿En que piensas?

—Hola Cami, ¿y ese milagro que mi hermanita esté en casa?. 

—Pues mira quien habla, tú nunca estás en casa Gabriel.

—¡Sabes que trabajo mucho!

—Aja y cuando no estas trabajando, estas perdiendo el tiempo con tus amigos o con zorra. 

—Camila esa boca, no hables así no me gusta, y tengo derecho a divertirme, creo que ya que me mato trabajando, también tengo derecho a divertirme, claro mientras dure mi soltería…

—Tú sabes que papá lo único que quiere es que formes una familia y que no estés solo más adelante, aunque te apoyo, sé que tendrás que conseguir a alguien y no puedes conseguirte a cualquier mujer así como así. 

—¿De qué hablas Camila?

—De que no puedes buscar a cualquiera, sabes que tiene que ser de clase, y muy guapa no puedes traer a ninguna pelele, muerta de hambre…

—Basta Camila dejate de estupideces y deja de menospreciar a la gente solo porque no tiene dinero y la verdad no me interesa seguir escuchándote así que me voy a alistar porque voy a salir. 

Doy media vuelta y me voy a mi habitación, ¿cómo mi hermana puede ser tan linda, dulce y al mismo tiempo tan mezquina?, ni mi madre es así.

Me alisto y voy a buscar a mis amigos del alma, que sea lo que sea siempre están para mí. 

—Valla, valla ¿porque tan guapo Gabriel?, ¿será que todo se debe a cierta mesera?

—Puede, así que vamos que no quiero llegar tarde, quiero ver como baila..

Al llegar ya están empezando a bailar la busco con mi mirada y la encuentro, nuestras miradas se encuentran y siento como si ese baile que hace es para mí, que se mueve extraordinariamente por mí, la muy descarada me guiña un ojo y me sonríe y sigue bailando y no me vuelve a mirar más, es la primera vez que me sonríe a mí, hay mocosa estas jugando con fuego y te vas a quemar o mejor dicho nos vamos a quemar.

PV MONSERRAT 

Al llegar al hooters me pongo el uniforme, me maquillo y me hago ondas en el cabello solo que hoy me haré una trenza formando una diadema al frente, mi cabello cae hacia los lados, la verdad me gusta.

Hoy no ha sido mi día, me pelee con Antonio, muchas veces parece olvidarse que fue él que me dejo por otra, y tiene el derecho a reclamarme por todo, dijo que él vendría a recogerme, y la verdad ojalá no lo haga, aunque me encantaría saber si es capaz de zafarse de su mujer cita. 

Por otro lado, está ese hombre que me persigue y no se cual será esa insistencia, la verdad me pone nerviosa, su mirada me inquieta, no puedo negar que ese hombre es demasiado guapo pero él nunca se fijaría en alguien como yo. 

Pero bien, si el lo que quiere es jugar al gran conquistador yo haré lo mismo, jugar y veremos quien seduce a quién. 

A las siete en punto empezamos el baile, dos minutos después lo veo entrar con sus amigos, su mirada nos recorre a todas hasta que topa con la mía, él me mira fijamente empiezo a bailar para él, para que vea que puedo llegar a ser sexy, le sonrió como no había hecho desde que lo conozco y le guiño un ojo, después sigo con mi baile, y no vuelvo a dirigir mi mirada hacia él, aunque se que la mirada de él está encima de mi cuerpo, lo siento. 

Al terminar el baile bajamos del escenario, yo voy a tomar agua y a refrescarme dos minutos para volver a servir a las mesas.

—¡Hola! — 

—¡Ahh! — grito del susto…

—¡Perdón no quise asustarte!...

—¿Qué quiere?, ¿Qué hace aquí?

—Solo vine a ver, ¿si podrías atender tú nuestra mesa esta noche?

—Claro que sí, no tengo problema con eso, pero no solo podré atenderlos a ustedes, también tengo otras mesas.

—Está bien, también quería ofrecerte disculpas porque no me he comportado muy bien contigo, claro está que tú tampoco.

—¿Yo? Pues lo he tratado como usted lo merece por engreído y petulante.

—Lo sé, lo sé pero por eso quiero empezar de cero y te demostraré que no soy ni engreído ni petulante, ¿que dices?

