— ¿Estás segura sobre la decisión que estás tomando, Mariana? —pregunta Ángela, con voz suave.Mariana mira hacia abajo, su voz apenas audible.— ¿Qué decisión tomarías tú si te violan y quedas embarazada? —dice Mariana, con lágrimas en los ojos—. No quiero tener ese recuerdo. No puedo tener un hijo así, no de esta manera.Ángela mira a Nikolai, que se mantiene callado, sin saber qué decir. Luego se vuelve hacia Mariana.— Mariana, entiendo que esto es muy difícil para ti —dice Ángela—. Pero ¿has pensado en todas las opciones? ¿Has considerado que ese hijo podría ser un símbolo de esperanza y resiliencia?Mariana sacude la cabeza.— No, Ángela. No puedo verlo de esa manera. Solo veo el dolor y la violencia que me han hecho —dice Mariana, con voz temblorosa—. No quiero que mi hijo crezca sabiendo que fue concebido de esa manera.Ángela asiente, comprendiendo.— Entiendo, Mariana. No te juzgo. Solo quiero que sepas que estoy aquí para ti, sin importar lo que decidas —dice Ángela—. ¿Qué
— ¿Abuelo, estás bien?El abuelo sacude la cabeza, incapaz de hablar. Nikolai lo ayuda a sentarse en el sillón y le ofrece un vaso de agua.— No, no, no... — murmura el abuelo, su voz temblorosa. — Esto no puede ser verdad...De repente, el abuelo se pone de pie y se lanza contra su hijo, que se encuentra en la habitación.— ¿Tú? — grita el abuelo, su voz llena de rabia y dolor. — ¿Tú mataste a mi hijo?El hijo del abuelo, con la cara pálida y los ojos desorbitados, niega cualquier responsabilidad en la muerte de su hermano.— No, padre... — balbucea. — Esto es una mentira...El abuelo lo sostiene de la camisa, su rostro lleno de lágrimas y su voz temblorosa.— ¿Cómo pudiste hacer esto? — grita el abuelo. — ¿Cómo pudiste matar a tu propio hermano?El tío de Nikolai, con la cara pálida y los ojos desorbitados, intenta defenderse, pero sabe que ha sido atrapado y que no tiene defensa o palabras para justificar o salirse con la suya como siempre— Ese es Nikolai, que quiere dañar nuestra
El abuelo se despierta dos horas después, con una expresión de dolor y confusión en su rostro. Mira alrededor y ve a Nikolai sentado a su lado, con una expresión de preocupación en su rostro.— ¿Cómo te sientes? — pregunta Nikolai, con suavidad.El abuelo se toma un momento para responder, como si estuviera procesando todo lo que había sucedido.— Estoy bien — dice finalmente, con una voz débil.Nikolai se inclina hacia adelante y le pide disculpas al abuelo.— Lo siento, abuelo — dice. — Lo siento mucho.El abuelo lo mira con sorpresa y luego asiente con la cabeza.— No, Nikolai — dice. — Lo siento yo. No puedo imaginar lo duro que fue para ti tener que fingir y estar al lado de una persona que... que te mató a tu familia. Te dejó huérfano.Nikolai se siente un nudo en la garganta al escuchar las palabras del abuelo. Se toma un momento para responder.— Siempre tuve la sospecha — dice. — Pero hace poco que lo confirmé.El abuelo asiente con la cabeza, con una expresión de dolor en su
El detective sale de la estación policial, acompañado de dos hombres vestidos de civil. Suben a un auto sin distintivos y se dirigen hacia la mansión de los padres de James.Mientras conducen, el detective les explica a sus compañeros la situación.— La mansión tiene una parte trasera que no está bien vigilada — dice. — Creo que podemos encontrar algo interesante allí.Llegan a la zona y el detective aparca el auto en una calle lateral, lejos de la vista de la mansión.— Vamos a caminar desde aquí — dice. — Quiero que nos mantengamos bajos y no llamemos la atención.Los tres hombres comienzan a caminar hacia la mansión, manteniéndose cerca de los árboles y los setos. El detective les hace una señal para que se detengan y se agachen detrás de un arbusto.— La casa está justo delante de nosotros — susurra el detective. — Vamos a dar la vuelta y entrar por la parte trasera.Los tres hombres se levantan y comienzan a rodear la casa, manteniéndose cerca de la pared. Llegan a la parte trase
