¡Mis princesas! ¡Vamos a entrar!, se que les va encantar, feliz les decía Josué a las niñas.Al entrar Gely quedo mirando todo a su alrededor, donde estaban las taquillas, en medio había una puertecita y pasaron por un puentecito para poder entrar a la carpa; en ese momento miró que todo estaba lleno de bancas para sentarse, que acomodaban el círculo de esta y mas bien parecían escalones grandísimos, había unos señores parados entre las demás personas que se estaban sentando; estos se encontraban vendiendo algodón de azúcar, lo cual al ver de color rosa a Gely se le antojo de inmediato.¡Mis niñas! ¡aquí nos sentaremos nosotros!, las sillas quedaban en la segunda fila del frente donde se podía apreciar todo más de cerca.¡papi! Quiero de esos dulces que vende el señor que va caminando allá. – pidió Rossane bien alegre –¡Ésta bien cariño!, ¡háblalo! – consintió Josué –¡Señor!, ¡señor! ¡aquí! – gritaba emocionada Rossane al vendedor de dulces –¡dígame señor! ¿Qué le ofrezco? Traigo c
Era martes por la tarde y las niñas se encontraban jugando en el patio de atrás con las hijas de la vecina; quienes resultaron ser familiares de Marian y JosuéEstaban bien entretenidas jugando a la casita y mientras jugaban a tomar el té, Rossane que no era quieta se aburrió y se fue a la casa con su papá, pero al llegar a la puerta del cuarto de en medio miró a este que estaba en cama y el doctor Sebastián su amigo lo estaba atendiendo¡mamita! ¿Qué tiene papito? – asustada preguntó Rossane –¡Mi princesa! ¡no es nada!, solo comí algo en la calle y me ocasiona dolor de estómago, solo es eso mi niña. – respondió Josué rápidamente al mirar la carita angustiada de su hija –Gely por otro lado seguía jugando, estaba disfrutando de un rico postre que había preparado la Señora Guadalupe, madre de las niñas¡uhmm! ¡Que Rico!, ¡Esta delicioso! – Encantada se expresaba Gely –Se llama “pudin”, es de rompope, lo preparó mi mamá, por eso es de color amarillo – le decía Maribel, la tercera hija
¡Marian! ¡Marian! – llamaba Andrea –¿Cómo sigue Josué?, hablé con tu tío y me dijo que les dará prestado el dinero para los estudios mientras, dile que averigüe cuanto saldrá¡Tía! Ya no es necesario, Josué se fue a realizar los estudios clínicos, Graciela trajo dinero que Josué le había dado a guardar para comprar el cementoEs que van a terminar los detalles del baño y poner el piso del patio – Marian contaba a su tía cuñada –¿Quién te dijo eso Marian? – cuestiono Andrea –Graciela me dijo eso hace rato cuando me trajo el dinero que le dio Josué, me contó para que le dio a guardar el dinero y con eso se fue a los análisis y de ahí pasará a ver a Sebastián – decía Marian –Deberás tienes que avivarte Marian, a quien debió dar a guardar el dinero, es a ti, su esposa. – enojada aconsejo la Tía-cuñada Andrea –¡Ay chamaca! ¡En serio contigo! ¡ponte busa! (lista) – seguía reprendiendo Andrea a Marian –Tía no comprendo todo lo que me dices, pero si peleare eso con Josué, porque se puso
Marian quedó mirando la niña, reacciono en ese momento recordando que sus hijas estaban llegando del paseo y no habían comido y entonces respondió:“Comeremos Mole hija”¡Que Rico mami! “Le diré a papá que ya vamos a comer” – mirando a su mamá quien dio una sonrisa forzada Gely salió corriendo hablar a su papá que se encontraba en el cuarto a lado de la salita donde tenía su negocio –¡papito! ¡papito! ¡vamos a comer!, mamita hizo mole. – Gely jalaba a su padre de las manos para llevarlo a la cocina donde se encontraba el comedor –¡Ve a comer tu princesa! En este momento no tengo hambre, voy a limpiar aquí hijita. – levantándose de la silla donde momentos antes habían sentado a Marian, Josué tomo la escoba y se dispuso a barrer los cristales rotos que habían quedado ahí –Cuando se encontraban comiendo Gely notó que su mamá apenas había probado la comida y su tía Andrea llegó en ese momento y la llevo a su casa que estaba a lado.Terminen de comer hijitas, ahora regreso, iré a buscar
