Rio Li
Todos en la vida tenemos algo por lo cual luchar somos impulsados por una fuerza interna para conseguir nuestras metas, en mi caso, mi impulso siempre fue la venganza.
En este momento soy uno de los hombres con más dinero y poder en Estados Unidos, es el momento de hundir a todos los que me humillaron por ser diferente a ellos, cada uno obtendrá una cucharada de su propia medicina, sobre todo ella.
Me levanto a las cinco de la mañana con energía y ganas de comerme al mundo, después de mi entrenamiento en el gimnasio me doy un baño, no necesito rasurarme, no tengo nada de barba, es la herencia japonesa de mi familia, ya tengo veinticinco años, uso mi perfume favorito y me visto con una traje gris Armani de esta temporada, me miro al espejo satisfecho porque acabo de iniciar mi venganza.
Todos se arrepentirán de haberse metido con la persona equivocada.
Actualmente, dirijo mi propio imperio de telecomunicaciones, pero no siempre fue así, en mi adolescencia pase por demasiadas cosas, incluso llegue a desear morir, pero esa no fue opción para mí.
—Señor, ya el pájaro está en la jaula— Me dice el comandante de la policía que está a mi servicio, con mi inteligencia y recursos, puedo investigar a todo el que quiera y descubrir todos sus trapos sucios.
Los ricos, siempre hacen cosas fuera de la ley, el poder hace que mucho pierdan el norte y hagan cosas que están fuera de la ley.
No existe una persona que no incumpla alguna ley en algún momento, sonrió con amplitud colocando una equis sobre el nombre de Nick Lambert , le hare la vida imposible, y cuando desee morir, solo allí le revelare porque está allí, su familia e incluso el es culpable de lo que se le acusa, todo seguiría igual si él no se hubiese equivocado, mi venganza contra el apenas comienza, en mi lista hay doce, cada uno de ellos llevara su merecido, pero hay una en especial, ellos nunca han sido mis amigos, pero ella lo fue y me traiciono, por ese motivo, ella llevará la peor parte.
—Madison James, muy pronto nos veremos las caras. — Saboreo su nombre, mientras mis dedos, trazan un recorrido en su nombre
Madison James
Después que salgo del hospital, me dirijo al supermercado para comprar todo lo que necesito para la cena de navidad.
Podrían ir las empleadas de la casa, pero me hasta escoger por mi misma las cosas que me voy a comer, trabajo solo por vocación, mi padre es dueño de una de las compañías petroleras más importantes del país, y tiene un gran poder y presencia en Arabia saudita, en algún momento voy a dirigir su empresa, pero quisiera que no fuese en una época cercana, los negocios no son lo mío.
Escojo lo que necesito para la cena, un pavo, vegetales para la ensalada, ingredientes para el pastel, las galletas, nueces, uvas, Champaña cristal.
Cuando estoy cancelando en la caja, mi tarjeta no pasa—Tiene que haber un error, tiene crédito ilimitado. — Le digo a la cajera.
—Ella encoje sus hombros. — Pero no quiere pasa, dice que su saldo no es suficiente. —
Me carcajeo en su cara— ¿No sabes con quien hablas cierto?— Pregunto con arrogancia sacando otra de mis tarjetas, las que paga mi papi por supuesto mi sueldo, nunca lo he tocado.
—Igual, creo que alguien olvido cancelar la tarjeta. — Me dice ella, sonriendo, pasó un par más y ocurre lo mismo.
—Si no va a comprar nada, por favor váyase. — Dice la persona que está detrás de mí.
—Esta si pasara. — Le digo dándole a la cajera mi tarjeta. —
— ¿Segura que tiene dinero en esta?— Me cuestiona ella.
—Por supuesto. — Respondo, esa nunca la he usado, porque todo ese dinero lo he guardado para comprar mi propia casa.
—Si paso. — Dice la cajera entregándomela con una sonrisa a lo que yo ruedo los ojos.
