Madison James Me voy de allí con el estomago revuelto,, en el pasillo se encuentra el chofer —¿Qué haces acá?.— Cuestiono. —Protegiéndola.— Me dice y camina a mi lado. —No corro ningún peligro.— Aseguro, no quiero un loco sobre mí, las veinticuatro horas al día. —Esa no es mi decisión, señorita, la verdad usted no es tan dulce como aparenta sé que será difícil trabajar con usted.— Me dice dejándome sin habla, ¡como si yo tuviese alguna opción!. —Lamento mucho lo que estas pasando.— Digo en forma sarcástica— —Gracias a Dios lo entiende.— Me responde el aparentando inocencia— —Definitivamente, eres un imbécil al igual que tu jefe.— Le respondo echando humos, salimos a la calle, y el calor es asfixiante, Miami no es uno de mis lugares predilectos, es muy caliente para mi gusto. —.El señor Li, es el mejor jefe que podríamos tener.— Me dice el abriéndome la puerta no puedo evitar rodar los ojos y sacudir la carpeta en el pecho del sujeto. —Esto es lo único que le importa a él, todo
Madison James Pasan las horas y no tengo con quien hablar, no me muevo de la habitación hasta que es tarde y el hambre me está matando, saco la comida fría apenas tocada y exploro el Pent—house una increíble vista de Miami de noche se ve a través de la pared de cristal. No me detengo a observar mucho, entro a lo que creo que es la cocina y abro la nevera, hay un pastel de durazno, mi favorito, lo saco tomo un trozo en un plato me lo como lentamente, esta divino y lo mejor no lo devolví, miro la hora y son las doce de la noche, el chofer, guarda espaldas o lo que sea no se ve por ningún lugar, por lo que decido salir del lugar en absoluto silencio solo con mi cartera, el vigilante me observa salir y no dice nada. Tomo un taxi rápidamente Miami es de esas ciudades que nunca duerme le doy la dirección y entro al apartamento de Rio, el prometió que lo dejaría en libertad, yo me alejare pero espero cumpla su promesa. Me doy un baño y me coloco una de las playeras de mi prometido, me
Rio Li Me mira a los ojos con detenimiento como si pudiera a través de ellos traspasar mi alma—Hijo no puedes mentirme, pero tampoco puedo protegerte todo el tiempo, cada uno lleva sus propios tropiezos, me dice y sale del comedor —¿Y el pastel?.— Pregunto como un niño mimado. —En el refrigerador.— Me responde sin mirarme, tomo mi plato con un cubierto y un cuchillo y me sirvo un generoso trozo, mientras estoy prácticamente babeando, no suelo ser así, pero esto comiendo demasiado últimamente —Eso no se hace.— Escucho la voz de mi sobrino, me da risa pero sigo en mi papel, en este momento no soy Rio, soy Ángel. —Tu abuela me dio permiso— Respondo y me siento a comer, relajado y suspirando, esto está demasiado bueno —Mi abuela nunca haría algo así, como dejar que tu entraras y te sirvieras como si te tuviera mucha confianza..— Responde Lía segura, ella la conoce bien. —Pregúntale, ella misma me dijo sírvete lo que quieras.— Respondo indiferente comiéndome mi delicioso pastel. —El
Madison James —Bienvenida a New York.— Me dice, Damián y asiento, apenas salgo siento un poco de frio, pero no digo absolutamente nada, cualquier mujer estaría feliz, de estar aquí en mi lugar, a mi el dinero no me impresiona, vengo de una familia que aunque ahora no tiene dinero tenia tanto que en algún momento dejamos de poner los pies en la tierra, hasta el día en que mi hermana mayor desapareció sin dejar rastros, hace varios años. Nunca volvimos a ser los mismos, mi padre nunca volvió a sonreír de verdad —Sígame.— Me ordena el chofer y lo sigo en silencio, me entrega una carpeta para qué lea sobre un trato que debo hacer en poco tiempo ¡estoy segura! —¿Por qué no me lo diste antes?.— Pregunto molesta entre dientes. —Porque, tú no quisiste escucharme.— Me responde volteándome los ojos. —¡Debiste haber insistido!.— Le respondo, como una chiquilla caprichosa. —Se coloco unos tapones para no escucharme.— Se justifica cruzándose de brazos, y viéndome con los ojos entrecerrados, m
