STEFANY CARSON Me sentía adolorida, cansada y gozaba de una relajación que un solo paso que daba me hacía sentir en las nubes. Mi amiga me escribió y luego de decirle que había tenido relaciones varias veces me envió un audio riéndose. Ella me dijo que lo que sentía era consecuencia de gran satisfacción y no podía negarlo. Jack en cada una de las veces me había dado tanto placer como jamás creí ser capaz de recibir. Él no me permitía estar vestida, fueron casi tres días los que pasé de la misma manera, envolviendo mi cuerpo en un mullido toallón si debía ir al baño y despojada de él cuando Jack lo veía. -Toma esto, Dulzura- Me entregó la píldora que serviría para prevenir un embarazo- Mañana tenemos una cita -¿Donde iremos?- Me sentí emocionada. Yo no había tenido citas hermosas, románticas, tampoco de carácter sexual -Pedí cita con una ginecóloga, iremos allí- La desilusión me embargó y dió paso a la vergüenza- Todo saldrá bien Stef, es lo mejor para ti Asentí intentando oc
JACK JOURNEY Llegó el momento que menos deseo, debo regresar a trabajar. Los días que debía hacer reposo físico han terminado y aunque me siento bien, lo único que puedo hacer por él momento es trabajo de oficina, lo más aburrido del mundo. Mi superior tramitó por medio del seguro médico las sesiones de rehabilitación. No creo necesitarlas, pero aún así tengo que asistir. No deseo regresar al trabajo si se trata de archivar denuncias, documentos y demás. Tampoco quiero redactar los documentos de quienes deben ir a la jefatura por un trámite o por una denuncia. No tengo más alternativa que ir y trabajar. Lo que menos deseo es obtener la baja por ser incompetente o peor aún, vago. Le dije a Stef que tengo que regresar a mi trabajo y ella se mostró preocupada. Es una muchachita tan tierna y dulce. Me pidió que tuviera cuidado y que no regresara herido. ¿Alguna vez tuve una mujer que se preocupara tanto por mi? Creo que la respuesta a eso es fácil, no. Podría acostumbrarme a ella y ta
JACK JOURNEY Llegué a casa después de estar todo el día pidiendo órdenes judiciales y también tomando denuncias. Los casos más sencillos fueron los permisos escolares y de viaje. Por desgracia, para mí salud mental, las denuncias no son tan simples ni tan rápidas. Un caso recurrente es el de las denuncias por violencia, escapan de mi entendimiento. No comprendo por qué una mujer acepta ser golpeada, luego denuncia a su pareja que es la causante de gran cantidad de moretones y tramitamos la orden de restricción. Tan solo días después cuando las lesiones dejan de ser tan visibles, la denuncia y la orden se desestiman porque la mujer perdona a ese malnacido que se atrevió a golpearla. Esto se convierte en algo recurrente en más casos de los que puedo recordar. Cuando entré a la fuerza policial no esperé hacer el maldito trabajo de oficina. Estar en la jefatura treinta minutos y ver a mis compañeros haciendo el trabajo que ahora desempeño me crispaba los nervios. Dije que jamás h
JACK JOURNEY Stefany y yo hemos tenido problemas. Intento ser el hombre que siento que necesita pero no sé cómo serlo. ¿De que manera puedo lograr algo así si ella pretende estar lejos? Así que no quisiera compartir la misma habitación, tengo espacio suficiente para los dos aquí. Ella intenta mantenerse alejada por su maldito orgullo. ¿Cree que yo no sería un marido generoso si acepta dejar su minúsculo apartamento? Ni siquiera está en la zona más segura de la ciudad, ¿En verdad necesita pensar sobre la mudanza? ¡Está corriendo peligro allí! Su comportamiento me irrita más que las estúpidas denuncias que debo tomar trabajando en la oficina y eso es mucho decir. Profesionalmente, la segunda historia tiene varios capítulos y mi editor la ama. Si Stefany no está conmigo yo aprovecho a escribir sin parar y eso ha rendido frutos. Si Stef está conmigo me convierto en un hombre incapaz de quitarle las manos de encima. El verano ya está llegando a su fin y dando paso al otoño. V
El frío del invierno más crudo que puedo recordar se cuela en mis huesos. El viento agita mi cabello negro y amenaza con hacer volar mi gorro de lana. El vapor sale de mis labios con cada respiración y corro hasta llegar al automóvil de mi madre. -Maldición, voy a congelarme- Protesto sin detenerme. Haber tenido que estacionar a cuatro calles me molestaOdio hacer trámites, odio ir de compras, odio mi vida. Con el dinero que mi padre me dió como regalo y dinero que me costó demasiado esfuerzo reunir, fui a ver algunos automóviles de segunda mano en búsqueda de uno que se ajuste a mi limitado presupuesto. Trabajo en un pequeño salón de belleza y odio estar allí. Las demás chicas son hermosas con sus cuerpos de muñecas, mientras que yo... la gordita a la que nadie voltea a ver. Desanimada y muerta de frío conduzco de nuevo a casa. Necesito tomar algo caliente o voy a enfermarme.Mi madre me recibe, muy molesta, con su mano extendida para que le entregue las llaves de su automóvil.
