Madison JamesA la mañana siguiente estoy, intentado comunicarme con mi familia, pero ninguno contesta, tal vez nuestro jefe ordeno es que no me atiendan las llamadas, es terrible, de el puedo esperar lo impensable.Cuando estoy marcando el número por decima vez al menos, tocan a la puerta de mi habitación, no respondo, no me importa hablar con ninguno de los cretino que puso Rio a “cuidarme”—Señorita James, hay una noticia que le podría interesar en todos los medios de comunicación del país. — Me dice, Damián tras la puerta.— ¿De qué se trata?— Cuestiono aburrida, parada a un lado de la ventana.—Debe verlo por usted misma. —Me sugiere, reviso la sección de noticias en el celular la primera me deja con la boca abierta, es algo que espere que sucediera, ¡pero no tan pronto!—Tecnoautos, una empresa aparentemente sólida en el mercado se acaba de declara en bancarrota, gracias a una mala inversión.—Al contrario de la empresa de papá, en la que su quiebra fue a puerta cerrada, en el
Apenas pongo un pie fuera del ostentoso edificio camino hacie el puesto del señor Alvaro, para que me prepare mis perros calientes, para después encerrarme como todos los días en mi habitación. — Dos perros calientes.— Ordeno cuando llego al pequeño tráiler de la esquina, hay varios comensales antes, por lo que me pongo a revisar las redes sociales, donde publica mi madre la vida perfecta que en apariencias llevan, sin incluirme a mí por supuesto, ya que soy el cordero que ellos sacrificaron para seguir viviendo su vida de lujos como siempre. Tengo ganas de llorar al ver a Miley ser abrazada por un lado por Carlos y por el otro por el gran señor Rodrigo James, como si fuese algo preciado, mientras yo no tengo afecto, ni amor de nadie, y además por su seguridad tuve que renunciar a Will. ¿Qué hará ahora?, me pregunto en la acera parada de espaldas al tráiler, de un momento a otro soy lanzada con fuerza al suelo, reboto sobre un cuerpo y no entiendo nada de lo que acaba de pasar. —
Madison James —No los conozco. — Me dice, marco mirandome con sus ojos grandes y brillantes, esta un poco asustado. —No te preocupes, ellos serán tus papás de nombre solamente, te quedaras conmigo. — —Eso sería genial. — Me dice aplaudiendo emocionado, las palabras de Ángel resuenan en mi cabeza, lo pondré en riesgo, pero no hay peor riegos para un niño que la calle, así que al colocar en la balanza todo, no puedo evitar ayudar, sus ojos verdes no parecen los rasgados de Will, pero su mirada vulnerable se parece a la de él. — ¿Dónde demonios estas ahora?, acaban de intentar matarte. — Me pregunta con un emojis de una cara molesta Rio Li, me parece infantil, cuando baje no pensé en nada, siempre vivo paranoica… — ¿A ti que te importa? te recuerdo que todo eso es culpa tuya, ¿era lo que querías no?, que tuviera tantos enemigos, cuando logren matarme no se sabrá quien fue. — Respondo con rabia. — ¡Mientras yo viva, nadie te tocara un pelo!— — ¿Que piensas hacer al respecto?— Cuesti
Madison James Después de cenar incomoda con la mirada de ambos hombres sobre mi.—Me duermo, relajada después de comer, me doy un baño delicioso, cierro los ojos cuando el agua recorre mi piel, recuerdo mi último encuentro en el baño con Will y me atrevo a tocarme, conteniendo mis gemidos. Salgo relajada, y me acuesto a dormir placida y totalmente desnuda, no puedo ver nada después de apagar la luz. No sé qué me pasa últimamente, pero comienzo a soñar que Will entra a mi habitación y comienza a acariciarme de forma dulce, despierto gimiendo al sentir como me están practicando el mejor sexo oral de mi vida, no tengo fuerzas para empujarlo, sé que no es Will quien me toca, pero en la oscuridad no puedo ver absolutamente nada. Ingresa un dedo dentro de mí y respondo moviéndome como una serpiente, no puedo evitar gemir de placer cuando lo hace —Dios. — Chillo sin poder contenerme, presa de todas las sensaciones que explotan dentro de mi —Sube por mi cuerpo besando toda mi piel a su pa
