Solamente había bastado con decir: "Cita con Damián esta noche", para que Linsey y Jennifer se volvieran locas, y me arrastrarán al centro de la ciudad en busca de un atuendo.Hemos recorrido más de 15 boutiques, y a pesar de llevar con nosotras más de 20 bolsas y cinco cajas de zapatos, que Jennifer insistió en comprarme para renovar mi armario, según ellas no hemos encontrado el vestido perfecto para esta noche.—¡Next!, ¡Next! —exclamó Jennifer.—¡Si, está horrible! —secundó Linsey.Solté otro resoplido de exasperación y empecé a caminar devuelta por la pasarela, hacia el probador.—Se los juro chicas, sino elijen algo pronto, iré con el uniforme a esa cita —amenacé y ellas soltaron risas a mis espaldas.Cierro las cortinas, bajo el cierre del vestido de color gris ajustado que llevo puesto y al quitármelo, me pongo el último que queda de la larga fila de los 11 vestidos que ya me he medido.Todavía puedo escuchar las risas de Linsey y Jennifer de fondo, termino de subir el cierre,
Había despertado en los brazos de Damián, y fue la sensación más hermosa que he sentido en vida. La calidez de sus brazos alrededor de mi cuerpo, el roce de su piel con la mía y los latidos de su corazón sincronizados con los míos, creaban la armonía perfecta.Lo observé en silencio por unos segundos, admirando lo hermoso que se veía, y cuando intenté levantarme, él despertó. Su sonrisa de felicidad y la ternura en su mirada, hicieron mi mañana aún más perfecta.—Buenos días —susurré sonriéndole.—Buenos días mi amor —respondió tomándome de cintura para después atraerme hacia él. —Hace tanto no tenía un amanecer tan perfecto —añadió recorriendo mi rostro con una mirada llena de admiración.Los besos y caricias no tardaron en hacernos ir más allá e hicimos el amor con intensidad, deseo y desbordante pasión, sabiendo que no nos veríamos el resto del día debido a nuestras ocupaciones y no había mejor manera de despedirnos. El mundo exterior podía esperar un poco más por nosotros, aquel i
—Te ves hermosa, Daphne —pronunció Linsey.—Mi hermanito tiene muy buen gusto —añadió Jennifer.Trato de sonreírles y observo una vez más en el espejo, el hermoso, ajustado y sensual vestido blanco que me regaló Damián, el cual resalta a la perfección mi figura. El atuendo va acompañado de unos elegantes guantes sin dedos, del mismo color, y un sexy escote en forma de corazón.Dentro de la caja en la cual llegó el vestido, también venía una fina caja de terciopelo azul, en dónde estaba un precioso collar de diamantes con unos pendientes del mismo material.—Es mejor que te des prisa, mi amorcito te está esperando para llevarte —mencionó Jennifer.Respiró profundo, me giro hacia ellas, y luego de tomar a Linsey en mis brazos, agarro la mano de Jennifer.—Las quiero tanto... Gracias, gracias por todo —expresé con un nudo en la garganta y las abracé mientras mis ojos se llenaban de lágrimas.—No lo digas así, parece que te estuvieras despidiendo para siempre —señaló Jennifer.Una lágrima
Damián camina hacia mí y yo hacía él. Al acercarnos él toma mi mano para después besar mis nudillos.-Te ves demasiado hermosa -pronunció mirándome con intensidad e hice mi mayor esfuerzo para sonreirle.-Gracias, tú también te ves muy guapo.-Muchas gracias, quería estar lo más a la altura posible, aunque después de verte, está claro que me faltó bastante. ¿Vamos? -preguntó con una sonrisa. Seguido de ello, Damián me extiende su brazo y lo rodeo desde atrás tomando su antebrazo.Entramos al lugar y de inmediato llega a mis oídos, el relajante sonido de corrientes de agua. Caminamos por lo que parece ser un pequeño sendero de piedras grises, el cual está entre dos carriles de arbustos. El lugar parece un bello jardín, iluminado por más postes de luz como los de la entrada, decorado con hermosas flores de colores pálidos y fuentes de agua en forma de copa con bellas esculturas de querubines en su superficie.Nunca había estado en un lugar tan hermoso, tan lleno de serenidad y armonía.
