Capítulo 28—¿De que tenemos que hablar? Fernando es mi amigo, le envié una carta privada para contarle de mis asuntos.—Por favor, no me digas esas mentiras, las dos sabemos perfectamente que Fernando te quiere como loba, que te ama desde hace mucho y tu regreso me trae problemas.—Lo siento mucho por ti, pero fui clara con el desde el inicio, y no tengo ninguna relación con el.Micaela gruñe, siente que su enemiga es más fuerte de lo que sospecha—¡Aléjate de el! No quiero hacerte daño o perjudicarte.—¿Disculpa? ¿Como podrías hacerme daño?—No voy a permitir que interfieras en la vida de Fernando ni en la mía. Si sigues rondando, haré que el Consejo Lobil se entere de lo inapropiado de tu comportamiento. Una viuda como tú debería respetar su luto.—¿A que te refieres con inapropiado? —Creo que buscar a tu ex amante que ya está casado no sera bien visto por nadie —sonrio.Mariana apretó los labios, sintiendo el peso de la amenaza. Nicola llegaba a la casa para hablar con la loba,
CAPÍTULO 29Mariana miró fijamente a Nicola, intentando encontrar las palabras correctas. Era el momento de la verdad. Tal vez, si se lo contaba todo, si le hablaba de su amor y del hijo que perdieron, él recordaría. La posibilidad la llenaba de esperanza, pero también de temor. ¿Y si reaccionaba mal? ¿Y si su memoria regresaba de golpe y el impacto lo destrozaba? —Nicola... Hubo algo muy fuerte entre nosotros —dijo ella, su voz temblorosa—. No puedo seguir ocultándotelo. Nicola la observaba con intensidad, sus ojos buscando alguna chispa de reconocimiento. Algo en él parecía querer alcanzar esa verdad, pero a la vez había una tensión que lo contenía, como un lobo a punto de saltar pero sin saber hacia dónde. Mariana dio un paso más cerca, dispuesta a revelar todo. —Tú y yo… —comenzó a decir, pero la expresión de Nicola cambió de repente. El Alfa se llevó una mano a la cabeza, frunciendo el ceño, como si una oleada de imágenes confusas lo golpeara. Sus ojos se oscurecieron, y
Capítulo 30Aquella mañana la vida parecía darle una oportunidad de recuperar la esperanza, . Mariana, todavía aferrada a la carta, trataba de calmar su mente, pero el mensaje de Jennifer resonaba en su cabeza como un eco interminable. ¿Mi bebé está vivo? Cada latido en su pecho era una mezcla de esperanza y desesperación ¿Dónde estaba su bebé?Luis se acercó, preocupado por el temblor que recorría el cuerpo de Mariana. —¿Estás segura de que quieres buscar a Jennifer? —preguntó con cautela—.Esa lo ba no tiene límites, podría estar jugando contigo, sabes que te ha hecho daño en el pasado con sus mentiras.Mariana asintió, su mirada más decidida que nunca. —Tengo que hacerlo, Luis. Si hay siquiera una posibilidad de que mi cachorro esté vivo, no me voy a detener. Luis suspiró. Sabía que no podría detenerla, así que se inclinó hacia ella con una mirada seria. —Bien. Te ayudaré. Pero debemos ser cuidadosos. Si lo que me has dicho de esa loba es verdad, no te dejará el camino fácil
Capítulo 31Mariana luchó por liberarse, pero la fuerza de Mauro era abrumadora. Su mente trabajaba a toda velocidad, buscando una forma de escapar. —¡Déjame ir! —gritó, su voz cargada de rabia y desesperación. Antes de que Mauro pudiera reaccionar, la puerta se abrió con violencia, y Fernando apareció en el umbral. —¡Suéltala ahora mismo! Mauro vaciló por un instante, pero fue suficiente para que Mariana se zafara y corriera hacia Fernando.—¡Lárgate de mis tierras! No he terminado —Mauro estaba enojado, su furia al ver a Mariana en brazos del que siempre fue su pretendiente le hizo enervar la sangre.—No me puedes echar, creo que aún no te ha llegado el comunicado, Pero yo soy el nuevo concejero, del concejo lobil supremo, así quee debes obediencia.Fernando le pregunto a Mariana sobre su estado, pero la loba solo quería irse rápidamente de allí.—Esto no ha terminado, Mariana —advirtió Mauro con una sonrisa cruel. —Vamos —dijo Fernando sujetándola con firmeza—No estás sol