—Al fin. — Dice la persona que está detrás de mí, volteo molesta y veo un hombre elegante de ojos rasgados, su cara se me hace familiar, ¿Algún problema?— Pregunto seria
—Puede, darme permiso me obstaculiza para comprar. — Me dice él con su cara sin expresión alguna, o tal vez si tiene una expresión aburrimiento.
—Está bien. — Respondo entre dientes, tomando mis compras con dificultad, porque están pesadas
—Al entrar a mi auto me reviso en el espejo, estoy acostumbrada a recibir las miradas de admiración de los hombres, pero este ni siquiera se fijo e mi impresionantes ojos verdes ¿será que perdí mi toque?— Me pregunto al encender mi escandaloso macérate, un regalo de mi abuelo.
—Miro a lo lejos al hombre que me miro con indiferencia, ahora que estoy lejos y el no puede verme, lo miro de pies a cabeza, su piel es tan blanca suave la envidia de cualquier mujer, es alto y atlético, sube a un Ferrari, parece que le gustan los autos italianos, a decir verdad, no soy fan del mío, solo que fue un regalo y lo aprecio.
—Madison, eres un caso. — Me digo a mi misma, riéndome de mi misma, te fijas en un desconocido solo porque no te hizo caso.
Estoy sola desde hace más de dos años, el motivo encontré a mi hermana mayor con él en la cama, desde ese día mi hermana murió para mí, y con ella mis ganas de enamorarme de nuevo.
Seis meses después ella se caso con él, con el apoyo de toda mi familia, tengo que convivir con el todo el tiempo, lo peor es que en el futuro nos tocara trabajar juntos incluso, ya que él es socio de mi padre, eso es algo a lo que no me quiero enfrentar.
Llego a casa con la sensación de ser observada, pero miro a mi alrededor y no veo a absolutamente nadie, apenas abro la puerta escucho a mi madre está hablando con su mejor amiga —Que vergüenza, contigo patricia, no entiendo que paso, gracias por ayudarme. —
—Buen día mamá, hola Pati. —Saludo apenas entro, con algunas de las bolsas, la mitad esta en el auto
—Llegas mas tarde de lo habitual, ¿te encontraste con alguien?— Me pregunta mi madre moviendo las cejas arriba y abajo.
—Tuve problema con las tarjetas que me dio papá, en el supermercado, tarde un poco para pagar y la gente se molesto. — Le cuento ella y Patricia se ven a la cara como si no pudieran creerlo.
— ¿Qué sucede?— Lees pregunto dejando las compras en la mesa.
—Mis tarjetas no pasaron tampoco, voy a llamar a tu padre para que solucione, seguramente es un error de las secretarias olvidaron pagar al banco o algo así. — Me dice ella restándole importancia
—Si eso debe ser. — Dice su amiga con una sonrisa forzada.
—Mientras voy por el resto de las cosas. — Tomo las compras y hay una nota dentro de mis bolsas, nunca coloque algo allí, pero esta así que la saco y leo extrañada.
“Recogerás lo que sembraste” Dice la nota, en una letra hermosa clara y legible, no le doy importancia, la dejo en el auto y termino de llevar las cosas adentro.
—Es temporal. — Dice mi madre con mala cara al teléfono, y yo solo llevo las cosas a la cocina en silencio.
—Señorita hice sus galletas favoritas. — Me dice la cocinera apenas me ve entrando y se apresura a ayudarme con las bolsas.
—Gracias, señora Hope. — Le digo dejando las cosas en el mesón y tomando el envase de galletas se ven deliciosas tomo un par y comienzo a comer entre suspiros.