La decepción del amor que jamás fue para mí, duró mucho en desaparecer de mi pecho y hasta que cumplí los diecinueve años no me interesé en nadie. Comencé a trabajar en una cafetería muy concurrida, por lo tanto las propinas eran bastante buenas. Estaba ahorrando para poder irme a vivir sola y había podido comprar algunos muebles para eso. Me sentía orgullosa, aunque aún mi depresión por la falta constante de cariño me acompañaba. En la cafetería solo había dos chicas trabajando, además de mi. Ellas eran muy lindas y los clientes les dejaban buenas propinas, pero si yo estaba con ellas era todo lo contrario. Me sentía totalmente deprimida en la cafetería, pero era demasiado rápida para preparar los pedidos, por lo que mi jefa no quería despedirme y por eso decidió cambiarme de turno. Me sentí totalmente triste por no poder trabajar con las chicas y también por no ser lo suficientemente bonita para que algún cliente pidiera ser atendido por mi. ¿Quien elegiría a la "gordita"? Ni si
JACK JOURNEYEs un día caluroso y yo nuevamente estoy patrullando por las calles desoladas a esta hora donde nadie saldría de casa si es inteligente. Con cuarenta grados de temperatura, un huevo podría asarse en el pavimento. Estoy sudando, el uniforme azul es realmente caluroso. Si tan solo pudiera estar manejando descalzo todo sería mejor, el cuero en mis pies me hace sentir dentro de un maldito horno. Comienzo a odiar mi trabajo como policía. Con treinta y seis años, medité varias veces entregar mi placa y retirarme, ni siquiera necesito hacer esto. Mi familia siente miedo cada vez que ven las noticias. Trabajo como policía porque me encanta la adrenalina y mi vida normal es demasiado aburrida como para conseguirla por mis propios medios. Patrullar las calles no siempre es tan malo porque hubo algunas veces en las que impedí un robo en proceso. Perseguir un delincuente siempre es algo que dispara mi adrenalina a un nivel increíble y me hace sentir vivo. Es extremo, también hubo o
JACK JOURNEYLlegué a trabajar sintiendo verdadero cansancio. Dormí menos horas de las que necesito para estar lo suficientemente descansado para soportar mi trabajo. Al despertar lo hice temprano después de soñar con mi musa. Podría haber seguido durmiendo, pero me sentía tan inspirado que comencé a escribir de inmediato. Se que si sigo así la trama acabará pronto. El erotismo puede ser narrado fácilmente en esta trama, pero ¿En la siguiente? ¿Cómo haré?Necesitaré a mi musa. Tengo que encontrarla por el bien de mi saga y para no perder credibilidad con mis lectores. Patrullo por las mismas calles desoladas toda la semana buscándola a ella, sintiendo este calor insoportable y el uniforme pegado a mi piel. Encontrarla significaría un gran avance, pero no puedo presentarme delante de ella y decirle "Eres mi musa, acompáñame y déjame inspirar un personaje cargado de seducción en mi historia" creerá que estoy completamente enfermo. Tengo que ganarme su confianza, pero también inspirar