Despierto con los primeros rayos del sol, decidida me pongo en pie, dispuesta a prepararme para el nuevo día. Veinte minutos después llego al desayunador, con un hermoso vestido azul ajustándose a mis curvas, Gloria recoge un puesto en la mesa y frunzo el ceño confundida.
-Buenos días, Gloria.
-Buen día- responde fría sin mirarme.
-¿Kaplam ha desayunado ya?
-Si- responde girándose hacia mí, sus fríos ojos me atraviesan, pero no logran en mí ningún efecto- se acaba de marchar, al parecer te evita- me dice con malicia, me siento enfurecer pero evito demostrarlo.
-Cierra la boca víbora venenosa, mejor sirve mi desayuno- agito mi espesa melena delante de ella. Me siento totalmente erguida y elevo una de mis perfectas cejas insinuando que espero a que me sirva.
-Muy pronto me daré el lujo de verte partir- me dice con desprecio.
-Puede ser- me encojo de hombros- Pero mientras eso sucede, dedícate a servirme.
Después del desayuno me sie
Kaplam se quedó frío ante sus palabras, en aquel preciso instante su corazón bombeó sangre caliente a través de sus venas.-Su. . .Ella silenció sus argumentos con un ardiente beso, se sentó a horcajadas sobre él, pegando su cuerpo al suyo, amoldándose y disfrutando de las conocidas sensaciones que el cuerpo del Maestro le provocaba, él gimió cuando Susana introdujo lentamente su lengua en la masculina boca, recorriéndola con lenta y suave insistencia, tentándolo mientras recorría los secretos y profundidades de su boca.Ella sonrió cuando sintió su potente erección oprimirse contra ella, haciendo que un escalofrío recorriera su espina dorsal. El Maestro estaba excitado y de eso no había duda.Abandonó su boca y con su húmeda lengua recorrió su cuello y uno de sus hombros, lo sintió estremecerse y la sensación de poder recorrió su cuerpo, llenándola de satisfacción.Él la hizo elevar sus manos para deshacerse de su bata de seda,
Abro los ojos y me desperezo, la sensación de plenitud que recorre mi cuerpo es sencillamente magnifica, siento un poco de decepción al descubrirme sola en la cama, pero pronto alejo cualquier mal pensamiento. Mi noche fue increíble y no pienso arruinarla por nada.Me levanto y me colocó mi bata de seda antes de dirigirme a mi habitación. Tomo una larga ducha logrando relajar cada musculo de mi cuerpo. Luego me visto y bajo a desayunar, no permitiré que la cara de Gloria me fastidie, me digo a mi misma mientras ingiero mi desayuno.-Parece feliz hoy- me dice y reconozco el veneno en sus palabras.-Muy feliz- respondo con una amplia sonrisa- ni te imaginas la maravillosa noche que tuve- la veo ruborizarse y me regodeó mentalmente. Sé que está mal, pero no puedo evitarlo. Ella contrae sus labios en una cómica mueca, y gira sobre sus talones parar marcharse.Después de desayunar, salgo al jardín en busca de un poco de paz. No han pasado ni
Kaplam. . .La embisto con fuerza por última vez y siento que su cuerpo se retuerce de placer bajo el mío, cierro los ojos dejándome arrastrar por las sensaciones que produce el orgasmo y sin poder sostenerme más, me desplomo sobre ella. Malena me abraza y siento su corazón tan desbocado como el mío. Después de unos minutos, mi respiración empieza a regularizarse y me ruedo para quedar a su lado.-Eso ha sido. . .increíble- dijo Malena con voz entrecortada.-Así es- respondió el, con la cabeza llena de imágenes sobre Susana. ¿ por qué diablos no podía sacarla de su cabeza ni siquiera cuando su cuerpo reposaba al lado del exquisito cuerpo de Malena.-¿Han sido ideas mías o estabas castigándome por algo?- inmediatamente me giro y la observo a los ojos- me encanta el sexo salvaje hermoso, no me malinterpretes, pero hoy. . . .Digamos que has sido más brusco de lo normal. Me ha dado la impresión de que me estabas dando un castigo.Un castig