Madison JamesMi padre casi nunca habla con nosotras desde que sale abiertamente con su asistente, no es que antes hubiese sido fiel al matrimonio con mi madre, si no que con esta mujer fue diferente.Desde que esa chica apareció en su vida, su familia dejo de ser la prioridad, que nos citará para hablar es algo inesperado, el tema a tratar deber ser de mucha importancia, pienso impaciente viendo el reloj en la pared.Ante el mundo somos la familia perfecta, pero en realidad nuestra realidad está lejos de ser perfecta.Tocan a la puerta y me levanto del sofá, estoy nerviosa no comprendo la razón, Jane una de las chicas del personal de servicio abre la puerta, estoy precisamente viendo hacia allá, cuando la mirada de una de las personas que entre se conecta con la mía, revolviéndome el estomago inmediatamente.Carlos me mira fijamente y yo aparto la mirada y pregunto— ¿Qué hacen ustedes aquí?——Madison no sea grosera, imagino que tu padre los invito.— Me dice mi madre, saliendo a reci
Madison JamesPor supuesto que no voy a la cita, el día siguiente, entro a trabajar temprano y salgo a las seis de la tarde, en lugar de ir al Magestic, me voy beber al club donde me reúno siempre con mis amigos, solamente me quito la bata de médico y ya.He perdido contacto con algunos de ellos desde hace años, pues desde que Salí de secundaria, mis prioridades cambiaron, sobre todo después de aquella fatídica noche del baile de graduación.Hicimos cosas muy mala, de las cuales me arrepiento demasiado, por esa razón incluso estudie esta carrera, para compensar en alguna forma lo que hice.Recibo un mensaje en mi celular de un número desconocido y no le doy importancia—Sabia que no vendrías. — Lo ignoro y sigo en lo mío, tomo unas bebidas más y paso mi tarjeta.—Señorita, lo siento no tiene dinero. —Me dice el camarero, mi padre no tiene dinero pero yo sí, tengo un trabajo, sé que tengo esa cuenta llena.—Pásela de nuevo debe ser un error. — Le digo, devolviendo la tarjeta.—No señori
Madison JamesMascara.Manejo, quejándome desde que encendí el auto –Maldito quien se cree que es, le voy a patear las bolas en la primera oportunidad, si se atreve a propasarse, le voy a recordar el día que nació, al hijo de su madre…—De esa forma durante veinte minutos, soy creativa con los insultos y maldiciones definitivamente.Al llegar frente a la mansión, voy a bajar para llamar, pero el portón enorme se abre para dar paso a mi auto, me está esperando, continúo hasta la casa a al menos cien metros de la entrada en el auto, trato de regularizar la respiración y controlar la ira.Me bajo del auto, dando un portazo como si no fuese mío, llego a la puerta y cuando voy a tocar abre un mayordomo, es un hombre alto mayor y extremadamente elegante—Bienvenida, señorita James, mi jefe la espera en el comedor sígame por favor.— Me dice mostrando el camino que debo seguir, no puedo evitar mirar todo a mi alrededor, el estilo es moderno y elegante, no hay fotos familiares ni cuadros por ni
Madison JamesEl señor Daniels me lleva hasta mi habitación, creo que será imposible conocer a todo el personal, son demasiados, El señor Li parece solo, pero eso no me importa, tal vez se lo merezca.Estoy impresionada por la habitación, en donde me instalan es amplia, cómoda la cama es tamaño Queen, se encuentra en el segundo piso, los colores predominantes son los arena, es como si supiese hasta mis gustos, sacudo mi cabeza, tal vez es casualidad.—Si necesita ayuda no dude en llamar. — Me dice señalando un teléfono fijo en la mesa de noche.—Gracias. — Respondo.Me ve con ganas de decirme algo, y luego sacude su cabeza y se va, la gente aquí es muy extraña, son las cuatro de la tarde, entro al baño y la bañera me parece invitadora, es el baño más lindo que he visto en mi vida, lleno la bañera con agua caliente, me despojo de mi ropa coloco sales y me sumerjo intentando relajarme de forma infructuosa, todo lo que estoy viviendo ahora no tiene pies ni cabeza, si lo llego a contar se