Este piensa que le voy a creer ese cuento ni que fuera tan ingenua, no soy estúpida y se que algo se trae entre manos, pero seguiremos haciéndole creer que le creo lo que dice. 

—Está bien, comenzaremos desde cero, espero no arrepentirme.

—¡Está bien señorita mucho gusto soy Gabriel!

Me extiende su mano en forma de saludo y yo se la acepto. 

—Montserrat — le dije extendiendo mi mano —ahora si me disculpa tengo mucho trabajo por hacer. 

—¡Claro Montse, adelante!

Me voy sumamente nerviosa, ¿porque se comporta así?, ¿qué es lo que quiere?, bueno se que es lo que quiere, pero no pienso dárselo. 

La noche pasó muy movida, pero divertida, en la mesa de Gabriel se han portado muy amables, nos han hecho bromas y Gabriel se ha comportado… se podría decir que atentó y cada vez que sonríe siento que me voy a derretir, pero no debo hacerle mucho caso ya que lo que quiere es hacerse el don Juan.

Ya es mi hora de salida al igual que ayer las propinas han sido extraordinarios, Gabriel y sus amigos dan muy buenas propinas, me dirijo hacia su mesa para despedirme junto con Vane que hoy sí, salimos igual. 

—Buenos señores, ya nuestra labor de hoy terminó, así que los dejamos.

—¿Y porque no se cambian y se toman un refresco con nosotros? — dice uno de sus amigos. 

Gabriel nada mas me mira. 

—¡Por mi encantada, y ¿tú qué dices Montse?

—Yo.. este.. no sé, la verdad me gustaria irme ya para mi casa estoy muy cansada..

—¡Vamos Monse, solo será un refresco!.

—Ok pero será solo mientras llegan por mí — Le digo a Vane muy cerca del oído, donde solo ella pueda escucharme, ella asiente. 

—Bueno iremos a cambiarnos, ya regresamos — les dice Vane. 

En el camerino me pongo el pantalón de mezclilla azul, roto en las rodillas, una blusa de tirantes negra, una sueta gris, y unos tenis, decidí seguir viniendo sport, porque salgo muy cansada para traer zapatos altos. 

—Te van a comer con la mirada de lo linda que te ves. 

—Déjalo ya Vane, no ando con la gran cosa y para mí solo será un fresco y me iré..

—¿Estás segura que vendrán a recogerte?

—Pues no se, pero si no viene me iré en taxi..

—OK, si no hoy si te llevo yo, ven vamos ya.. — en ese momento me giro y la veo

—No, ¡pero tú sí quieres que esos tipos se te coman con la mirada! Ese vestido es demasiado corto.

—¿Es hermoso no?

—¡Pues sí!, pero para mi gusto está demasiado corto… — Vane es una pelirroja, de buen cuerpo, se colocó un vestido tan corto que si se agacha se le ve el hígado. 

—Hay ya no seas amargada y vamos.

Yo me río al llegar a la mesa Gabriel me mira de pies a cabeza y su mirada se vuelve oscura, nos abren las sillas para sentarnos a mi me acomodan a la par de Gabriel y a Vane a la par de Eric, creo que estos dos se gustan. 

—¿Qué desean tomar? — pregunta Gabriel.

—Yo una cerveza... — dice Vane

—Yo una coca cola por favor..

—¿No tomas? — Me pregunta Eric..

—¡No, no me gusta!...

Nos traen lo que pedimos y siento super rico…

—Y aparte de trabajar aquí ¿Qué hacen?

Pregunta el otro que creo que se llama Esteban.. 

—Estudiar — responde Vanessa

—Ya, ¿y viven muy largo? — pregunta Eric, se que quieren sacarnos información..

Y justo cuando voy a responder suena mi celular..

****** Llamada telefónica******

—¡Hola! 

—¿Ya salió? Porque estoy aquí afuera.

—Ya voy 

—bueno.

*********Fin de llamada********

—Bueno los dejo ya me tengo que ir.

—¿Algún novio? — Me pregunta Gabriel, pero en su mirada veo ¿enojo?, yo solo ignoré su pregunta.

—¡Buenas noches que descansen y gracias!.

Y sin más doy media vuelta y me voy. 

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