Martín llegó tan puntual como siempre, nos dirigimos a la piscina y nos dedicamos a pasar unas horas allí, mientras estábamos en el agua, no dejaba de provocarlo con mis comentarios, él me miraba confundido sin entender nada. Yo sonreía maliciosa mientras se iba dando a la perfección el plan que había fraguado.-Martín. . .-¿Si?- me miró atentamente.-Me encanta el color de tus ojos- lo vi ruborizarse y sentí como el poder invadía mis venas, era genial sentir que controlabas la situación- y tienes una boca- me muerdo el labio y él se remueve incomodo en su silla de extensión.-Susana. . . – Camino hasta él y me siento a su lado mirándolo directamente a los ojos.-Me encanta tu cuerpo- le acaricio el pecho para acentuar mis palabras y sin esperar más, llevo una de mis manos hasta su nuca y lo acerco a mí, hasta que nuestros labios rozan. Es natural sentirlo tan cerca, es más lo he sentido siempre tan mío, creo que se debe al hecho de estar al tant
Martín, se va una hora después. Lo despido con una gran sonrisa, y veo como se aleja en su coche. Vuelvo a mi habitación y me doy una larga ducha, mientras el agua se desliza por mi piel los recuerdos vuelven a mi mente.Debo aceptar que haberle pagado con la misma moneda, no se sintió tan bien como esperaba, me dejó una extraña sensación en el pecho pero, hice lo que debía hacer.Después de la ducha me visto con un hermoso vestido amarillo y me dedico a esperar que el Maestro vuelva, después de haberlo buscado por toda la casa, asumí que había salido porque no estaba por ningún lado.Lo más extraño de todo era saber que ni siquiera la metiche de Gloria estaba, seguramente fue al mercado por algo. Me recuesto en la cama y sin pensarlo me quedo profundamente dormida.Hay un largo camino ante mí, un camino nada bonito, lleno de h
Ha pasado alrededor de un mes, desde que estuve con Martín, las cosas no van nada bien. Martín, no para de enviar regalos y flores, que llegan sin faltas todas las mañanas, ha intentado que intimemos más de una vez, sin embargo he logrado dar algunas excusas para librarme del encuentro.No es que no me haya gustado o no haya disfrutado estando con Martín, porque es todo lo contrario, además él como persona, me gusta mucho, es solo que estoy muy confundida en estos momentos. Desde mi pesadilla Gloria me ha mirado con lastima más de una vez, odio a esa maldita mujer y la manera que tiene de mirarme, a veces lo hace con lastima, en ocasiones con envidia y en otras con ira mal disimulada.No entiendo por qué si está tan enamorada del Maestro, no ha propiciado un encuentro entre ello, solo se queda a la distancia, observándolo estar con otras mujeres, adorándolo en silencio, mientras su amor no correspondido la consume. No lo entiendo, de verdad que no lo entiendo.
Despertamos juntos y de esa misma forma nos duchamos, luego bajamos a desayunar, llevábamos unos cinco minutos en la mesa cuándo El Maestro me mira fijamente y dice.-¿Sucede algo, Susana?-No- respondo mintiendo con descaro- ¿por qué?-Has estado muy callada, frunces el ceño constantemente y pareces distraída. ¿Qué sucede?-Solo pienso Maestro, nada importante, supongo que no dormí mucho anoche- le dedico una pícara sonrisa que él me devuelve.-Sí. . . me sucede lo mismo.Terminamos de desayunar en silencio, mientras sigo divagando en la decisión que he tomado. Cuando termina de desayunar, se pone en pie anunciando que se irá a la oficina, me ofrezco a acompañarlo a la puerta.Cuando está por bajar los escalones, lo tomó del brazo y lo giro hacia mí, rodeó su cuello con mis manos y lo acerco a mi boca. Es al principio, un beso suave y seductor, que se va volviendo pasional y entregado, gimo en su boca y él me estrecha con más fuerza.
Kaplam. . .Mi corazón late con violencia, mientras me quedo observando aquella elegante letra, mi nombre. . . una carta. . . una despedida. ¿ podré soportarlo?, ¿podré hacerlo después del descubrimiento del día de hoy?, ¿podré aceptar una despedida después de saber que la amo?Mis manos tiemblan, no quiero leerla, pero a la vez, muero por hacerlo. Comienzo a transpirar y a hiperventilar , mientras mis manos se deslizan sobre el papel, sin pensarlo más, rasgo el sobre, desdoblo la hoja , hay muchas palabras escritas con aquella elegante letra. Suspiro afligido y comienzo a leer."Querido Maestro. . .Lo primero que quiero hacer es disculparme. Si, quiero que disculpe mi falta de coraje, creo que es una lección contra la que todavía lucho pero, no me creía capaz de despedirme personalmente.Quiero que sepa que estoy infinitamente agradecida contigo Kaplam, agradezco el que me brindarás una mano cuando nadie quiso hacerlo