Parnés: es una cadena montañosa en Grecia.
Peter alzó a Pilar en brazos y se dirigió hacia el agua, ya estaba tibia y calmó toda la congoja casi de inmediato. Allí se quedaron, bajo la ducha un rato que pareció demasiado largo, dándose besos y caricias, besos y más besos, estaban enamorados y tenían mucho recorrido por delante, muchas cosas
Él exhaló y negó, pero no en respuesta, sino por su incredulidad y por no estar de acuerdo con toda la conversación. Alzó la cara, con sus brazos en jarras, como si elevara una rápida plegaria al cielo. Luego, enfrentó a su exesposa. —Esto solo se lo he contado a George por cuestiones legales: nos
Se acercó a ella y la besó, mordiendo sus labios, generando picores de excitación en todo el cuerpo de la enfermera. —Peter, rayos, uff… —Miró hacia afuera, como si pudiesen verlos—. Tal vez podríamos decirle al mundo que estamos juntos de nuevo, pero no con esos besos. Él se echó a reír. —Tienes
El Boreas Stone House, una de las mejores posadas del pueblo griego de Chora, no sabía a quién estaban hospedando esa mañana y jamás podrían saberlo después de que Rita Corn les saludara amenamente, hablando inglés con fluidez y usando su mejor cara, una terriblemente emocionada por vivir nuevas ave
Pilar se echó a reír, ella tenía razón, no utilizarían el transporte común o que otros con más dinero contrataban. —Mejor la ayudo con eso, permítame. La enfermera asintió y le agradeció. Subieron al yate siendo acompañadas por dos escoltas, un capitán y un ayudante de cabina y partieron rumbo a A
—¿Quién te envió? —preguntó Peter, hablando en un perfecto turco. Aquel hombre, el interrogado, se enderezó en su silla al ver que el rubio entraba a ese apartamento. Al momento de lanzar esa pregunta, caminaba hacia él y se sentaba al otro lado de la mesa de pesado y frío metal, con carpetas en su
—No soy responsable de eso —saltó el hombre. —Pero sí de Beyoğlu —no fue una pregunta—, no por mucho tiempo estaría oculta esa verdad. Son atentados de lesa humanidad, se acabaron los abogados. Perdió el derecho a una llamada desde que entró acá y podría seguir perdiendo derechos, como el de un jui
—Abogado. Peter suspiró y se cruzó de brazos, recostando su espalda en la silla. —Creo que aún no sabes dónde estás. Puedo brindar protección a tu familia durante su traslado de Rumanía hasta su nuevo asentamiento, que elijan dónde, solo debes seguir respondiendo preguntas. Mis preguntas. Con un t