Nunca había visto un ángel. Ahora sí puede decir que lo ha visto y su hija es una de ellos. Hayley sigue dormida, de lado y abrazando una almohada. Hannah juega en el sofá con su peluche y en brazos de la prima de Maylene. Él está de brazos cruzados, atento a Hayley y a cualquier movimiento extraño. Cada vez qué observa a su preciosa hija Declan puede respirar con tranquilidad. La belleza de Hayley es innegable, y la de Hannah de la misma forma. Sin embargo, ha pasado ya una hora desde que Maylene se marchó.Mira su reloj. Ya dan la medianoche. No es que quiera ser posesivo y controlador pero no está para nada a gusto que Maylene no esté a su lado o al lado de las niñas. Aquí y ahora. Llamará a Fred. —Son hermosas —en la soledad del cuarto Declan escucha las palabras de Lindsay, quien se acerca con Hannah—, tienen toda la belleza de su madre. He visto fotos de Maylene cuando era una bebé y son iguales a ella. Declan no aparta la mirada de Hayley. Oh sí, sus hijas son tan bellas
—¿A salvo? —Maylene expresa, más que molesta que aliviada—, ¿A salvo? —intenta acercarse a Bradley, pero López la detiene—, ¿En dónde has estado todos estos años? ¡¿En dónde?!Bradley fuma su pipa sin perder la vista de los ojos de su nieta. Hay algo en él que es difícil de descifrar. Sin embargo, cada minuto que pasa hablando con él es un minuto sin saber de sus hijas.—¡Suéltame! —le exige a López—, ¡Que me sueltes!—Estuviste a punto de ser secuestrada. López Te trajo aquí porque yo así se lo pedí.—¿Y cómo sabes eso? ¿Cómo sabes qué estoy en peligro? ¿Qué es lo que sabes? —Maylene alza la voz—, he intentado llamarte y no contestas. Creí que podía confiar en ti y que te quedaba una pizca de amor por mí o por Reece, o por Sam. ¡Pero no! Ahora no confío en ti y te exijo que me digas todo lo que sabes-—Lo qué se es que tu destino hubiese sido peor e implacable si no hubiese puesto a López para que te vigilara.—¿Vigilarme? —Maylene repite, más que confundida.—Estás en mi casa, Mayl
Sin saber cómo o qué momento su madre descubrió la verdad, Declan niega con la cabeza.—¿Cómo sabes…? —se interrumpe a sí mismo—, ¿Cómo sabes qué esas niñas…?—Hijo mío —la señora Ellison cierra los ojos. Pero aún así continúa—; no dejes que Kieran sigue cometiendo más daño. Él no lo sabe, él no sabe que tú eres el padre de esas niñas y si lo supiera, hará todo para destruir lo que le quitaron a Maylene porque también son tuyas. Vi el odio con mis propios ojos. Mi propio hijo —la señora Ellison no puede seguir ya sin el nebulizador así que se lo coloca de vuelta—, Kieran no está…—Shh —Declan se endereza. Frustrado y al borde de la locura, se pasa las manos por la barbilla—, no hables más. Haré todo lo qué me estás diciendo —Declan acaricia su cabello. La señora Ellison vuelve a cerrar los ojos, inhalando para estabilizarse—, ¿Pero ¿cómo supiste que las niñas…?—Fui yo.Escucha el sonido de la puerta cuando se cierra. Se gira hacia atrás y una avergonzada Amy Morgan todavía se queda a
—¿Qué? ¿De qué hablas, Declan? —una sonrisa nerviosa es prueba de que lo que dice es cierto—, ¿Qué cosa estás diciendo? —la ve dándole unas palmadas en la espalda de la niña, meciendola con cuidado—, no entiendo porqué me dices esas clases de cosas.Prefiere cortarse las venas antes que creer que esta mujer es Maylene. El simple hecho de ver sus ojos le comprueban que en realidad no está loco. Pero una cosa lo deja sin aire y empieza a enloquecerlo silenciosamente.¿Dónde está Maylene?—¿Entonces? ¿Me vas a decir por qué me dices eso? —ella pregunta otra vez, y su expresión preocupada delata mucho más su intento maquiavélico de parecerse a su mujer—, no me gustó que dijeras eso. Es de muy mal gusto, ¿Lo sabes?—Dame a la niña —exige en un tono despectivo, muy lejano y distante. Se acerca.Cuando intenta tomar a Hannah, ella medio se gira, alejando a la niña de él. Una mirada que jamás ha visto en Maylene, escalofriante y sería, avista en el rostro de ésta mujer.—No toques a mí hija.