Capítulo 32Mariana observaba el paisaje a través de la ventana del carruaje mientras Fernando tomaba su mano. El silencio entre ellos era incómodo, Mariana sentía culpa por la prometida de Fernándo, Micaela había Sido muy agresiva el día que fue a su casa a ponerla en su lugar.—¿Puedo quedarme un par de días contigo? Se que tienes planes pero las amenazas de Mauro, además de la carta de Jennifer, me hacen sentir la necesidad de protegerte.Fernando siempre había tenido esa necesidad de cuidar de Mariana, y ahora más que nunca ese instinto había despertado.—Sabes que eres bienvenido en mi casa, y para mí sería un honor tenerte a mi lado —Mariana sabia que el apoyo de Fernando era fundamental.—¿Estás segura de esto? —preguntó Fernando, con una leve sonrisa —No quiero causarte más problemas, en especial en tu reconquista con Nicola.—No se si eso suceda, además entre Nicola y yo no hay nada, el no me recuerda y a veces creo que es lo mejor —Mariana respiro profundo para contener las
Capítulo 33El médico fue directo y claro—Lo lamento pero la señora Luciana acaba de perder a su bebé.Luciana lanzo un grito desgarrador, la loba no podía creer que había perdido al bebé que esperaba.Es verdad aquella semilla había sido concebida por el abuso de Alfredo en su matrimonio, Pero ella quería ser madre, era su bebé y su semilla no tenía la culpa de lo que pasó.Nicola furioso busca a Marcia, la gritonea en la habitación nupcial, ella finge aún estar débil después del incidente, dónde intento quitarse la vida para manipular a Nicola.—¿Que te pasa? No puedes hablarme de esa manera.—¡¿Dónde está Alfredo?! Tu debes conocerlo, lo trajiste a mi casa como tú lobo de confianza —Nicola le da un golpe a la pared para demostrar su enfado.—Es verdad, Pero solo es un trabajador, un lobo que se ganó mi confianza después de la muerte de mis padres, Pero no era mi amigo personal.Marcia miente, la loba gruñe enojada al ver como su amante terminó de empeorar al situación.—Eso espero
Capítulo 34Mariana le pidió ayuda a Luis para encontrar pistas sobre la familia de Marcia.—La familia Burns tenía mucho dinero, me extraña que está loba parezca vivir de lo que le da Nicola.Afirmó Mariana que en este tiempo en la manada se dió cuenta del modos operandi de la loba que disfrutaba de las joyas de la manada lobil.—No se si quieras viajar, la familia Burns pertenece al linaje de la manada Púrpura, sabes que es una de las más ricas y de elite.Mariana decidió viajar, sabía en el fondo de su corazón que iba a encontrar la verdad.Al llegae, busco respuestas en los lugares de venta de alcohol, sabía que los chismes siempre se acumulaban en este tipo de sitios.—La heredera no la vemos desde hace mucho, la lobita se quedó sola después de la muerte de sus padres, Pero no sabemos nada de ella.Eso le extraño a Mariana, según la información de Jules, Marcia siempre había vivido en este lugar.Una loba se acercó, aseguro tener una pequeña información pero que costaría dinero.
Capítulo 35Mariana le súplica que deje a su hija—Es una cachorra, no te ha hecho nada, por favor déjala, tu problema siempre fue conmigo.—¡Maldita! Tenías que hablar, intervenir en mi vida al lado de Nicola.Las manos de Marcia la impostora estaban temblando, la loba se sentía acorralada y era aún más riesgosa.—Te lo suplico, déjala Mariana empezó a llorar , le pedía a su pequeña que estaba desesperada llorando que tuviera un poco de paciencia, esto se solucionaría.—Quiero hacerte daño, tu me lo hiciste a mi, acabaste con mi posibilidad de ser feliz.Lorena levanta el cuchillo para atacar a la pequeña cuando es embestida y debe soltarla.Selene corre a los brazos de su madre mientras llora desconsolada.Mauro que había ido a la fiesta con la única intención de hablar con Mariana al ver a su pequeña llorando decidió intervenir.Los guardias se abalanzan sobre Lorena y logran detenerla, Nicola de inmediato da la orden que sea trasladada a la carcel lobil por todos sus crimines.Se