—No es para tanto.— Dice Ángel quitándome todo merito, por lo que acabo de hacer.—Es cierto, no fue mucho para mí, pero si hubiese estado contigo solo se muere, porque eso que yo hice fue para lo que me prepare toda la vida, para salvar vidas.—Le recalco—Pero tú padre también te preparo para dirigir su empresa una vez que él se retirara.— Responde Moreau.—Sí, eso también.— Respondo, sin darle importancia tal vez tenga talento para los negocios, pero desde muy joven priorice la vida antes que el dinero.—Firmemos el acuerdo, después podemos celebrar esta segunda oportunidad de vivir que me has dado.— Me dice viendo la fotografía en que sale con su familia.—Tiene una hijos hermosos.— Me fijo yo tiene los rasgos asiáticos de su madre, pero unos increíbles ojos verdes, también tienen los labios un poco más gruesos similares a los de Darién Moreau, a pesar que es algo mayor es un hombre guapísimo.—Si se parecen a mi esposa.— Dice el orgulloso—Y a usted también.— Respondo admitiendo
Madison JamesMe coloco, la ropa con desgano, y me ato el cabello en una cola baja, solo coloco gloos en mis labios y salgo, lista para la sorpresa.—Wow es la primera vez que veo a una mujer hermosa estar lista en tan poco tiempo.— Halaga Damian—Gracias, vamos a ir a ver qué es lo que quiere esta vez nuestro jefe, estoy cansada y quiero volver para poder dormir, ¡estoy harta de todo esto!.—Exclamo amargada y el solo se ríe como siempre de mis respuestas carentes de todo tipo de humor, tengo ganas de llorar.—El chofer aparece vestido con una traje impecable, que luce muy costoso, mi padre usaba Armani, solo en ocasiones especiales y el tipo lleva uno, no puedo creer que Rio Li, les pague tanto a sus empleados como para vestir algo así.Bajo caminando en medio de los dos tipos, la gente no disimula al verme pasar con ellos, por la cercanía de ambos parece que tuviese dos maridos.—¿Pueden alejarse un poco por favor?¡Me están asfixiando!.— Me quejo,Ellos hacen oídos sordos de mi quej
Madison JamesA la mañana siguiente estoy, intentado comunicarme con mi familia, pero ninguno contesta, tal vez nuestro jefe ordeno es que no me atiendan las llamadas, es terrible, de el puedo esperar lo impensable.Cuando estoy marcando el número por decima vez al menos, tocan a la puerta de mi habitación, no respondo, no me importa hablar con ninguno de los cretino que puso Rio a “cuidarme”—Señorita James, hay una noticia que le podría interesar en todos los medios de comunicación del país. — Me dice, Damián tras la puerta.— ¿De qué se trata?— Cuestiono aburrida, parada a un lado de la ventana.—Debe verlo por usted misma. —Me sugiere, reviso la sección de noticias en el celular la primera me deja con la boca abierta, es algo que espere que sucediera, ¡pero no tan pronto!—Tecnoautos, una empresa aparentemente sólida en el mercado se acaba de declara en bancarrota, gracias a una mala inversión.—Al contrario de la empresa de papá, en la que su quiebra fue a puerta cerrada, en el
Apenas pongo un pie fuera del ostentoso edificio camino hacie el puesto del señor Alvaro, para que me prepare mis perros calientes, para después encerrarme como todos los días en mi habitación. — Dos perros calientes.— Ordeno cuando llego al pequeño tráiler de la esquina, hay varios comensales antes, por lo que me pongo a revisar las redes sociales, donde publica mi madre la vida perfecta que en apariencias llevan, sin incluirme a mí por supuesto, ya que soy el cordero que ellos sacrificaron para seguir viviendo su vida de lujos como siempre. Tengo ganas de llorar al ver a Miley ser abrazada por un lado por Carlos y por el otro por el gran señor Rodrigo James, como si fuese algo preciado, mientras yo no tengo afecto, ni amor de nadie, y además por su seguridad tuve que renunciar a Will. ¿Qué hará ahora?, me pregunto en la acera parada de espaldas al tráiler, de un momento a otro soy lanzada con fuerza al suelo, reboto sobre un cuerpo y no entiendo nada de lo que acaba de pasar. —