Aquella palabra salió a duras penas de sus labios, convirtiéndose en un susurro forzado.El silencio se cernía abrumadoramente sobre nosotros, Damián mira con inquietud hacia el suelo y empieza a negar con su cabeza.—¿De qué estás hablando?, ¿Por qué me dices una mentira cómo esa?, ¡Tú no eres eso, tú no eres así! —afirmó con desespero mientras se acercaba nuevamente a mi, y seguido de ello, tomar nuevamente mi rostro y colocar su frente sobre la mía.Sus manos temblaban ligeramente sobre mis mejillas, y su respiración agitada se encontraba con la mía haciéndome sentir su desesperación.—Por favor dime que estás bromeando, lo que acabas de decir no puede ser verdad, ¡Dímelo, por favor! —me suplicó.Las lágrimas inundan mis ojos, tomo su rostro también y un sollozo de dolor se escapa de mis labios.—Daría mi vida entera porque las cosas no fueran así... —expresé.Damián aleja su rostro del mío y me observa fijamente en silencio, como si buscará en mis ojos la confirmación de la verdad
———POV DAMIÁN————Sujeto con fuerza el vaso de vidrio, haciendo temblar el líquido marrón de su interior. Cierro mis ojos dejándome envolver por el calor del alcohol recorriendo mi garganta, aunque solo sea por un momento, necesito desesperadamente olvidar esta noche, olvidarme de ella, y ahogar en licor mi dolor.Quiero desaparecer cada uno de sus recuerdos, pero el alcohol no hacía efecto, quizás aún no había bebido lo suficiente.Lo peor de todo esto es que ni siquiera podía contener las lagrimas, siento que estoy agonizando lenta y tortuosamente. Solo una vez lloré de esta forma, ella me ha hecho revivir el mismo dolor que sentí el día que Elizabeth murió.—¡Maldita sea la hora en que te conocí, Daphne! —exclamé con furia, al mismo tiempo que estrellaba el vaso de vidrio contra una de las paredes de la biblioteca.El estruendo llena el silencio de la habitación por un breve instante. Siento que me estoy derrumbando, que mi mundo se fragmenta en mil pedazos, y por más que trato de
————POV DAPHNE————El mundo parecía haberse detenido por completo. El ruido de la ciudad quedó reducido a un murmullo lejano que no llegaba a mis oídos. El único sonido que llenaba mis sentidos era un escalofriante y agudo silbido que reverberaba en mis oídos, además de mi respiración cada vez más lenta y pesada. La combinación de ambos era como un eco constante de la pesadilla que estoy viviendo.Mi cuerpo temblaba de manera incontrolable. No estaba seguro si era por la conmoción o porque estaba empapado por completo.El dolor en mi pecho se había hecho físico, como si mi corazón estuviese desgarrándose, como si cada latido fuera una tortura que me hacía desear que se detuviese y las inhalaciones se sentían como un esfuerzo sobrehumano, como si el aire se hubiera vuelto denso y hostil.—Dahne, Daphne, ¿Me escuchas? —habló Lucas, tomándome de los hombros y mirándome con preocupación. Pestañeé varias veces obligándome a volver a la realidad.Lucas suelta un resoplido de alivio en cuant
—¡No, no, Jennifer, nosotros no tenemos nada! —dije apresurándome a intervenir.Jennifer respira con dificultad mientras me mira llena de furia. Sin embargo, su ira no puede ocultar su dolor, y las lagrimas no tardan en brotar de sus ojos.—¡Todo este tiempo ustedes solo jugaban con nosotros! —pronunció entre dientes con indignación, al tanto que su voz se quebraba.—Por favor, déjanos explicarte las cosas —le pidió Lucas.—¡Claro que no!, no necesito más mentiras y falsedad. Ahora entiendo que debí quedarme con mi hermano, ¡Ustedes son de lo peor! —masculló antes de girarse con la disposición de irse, pero antes de que diera el segundo paso, rápidamente me para frente a ella bloqueando su camino.La miro con determinación...—No, si viniste hasta aquí es porque quieres respuestas y no estás del todo convencida de que la versión que te dió Damián sea toda la verdad, así que quédate y escuchanos —dije seriamente.Jennifer me mira indecisa y suelto un suspiro para tranquilizarme, y la m