Nikolai entra en la estación de policía, su mirada fija en la figura de James, que está detrás de las rejas. James lo mira con desdén, una sonrisa sarcástica en su rostro. Sus ojos brillan con una mezcla de odio y desafío.—Vienes a burlarte de mí, ¿verdad? —dice James, su voz llena de veneno. Su voz es baja y suave, pero hay una nota de amenaza que hace que Nikolai se sienta incómodo.Nikolai se acerca a las rejas, su expresión seria. Su mirada es fría y distante, y su voz es firme y decidida.—No, vengo a celebrar que por fin se hizo justicia y estás tras las rejas —dice, su voz firme.James se ríe.—Pues no te alegres demasiado, Nikolai —dice. —Pronto voy a salir de aquí, hija. Y cuando lo haga, te aseguro que te vas a arrepentir de haberme puesto en esta situación.Mientras habla, James se acerca a las rejas, su rostro a apenas unos centímetros del de Nikolai. Su aliento es caliente y pesado, y Nikolai se siente incómodo bajo su mirada intensa.Nikolai se encoge de hombros.—No es
Nikolai se sienta detrás de su escritorio, con Ángela sentada en el sofá detrás de él, con las piernas cruzadas. El padre de James se sienta en la silla frente al escritorio de Nikolai, con una expresión de desesperación en su rostro.— Nikolai, por favor, escúchame —dice el padre de James, con una voz temblorosa. — Estoy dispuesto a entregarme, a aceptar mi culpabilidad, pero te pido que dejes libres a mi esposa. Ella no tiene nada que ver con esto.Nikolai se cruza de brazos, con una expresión firme en su rostro.— No —dice Nikolai. — Todos van a pagar por la muerte de mis padres. Tanto tu esposa como tu hijo, como tú mismo. No voy a dejar que ninguno de ustedes se salga con la suya.El padre de James se levanta de su silla, lentamente, no puede hacerlo bien ya que tiene una herida en una de sus piernas, superficial pero duele, con una expresión de desesperación en su rostro.— Por favor, Nikolai —dice, con una voz suplicante. — No metas a mi esposa en esto. Ella no se lo merece. Yo
La sala del tribunal está llena de tensión y expectación. Ángela, la víctima del secuestro, se sienta en la mesa de la demandante, acompañada de su abogado. James y Mariana, los acusados, se sientan en la mesa de la defensa, acompañados de sus respectivos abogados.El juez entra en la sala y se sienta en su lugar. La secretaria del tribunal lee los cargos contra James y Mariana, y el juez comienza a hablar.— Este tribunal se ha reunido para juzgar a James y Mariana por los cargos de secuestro, intento de homicidio y robo. La demandante, Ángela, ha presentado una demanda contra los acusados, solicitando justicia y compensación por los daños sufridos.El abogado de Ángela se levanta de su silla y comienza a hablar.— Su señoría, mi cliente ha sufrido un trauma profundo y duradero como resultado del secuestro y el intento de homicidio. Solicitamos que se dicten sentencias severas contra los acusados y que se otorgue una compensación justa a mi cliente.El abogado de James se levanta de
La mansión del abuelo está llena de vida y alegría. Han pasado dos meses desde el juicio en el que James y su padre fueron condenados a prisión. Ángela se está preparando para su boda, y Mariana está allí para ayudarla a organizarse.Mariana se acerca a Ángela, que está sentada frente al espejo, ajustando su velo. Mariana sonríe al ver a Ángela vestida de novia.— Estás muy hermosa, Ángela —dice Mariana, con una voz llena de emoción.Ángela sonríe y se vuelve hacia Mariana.— Creo que gracias —dice Ángela, con una risa. — Gracias por estar aquí conmigo, Mariana. Significa mucho para mí.Mariana se sienta junto a Ángela y la toma de la mano.— Gracias a ti y a tu bondad, puedo estar aquí hoy —dice Mariana, con una voz llena de gratitud. — Si no fuera por ti, probablemente estaría en la cárcel. No te puedo agradecer lo suficiente por todo lo que has hecho por mí.Ángela sonríe y abraza a Mariana.— De igual forma, te quiero mucho, Mariana —dice Ángela. — Eres como una hermana para mí.L