Jennifer, Lucas, Olivia y hasta Linsey, se enteraron de lo ocurrido. Justo ahora todos estamos en la cocina esperando la llegada de Damián. Mientras tanto yo trato de calmar a Linsey que no ha parado de llorar.—No quiero que te vayas —sollozó con tristeza.—No mi corazón yo no me voy a ir —le dije tratando de consolarla, pero Linsey parecía no poder calmarse.—¡Maldita sea la hora en la que esa arpía llegó a esta casa! —soltó Jennifer con furia.—Yo no pensé que la señorita Belinda fuera... bueno... tan ella —dijo Olivia tratando de mantener ese respeto que siempre ha tenido hacia las personas.—Es un ser humano despreciable —espetó Jennifer.—Bueno es obvio que cometió un error metiéndose contigo Daphne, tú eres de las que se deja pisotear de nadie —agregó Lucas, quién acaricia suavemente los hombros de Jennifer, intentado tranquilizarla.Linsey recuesta su cabeza en mi pecho tratando de dejar de llorar mientras yo la abrazo y acaricio su cabello.—Aún así, creo que no debí ser tan
Ambos hemos perdido la noción del tiempo, y no teníamos planeado separarnos. ¿Cómo podríamos después de negarnos tantas veces este amor?, Hemos sido víctimas de nuestra propia terquedad, de nuestros miedos y confesiones no dichas, pero hoy todo eso a quedado sepultado por el amor que en silencio sentimos desde la primera vez que nuestras miradas se cruzaron.Las manos de Damián se posan en mi cintura, y al hacerlo, las aprieta con firmeza, haciendo que mi corazón dé un salto.—No sabes cuánto deseé que esto pasara... —dijo sin dejar de besarme. Él tampoco podía soltar mis labios, al igual que yo no podía soltar los tuyos.—Te amo, Damián —expresé extasiada.—Te amo tanto, Daphne —respondió con la misma emoción en su voz.Por fin separamos nuestros labios, y nuestras miradas se encuentran. Puedo ver en sus ojos el deseo, y sé que él puede verlo en los míos.Sus manos se mueven inquietamente en mi cintura mientras las mías bajan de su cuello, hasta su pecho. Nuestras respiraciones se vu
Deseaba tanto estar en sus brazos que estaba por empezar a caminar hacia su habitación sin perder ni un segundo más. Sin embargo, había algo que me detenía...Mordí labio inferior tratando de calmar un poco mi ansiada de él.—Yo también muero por estar entre tus brazos, pero no con ella aquí —pronuncié viéndolo fijamente con decisión.Damián me observa en silencio por un momento y luego suelta un suspiro acompañado de una pequeña sonrisa, mientras acaricia delicadamente mi mejilla.—Tienes razón, es mejor esperar —concordó.—¿De verdad estás de acuerdo?, ¿No te molesta? —pregunté insegura.—Claro que no, por ti esperaría la vida entera si es necesario, y jamás haría algo con lo cual te sientas incómoda. Además que ella se irá mañana a primera hora —afirmó haciéndome sonreír.—Te amo —pronuncié.—Yo más, mi amor —respondió, y unimos nuestros labios en un beso lleno de pasión.Al día siguiente desperté con la misma sonrisa con la cual me fui a dormir. Hasta ahora no había tenido una noc
Solamente había bastado con decir: "Cita con Damián esta noche", para que Linsey y Jennifer se volvieran locas, y me arrastrarán al centro de la ciudad en busca de un atuendo.Hemos recorrido más de 15 boutiques, y a pesar de llevar con nosotras más de 20 bolsas y cinco cajas de zapatos, que Jennifer insistió en comprarme para renovar mi armario, según ellas no hemos encontrado el vestido perfecto para esta noche.—¡Next!, ¡Next! —exclamó Jennifer.—¡Si, está horrible! —secundó Linsey.Solté otro resoplido de exasperación y empecé a caminar devuelta por la pasarela, hacia el probador.—Se los juro chicas, sino elijen algo pronto, iré con el uniforme a esa cita —amenacé y ellas soltaron risas a mis espaldas.Cierro las cortinas, bajo el cierre del vestido de color gris ajustado que llevo puesto y al quitármelo, me pongo el último que queda de la larga fila de los 11 vestidos que ya me he medido.Todavía puedo escuchar las risas de Linsey y Jennifer de fondo, termino de subir el cierre,
