Rio Li

Madison parece feliz de volver a verme, no tiene idea que solo vine a jugar con ella, cada quien obtendrá lo que se merece, me sorprende que haya buscado apoyo en su amiga Tamara, no sé mucho de su vida, ni de la de sus esposo después de lo que me hicieron,

Ellos al contrario del grupo, no son poderosos económicamente, acabar con ellos es demasiado fácil para mí, por eso no los he atacado, pero ya llegara su momento.

Madison, es rápida cocinando, esta mojada por el sudor y me la imagino así en mi cama, saco esos pensamientos lo más rápido que puedo de mi cabeza, no vine por sexo, vine a vengarme por todo lo que me hizo.

—Luis puedes prestarme tu teléfono, no tengo por uno ahora.— Dice ella poniendo cara triste mientras continua cocinando.

.Claro mi reina, para usted lo que quiera.— Responde el, yo ruedo los ojos pensando ¡Otro tonto que cayó con una cara bonita!.

—Gracias.— Responde ella encantadora, limpiando sus manos para recibir el aparato, busca en su bolsillo un pap