—¿Hacia dónde se dirige, señor?—¿En dónde está Fred? —Declan sigue acelerando. Ya el sol en el horizonte nutre la mañana, y se adentra a la camioneta.—Con la señora Maylene, señor —responde Fenton—, ¿Se dirige a la compañía?—Jensen quería hablar conmigo acerca de algunos documentos que consiguió. Kieran ha intentado vender acciones falsas, manipular los precios. Le había comentado a Jensen sobre lo mismo y comenzó a investigar. Quiere que vea algunos documentos —el centro de la ciudad de Londres se alza frente a sus ojos. Está más cerca de Horizon, pero la nostalgia lo está corrompiendo. Esto de tener a sus hijas lejos y a Maylene desaparecida lo está trastornando de poco a poco—, cuando el mercado se entere de esto lo más probable es que abran investigaciones regulatorias y la reputación de Horizon será demasiado grande. Afectará a Horizon de una forma tan descomunal que perderemos la capacidad recaudar capital por un tiempo.—El asunto aquí es, señor, es si su hermano utilizó su
—¿De qué estás hablando? —Maylene no siente sus piernas, ni siquiera su cuerpo. Arrastra de nuevo los pies hacia Bradley—, ¿De qué estás hablando? ¿¡De qué mentiras hablas?! —No es ninguna mentira —Bradley coloca las dos manos en el mango del bastón, ya fija en ella. Tiene la mandíbula tensa, y sus ojos están tan serios como para pensar que lo que dice no es verdad—, siéntate. Hay algo de lo que me gustaría hablarte. Danielle, Calvin, déjenos a solas. Danielle se acaricia la frente, como si estuviese incómodo. Y es Calvin quien le da un pequeño codazo. Al quedarse solos, el rostro de Maylene cae en la incredulidad y el horror. —Acércate.—Habla —Maylene lo zanja con fuerza—, dime toda la verdad. Si tardas un momento más me largaré. —No quiero que te vayas. Y se suponía que vendrías con tus hijas. Aquí, todas ustedes están a salvo —las palabras de Bradley la toman por sorpresa—, necesitas sentarse, Maylene. Debido a qué su cuerpo no puede mantenerse ya de pie, y sintiéndos
—¿¡Declan?! —Maylene baja los escalones con los ojos llenos de lágrimas—, ¡Por Dios! ¡Declan!Como puede se abalanza hacia López, quien intenta sostenerlo, pero hay alguien a su lado y tiene más sangre que Declan.—La sangre no es mía —y su voz suena demandante. Tres hombres y sumados a Calvin y Danielle hacen lo posible para sostener al hombre que Declan forcejea para que se mantenga de pie—, necesita que lo atiendan, rápido. —¡Llévenlo de inmediato a uno de los cuartos! —una de las criadas sostiene a Bradley, quien intenta acercarse lo más que puede.—¡¿Declan?! —Maylene intenta buscarlo cuando finalmente se da cuenta de la persona que se llevan lejos. Es Jensen, ya lo conoce. ¿Pero por qué está lleno de sangre? Sus manos buscan el rostro de Declan cuando se detiene. Lágrimas de preocupación y asombro se desatan en su rostro—, ¿Declan? ¡¿Qué haces aquí?! ¿Qué está pasando…? ¿Qué?Cuando sus ojos se encuentran, ya que Declan pasa una mano por su cintura, Maylene no sabe si gana
Maylene se da la vuelta, aguantando la rabia. Hubiese preferido que el financiamiento estuviese saliendo de la familia de Carl. Pero está porquería tiene que arruinar sus planes otra vez.—Shannon David —Bradley repite—, qué casualidad.—¡Manson le pidió a Fenton qué sólo dijera eso! Dice que —Lindsay traga saliva—, Shannon de hecho quería venderle parte de la compañía a Declan para que Kieran no tuviese problema a la hora de mentir en los precios de las acciones. Todo caería en la administración de Declan a la hora de que la policía investigara —Lindsay mantiene su expresión de sorpresa—, y ella, esa mujer….—Hija de Joshua y hermana de Maylene —Bradley busca su encendedor en los bolsillos de su pantalón—, ¿Qué es lo que se dice de Declan y Maylene ahora qué no tiene a las niñas?—Las autoridades están buscándolo —Lindsay deja caer la mirada en Declan—, lo lamento mucho.—Hice lo qué hice sabiendo lo qué iba a pasar. Fred murmuró que ella cree que tú estás muerta ahora —Declan toma l