Había despertado en los brazos de Damián, y fue la sensación más hermosa que he sentido en vida. La calidez de sus brazos alrededor de mi cuerpo, el roce de su piel con la mía y los latidos de su corazón sincronizados con los míos, creaban la armonía perfecta.Lo observé en silencio por unos segundos, admirando lo hermoso que se veía, y cuando intenté levantarme, él despertó. Su sonrisa de felicidad y la ternura en su mirada, hicieron mi mañana aún más perfecta.—Buenos días —susurré sonriéndole.—Buenos días mi amor —respondió tomándome de cintura para después atraerme hacia él. —Hace tanto no tenía un amanecer tan perfecto —añadió recorriendo mi rostro con una mirada llena de admiración.Los besos y caricias no tardaron en hacernos ir más allá e hicimos el amor con intensidad, deseo y desbordante pasión, sabiendo que no nos veríamos el resto del día debido a nuestras ocupaciones y no había mejor manera de despedirnos. El mundo exterior podía esperar un poco más por nosotros, aquel i
—Te ves hermosa, Daphne —pronunció Linsey.—Mi hermanito tiene muy buen gusto —añadió Jennifer.Trato de sonreírles y observo una vez más en el espejo, el hermoso, ajustado y sensual vestido blanco que me regaló Damián, el cual resalta a la perfección mi figura. El atuendo va acompañado de unos elegantes guantes sin dedos, del mismo color, y un sexy escote en forma de corazón.Dentro de la caja en la cual llegó el vestido, también venía una fina caja de terciopelo azul, en dónde estaba un precioso collar de diamantes con unos pendientes del mismo material.—Es mejor que te des prisa, mi amorcito te está esperando para llevarte —mencionó Jennifer.Respiró profundo, me giro hacia ellas, y luego de tomar a Linsey en mis brazos, agarro la mano de Jennifer.—Las quiero tanto... Gracias, gracias por todo —expresé con un nudo en la garganta y las abracé mientras mis ojos se llenaban de lágrimas.—No lo digas así, parece que te estuvieras despidiendo para siempre —señaló Jennifer.Una lágrima
Damián camina hacia mí y yo hacía él. Al acercarnos él toma mi mano para después besar mis nudillos.-Te ves demasiado hermosa -pronunció mirándome con intensidad e hice mi mayor esfuerzo para sonreirle.-Gracias, tú también te ves muy guapo.-Muchas gracias, quería estar lo más a la altura posible, aunque después de verte, está claro que me faltó bastante. ¿Vamos? -preguntó con una sonrisa. Seguido de ello, Damián me extiende su brazo y lo rodeo desde atrás tomando su antebrazo.Entramos al lugar y de inmediato llega a mis oídos, el relajante sonido de corrientes de agua. Caminamos por lo que parece ser un pequeño sendero de piedras grises, el cual está entre dos carriles de arbustos. El lugar parece un bello jardín, iluminado por más postes de luz como los de la entrada, decorado con hermosas flores de colores pálidos y fuentes de agua en forma de copa con bellas esculturas de querubines en su superficie.Nunca había estado en un lugar tan hermoso, tan lleno de serenidad y armonía.
Aquella palabra salió a duras penas de sus labios, convirtiéndose en un susurro forzado.El silencio se cernía abrumadoramente sobre nosotros, Damián mira con inquietud hacia el suelo y empieza a negar con su cabeza.—¿De qué estás hablando?, ¿Por qué me dices una mentira cómo esa?, ¡Tú no eres eso, tú no eres así! —afirmó con desespero mientras se acercaba nuevamente a mi, y seguido de ello, tomar nuevamente mi rostro y colocar su frente sobre la mía.Sus manos temblaban ligeramente sobre mis mejillas, y su respiración agitada se encontraba con la mía haciéndome sentir su desesperación.—Por favor dime que estás bromeando, lo que acabas de decir no puede ser verdad, ¡Dímelo, por favor! —me suplicó.Las lágrimas inundan mis ojos, tomo su rostro también y un sollozo de dolor se escapa de mis labios.—Daría mi vida entera porque las cosas no fueran así... —expresé.Damián aleja su rostro del mío y me observa fijamente en silencio, como si buscará en mis ojos la confirmación de la verdad