“Momentos”

Capítulo 29 “Momentos”Nahomy llamó a la niñera.–Ya le puede dar la cena, yo lo bajó a buscar en un rato.Se quedó oyendo la grabación, no podía concentrarse.En su teléfono timbró un mensaje. Nahomy vio la pantalla, era un número inconcluso. Abrió el mensaje. Decía:“Tiene a su enemigo metido en la casa, cuídese y cuide a Luciano”.Nahomy saltó de la cama y descalza corrió a buscar a su hijo. Al bajar el primer escalón, vio a la señora Alida dándole la comida a Luciano mientras conversaba con la niñera en murmullos. Ella reculó para oír.–Ven Nahomy. Estoy aquí con tu hijo –dijo la señora Alida, sorprendiéndola.&ndas

“Parentesco”

Capítulo 30 “Parentesco”A la mañana siguiente, Nahomy lo esperaba uniformada al lado del auto. Marco salió y al subirse le abrochó el cinturón de seguridad.Le tenía muy cerca de su rostro y rozó sus labios. Nahomy retrocedió un poco.–¿Por qué? –Preguntó Marco. Nahomy rió en la garganta–. Usted es mía, no puede dejarme con las ganas de darle un beso. Le volvió a besar y su lengua quedó buscando la de ella cuando Nahomy lo separó. Ella oyó rotar la manilla de la puerta, Marco no oyó nada. Él sacudió su cabeza y ronroneó–. ¡¿Me va a dejar con ganas de este beso?! –Volvió a acercarse.Ella

“El pasado de Galia”

Capítulo 31 “El pasado de Galia”Entre sollozos, Galia les hizo un breve recuento de su vida en esa época pasada.–¡Ah! Cuando era muy joven, la mämma e päpa era muy estricto y Päpa me comprometió con un hombre mayor, yo escapé una noche y conocí a Franco y me acosté con él. No quería casarme con ese viejo, y me fui a vivir con Franco.–Tía Galia, si no quieres seguir, no tienes por qué hacerlo. Sólo explícanos por qué abandonaste a tu hijo –le dijo Marco, al ver que Galia sentía vergüenza.–Estoy bien –dijo Galia enjugándose los ojos–. Franco Conte noche a noche me trataba mal, me golpeaba, me abusaba, yo rogué a mis padres y regres&eac

“Una gran brecha”

Capítulo 32 “Una gran brecha”Marco se va directo a la oficina de los abogados, al subir a presidencia se encuentra a Dante, nervioso, esperándolo en el pasillo.–Marco, tengo que hablar contigo.–Tío, ¿qué quieres ahora?–Necesito dinero.–¿Y tú empresa? ¿Qué? ¿No sabes producir?–Marco, necesito un préstamo. Te lo pagaré en seis meses.–Tú siempre dices lo mismo y me debes más de lo que vale la agencia.–Te prometo pagar pronto.–Tienes que esperar a fin de mes. Entonces veré que puedo hacer. Ahora déjame solo.–Supe lo que pasó anoche en la mansión. Poncio llega hoy y la abuela va

Capitulo 33      "Alejada”

Capitulo 33 “Alejada”Nahomy abrazó fuerte a Luciano, quién sin entender qué sucedía limpiaba las lágrimas del rostro de su madre.Ya después que se fueron todos. Marco entró en su habitación, con más peso encima del que había sentido jamás.“Necesito ver a Nahomy, me muero por verla. Maldita sea, sé que no va a venir, después de esto sé que no vendrá, ahora tenemos que estar alejados, no creo poder soportarlo”.Nahomy se quedó en la ventana hasta que se hubieron ido Alessandro y Florencia. A Nahomy se le hizo raro ver a Alessandro conversando con ella antes de que sus autos salieran. Tomó su teléfono e hizo una llamada. Después acostó a su hijo.&nda

 34 “Una noche maravillosa”

35 "Dormidos”

Capítulo 35 “Dormidos”A la mañana siguiente Marco y Nahomy emprenden su recorrido a Mundo Polioni.–A usted ¿qué le pasa conmigo? ¿No le gusta verme a la cara? –le preguntó Marco, viéndola de soslayo.Nahomy se vuelve y le mira con nostalgia.–Claro que sí, señor Marco. Cada mañana, después de ver el rostro de mi hijo, lo que más anhelo ver es a usted, su cara sus ojos, todo usted –suspiró–. Pero es que ahora, su prometida esta todo el tiempo pegada de usted.–Sí, aunque sé que pronto se cansara de mi. Estoy seguro.–Yo no lo veo tan fácil. Ella está obsesionada con casarse con usted. Debería hacerlo y a los dos días se divorcia. Eso creo que la harí

  “Cuestión de fidelidad”

Capítulo 36 “Cuestión de fidelidad”Marco siguió a Nahomy con la mirada hasta que salió del estacionamiento del edificio Mundo Polioni.Nahomy salió a toda prisa. Caminaba sigilosa entre la gente. Se percató de que Marco la seguía, justo cuando subía las escaleras eléctricas, en el centro comercial, sus ojos se cristalizaron, tuvo que apretar la mandíbula para no flaquear. Tenía que seguir sin importar las consecuencias de ello. En ese momento su pensamiento se centro en él:“Es un orgullo ver cómo ha aprendido Marco, estoy segura que otro no se da cuenta de que lo vienen siguiendo. Sus pasos, su manera de andar y su mirada esquiva todo el tiempo, como si no estuviese pendiente de nada ni de nadie, y viene centrado en mi, en mis pisadas, en mi andar y en mi olor. Sus sentidos alerta