Buenas noches, ¡es un placer conocerte mi niña! ¿Cómo estás? — hola, señora Lombardi, ¿Cómo está? ¡El placer es mío! —nada de señora, dime suegra, porque no me gustan las formalidades— está bien, suegra, pase adelante.

—¡es un placer conocerte Esmeralda! Espero que me trates sin formalidad.

—está bien suegro, el señor se acercó y me dio un beso y un abrazo como lo hizo su esposa, les juro que estaba muy sorprendida con su actitud.

—cuñada es un placer conocerte, ¡eres mucho más hermosa en persona! Yo soy Sofía —hola, cuñada, yo soy Fabiola.

—es un placer conocerlas chicas, pasen por favor.

—mi familia no me decepciono, la trataron como si la conocieran de toda la vida y apenas tomamos asiento comenzaron a preguntar por el bebé, la conversación era tan fluida que nadie podría imaginar que recién se estaban conociendo ella sonreía con ellos, pero no de forma forzada, sino natural, hay me di cuenta de que yo no la conozco porque mi opinión sobre ella es horrible.

—pasemos a la mesa —todo