Madison JamesTenía mucho tiempo sin escuchar el nombre de Nick, escucharlo fue remover el pasado del que no me siento para nada orgullosa, un pasado que no quiero recordar.Cierro los ojos y puedo recordar de forma vivida la última vez que le habla a Nick Lambert—Suéltalo por favor. — Grito, mientras todos se ríen, como si fuese algo normal, los empujo, pero son muchos contra uno solo.— ¿Cómo se le ocurre, a él pensar que tú te ibas a fijar en él?— Me dice, Nick pateándolo, con fuerza en el estomago, Will está en el suelo y no puede defenderse.—Es idiota, una poca cosa, un muerto de hambre, nadie lo va a extrañas. — Comienzan a decir todos alrededor, quisiera poder detener esto,¡ estuve de acuerdo en traerlo para acá, no sabia que la ” despedida” que nunca olvidaría iba a ser tan violenta!, voltee mi mirada a otra dirección las veces que lo lastimaban hasta ese día precisamente ese día , lo vi llevar a su madre en los brazos, no tenía nada de cabello, ha pasado por mucho, por dem
Madison JamesEl chofer me lleva a la mansión de nuevo, mi cabeza está hecha un lio, cada vez entiendo menos, si sigo así, el señor Li me va a volver loca.— ¿Se siente bien?— Pregunta desde adelante el chofer, me tapo la boca con la mano para no llorar y le digo un –No. — Cortado.—¿Le duele la cabeza?— Me pregunta preocupado y asiento, no solo es eso por supuesto, estoy muy abrumada por todo lo que estoy viviendo, demonios me encanta mi trabajo y ahora hago de todo menos eso.—Tome. — Me dice extendiéndome una pastilla, la miro con desconfianza, pero pienso que es lo peor que podría pasarme, me la tomo y de repente siento sueño, mucho sueño…Despierto atolondrada, en una cama que no conozco, cuando me miro llevo hasta otra ropa llevo puesta, me levanto asustada, busco unos zapatos y salgo corriendo, abro la puerto de la habitación y no sé qué dirección tomar, me siento como si estuviese en un laberinto camino apresurada sin mirar atrás.Estoy asustada, no veo a nadie, me encuentro c
Madison JamesMe despierto, muy temprano, busco en el closet ropa abrigada, tengo miedo, la forma en que me hablo Rio anoche me indica que lo que ha hecho es solo el inicio, por esa razón debo buscar la forma de escapar de él, ¡ya me quito todo!, comenzando por mi carrera.Salgo en absoluto silencio de la casa y comienzo a caminar por el bosque, no pienso quedarme aquí un minuto más, si muero será de pie, si muero será luchando, no suplicando piedad.El terreno es irregular y los zapatos no son los más adecuados ¡pero es lo que tengo!, después que camino al menos una hora, me resbalo como la propia estúpida y al caer me lastimo un pie y la cabeza fuerte contra un tronco, que evita siga yendo cuesta abajo, ¡Listo ya valí madre! Pienso me voy a morir y no sé qué carroñero me va a devorar aquí. el dolor es tan intenso que pierdo me mareo, estoy desorientada e intento levantarme y el dolor en el pie no me deja levantar., ¡demonios! No se me ocurrió, traer agua o comida, empiezo a arrast
Madison JamesDespierto por el ruido de un helicóptero que sobrevuela cerca, y no veo a imbécil de Rio por ningún lado, esto es un maldito secuestro ¡por lo que voy a escapar como sea! A la primera oportunidad.Con cuidado me bajo del sofá a donde he estado toda la noche, no puedo afincar mi pie en el suelo, por lo que avanzo saltando sobre uno solo pie, abro la puerta y grito—¡ auxilio!— como una loca desesperada, el helicóptero termina de descender y yo salga de la maldita casa como puedo, esta como a cincuenta metros de mi.Nadie baja, cuando llego cerca, baja una mujer preciosa morena de ojos claros y cabello negro con una sonrisa y detrás de ella, Rio, todas mis esperanzas se fueron al caño no tengo esperanzas de que le ayuden a escapar.—Está loca, debes cuidarte de ella, mira en las condiciones que salió de la casa. — Le dice Rio, y trae la mano vendada, no pensé que le hubiese hecho gran daño.—No se preocupe señor, ella no podrá conmigo. — Dice hablando de mí, como si no est