Gely no sabía que sucedía, pero notaba extraña a su mamá, y a su papá más distante así que se sintió más triste cuando encontró a Josué en la esquina de la sala por la noche, detrás de la cortina con la ventana abierta, fumaba un cigarro cuando la niña notó que se le escurría una lágrima.¡papi! ¿Estas llorando?Absorbiendo de su cigarro, Josué dio una fumada más y tiro la colilla por la ventana, soltó el humo que a Gely le gustaba mirar, pero en ese momento solo le importaba las lágrimas de su papá¡No mi princesa! ¡No lloró!, sabes, se metió una basurita en mis ojos, eso me molesta – limpiándose la vista, respondió Josué –Además, “los hombres somos valientes y no lloramos.” – la cargo en sus brazos y abrió la puerta, saco una silla la puso afuera en la banqueta y se sentó con ella en brazos –¡papito! ¿Sigues teniendo la basurita en tus ojos? Porque sigues teniendo lágrimas. – dijo Gely, secando las lágrimas de Josué con sus manitas –¡Gracias mi princesa! Ahora ayúdame por favor;
Los días pasaban y tanto Josué como Marian andaban como locos con las compras de los útiles escolares, los uniformes de ambas niñas lo enviaban con Valeria la amiga de Marian, en el caso de Rossane lo hacia y le resultaba bien fácil, ya que su hija estaba junto con Rossane en el mismo grupo; al ser de la misma edad y complexión tomaba la misma medida, pero en el caso de Gely era escuela primaria era otro uniforme y se lo compraban hecho, solo lo ajustaba la señora Valeria.Andaban en el centro comprando los zapatos y tenis de las niñas para la escuela, pasaron a una tienda conocida en la ciudad, para adquirir el uniforme de Gely, Marian aprovechó que estaban ahí para surtir de ropa interior a las niñas, de calcetas blancas para la escuela y de colores para el diario.Al regresar, como era ya tarde Josué se fue a comprar unas ricas carnitas que se encontraban rumbo al velódromo de la ciudad deportiva, pero las niñas no se quisieron quedar con Marian en casa y se fueron con él. Al llega
Después de que terminaron de comer Marian llevó a las niñas para lavarse las manos y cepillarse los dientes.¡Cariño! ¡No tardes! Después las bañas, ven a ver el partido conmigo – meloso habló Josué –¡Si amor!, ahora regreso – dijo Marian –Y así lo hizo, fue con las niñas rápido a lavarse las manos, se cepillaron los dientes y regresaron, se sentaron nuevamente ¡Marian! ¡Ven!, siéntate aquí conmigo cariño. – extendió la hamaca con un brazo ofreciéndole a Marian una lata de cerveza –¡Esta bien!, ¡Esta bien! ¡ahí voy! – sentándose a un lado de él, respondió Marian –¡hijas! ¿quieren cacahuatitos?¡Si mami! – inmediatamente respondió Rossane –¿y tú? “Gely”, ¿Gely? - Marian hablaba a la niña, que se había quedado con la mirada fija y sin decir nada –¡Si! ¡mami!, ¡sí quiero! – respondió la niña –Y se volvió a quedar mirando fija hacia la televisión, donde Josué miraba el partido de Futbol, pero en realidad lo que observaba era a Su papá, de como jaló a Marian para abrazarla, y a Ro
Las niñas emocionadas abrían las cajas de zapatos y de los tenis¡Mamá! mis tenis huelen rico – dijo Gely –¡No mami! Los míos huelen más rico – dijo Rossane –No peleen, por favor, los dos huelen rico, sus tenis están hermosos. Yo no tuve tenis a su edad. – dijo Marian –¡Mami! ¿podemos usarlos hoy? – preguntó Gely –¡No!, los tenis y los zapatos son para la escuela, les compraremos otros para salir a fiestas ya en unos días. – comentó Marian –¡Mamá! yo me los quiero poner ya, ¡mamá! ¡pónmelos! – lloró Rossane –¡He dicho que no! Así que no llores hija – en modo serio hablo Marian –¿iremos a una fiesta? – preguntó Gely –¡Si hija!, viene la fiesta de 15 años de tu prima Georgina. – contenta hablo Marian –¿y nos van a comprar otros zapatos? – volvió a preguntar la niña –¡Así es! Y no solo zapatos, vestidos también – siguió diciendo Marian –¡mamita! Yo quiero uno esponjado, como una princesa de verdad – dijo Rossane sollozando todavía –¡No mamá! ¡Yo no! A mi me pican mucho esos