Madison James—Algo así, pero si él intenta algo que te haga daño, solo tienes que decírmelo. — Me dice él—Lo tendré en cuenta. — Le respondo.—El es mi amigo, pero sé el tipo de persona que eres si necesitas ayuda yo te ayudare. — Gracias. Gimoteo.—Sería bueno hacerte un eco ¿desde cuándo no te baja el periodo?— Me pregunta, el sabe que mi periodo es irregular, pero cuando llega es como si quisiera acabar conmigo, siento como si me apuñalearan de forma constante, el dolor me deja inútil por cinco días, debo perdir permiso en el trabajo y todo.—Adelante. — Le respondo colocándome en la camilla, neurólogo pero tiene todos los equipos disponibles y no solo eso sabe usarlos. —Me acuesto en la camilla, me subo la franela me coloca gel y apenas coloca el aparato el sonido de un latido constante de un corazón se escucha en todo el consultorio.—La noticia me cae como un balde de agua helada comienzo a llorar por la inesperada noticia, he fumado, bebido tragos, no he comido bien, no he t
Madison James —Debo ir al baño, no tengo hambre. — Expreso, esto que estoy pasando es demasiado para mi.—Debes comer, no por ti, recuerda que una nueva vida depende de ti, cada vez que salgan con esas cosas ignóralos lo mas que puedas, por el bien de tú hijo — Me aconseja.—Tendré que ponerme tapones en los oídos, ¡no sabes lo molestos que pueden llegar a ser! y además son tres; entre tú amigo y sus esbirros. — Le digo al levantarme, cuando voy al baño, limpio mis lágrimas y de la nada aparece el tipo con la máscara que cubre casi toda su cabeza y cara en el baño, Rio Li, parece que el chismoso de Angel es bastante rápido.— ¿Qué diablos haces aquí?— Pregunto en medio de chillidos, y dando un par de pasos atrás, como si frente a mi tuviese al mismísimo demonio encarnado.—No te hagas la santa, no tienes que buscar con nadie más, lo que tienes conmigo. — Dice cerrando la puerta, con toda la calma.— ¡Vete, yo no quiero nada contigo!— Chillo, nerviosa, siento en mi estomago mariposas
Madison James El día parece ir con buen pie, ya que no veo a Ángel por ningún lugar, al menos aquí en la sala. — — ¿Me puedes llevar a tu trabajo hoy?— Me pregunta Marco. —No sé si vaya hoy. — Respondo un mensaje me llega al teléfono. —El que no abrieras la puerta no sirve de nada, vamos a follar, las veces que me nos dé la gana, porque aunque no lo digas tu cuerpo te delata. — Me escribe Rio, poniéndome el corazón a mil. —No tienes idea lo peligrosa que puedo llegar a ser, es mejor que te alejes antes que te haga pagar todo lo que me has hecho pasar.— Respondo segura. —Eso no tienes que decírmelo, lo sé de primera mano. — Me responde, está totalmente loco, jamás le he hecho nada, es mas yo nunca le he hecho daño a nadie con excepción de Will y eso él no lo recuerda, se que el día que lo recuerde me va a odiar con todo su corazón, me acaricio la barriga de forma inconsciente. — ¿Te duele la panza?— Pregunta Damian observador. —No es nada. —Respondo y dejo de acariciarme, si ha
Damian estaciona frente a una tremenda mansión en Manhattan en menos de media hora del hotel, Camino con lentitud como si fuese un condenado a muerte caminando frente a un pelotón de fusilamiento. —Te esperare — Me dice Damian, consciente de lo que va a pasar adentro, tengo ganas de llorar, no sé en qué momento lo que firme se convirtió en un trato sexual. Miro mi reloj y son las seis en punto cuando toco la puerta, el mismo me abre la puerta tiene una máscara con cara de tigre, todo el rostro y el cabello cubierto. —Perfecto, tengo mucha hambre. — Dice con voz ronca tomándome del codo y llevándome hasta su comedor, en el cual no hay absolutamente nada en la mesa, su contacto me hace temblar, nunca he sido una cobarde, pero después de lo que ha pasado entre nosotros, me siento vulnerable. —Desnúdate. — Ordena y yo lo obedezco, temblando, lentamente frente a él, que se lame los labios como si estuviese a punto de devorarme. —¡Quítate todo!. — Me dice porque me deje el brasier y