VII
El teléfono de mi habitación retumbaba en la mesa de noche. —¿Aló? –la voz atolondrada de Ruth Levi sonó por el otro extremo.
—¡Ayúdeme! ¡Están aquí! Están entrando... ¡Que destino tan horrible! ¡No quiero morir así...! ¡Ya vienen! ¡NO! ¡Aggghhhh! –la línea se colgó.
—¿Aló? ¿Ruth? –Marqué inmediatamente el número de la habitación de Samael, habitación vecina en el hotel donde me encontraba hospedada en ese momento exacto, pero el teléfono repicó sin resultado alguno.
Por la ventana...
Me asomé por la ventana del tercer piso donde estaba, y contemplé a tres figuras siniestras, cubiertas con gabardinas negras y anteojos oscuros, de rostros glaciales, uno calvo, otro con cabell
CAPÍTULO VLA PESADILLA INTERMINABLE¿Quién conoce el fin? Lo que ha emergido puede hundirse y lo que se ha hundido puede emerger. Lo satánico aguarda soñando en el fondo del mar, y sobre las ondulantes ciudades humanadas navega el apocalipsis.H.P. LovecraftTodo el mundo sabe la historia de Víctor Frankenstein, como éste se la relató al capitán Walton allá en el Polo Norte poco antes de su agónica muerte, y como Walton relató ésta misma historia a la escritora Mary W. Shelley, cuya vida fue tan trágica y dolorosa como la del propio Víctor.Sin embargo, la historia no termina allí, porque lo que el libro de Shelley no dice, es que Víctor Frankenstein tuvo un breve encuentro sexual con una joven francesa, que trabajaba como posadera en Suecia, durante su traves&iacut
XII—¿Inteligencia artificial? –le preguntó Victoria a Erick a la mañana siguiente, mientras desayunaban. Ambos vivían en el mismo apartamento que Erick había decorado con pósters científicos, fotos de planetas y constelaciones, móviles con forma de naves espaciales, afiches de películas y series de ciencia ficción, entre otras cosas. —¿Es eso posible? —El Proyecto Megatherion era ultrasecreto y no podía darle detalles a Victoria, pero era difícil no compartir algunas cosas con su pareja, así que le contó que dicho proyecto consistía en buscar la forma de crear inteligencia artificial, aunque no le dijo que tan avanzado estaba. —¿Cómo sería posible crear inteligencia artificial?—Con una computadora cuántica.—¿Una que?—Una computadora cu&
XIVErick se vio coaccionado en ayudar a la resurrección del Monstruo, así que colaboró en los estudios e investigaciones cuya primordial meta era descifrar la forma sacar al ser del coma. De los experimentos, además de él, solo participaban Kremp, la joven Leonela y, por supuesto, Megatherion.Gracias a la tecnología moderna, la tarea no parecía ser tan difícil. Pero el ser era un milagro, al haber sido creado en una época donde los conocimientos científicos eran aún muy rústicos. Así que era difícil desentrañar el método realmente utilizado por Víctor.Finalmente, una oscura y tormentosa noche de Walpurgisnacht, en Ingolstadt, se dieron a la tarea de revivir finalmente a la Criatura.Pulsaciones eléctricas producidas por una batería de alto voltaje recorrieron el cadavérico cuerpo del Monstru
XVIIDurante casi dos meses, Erick había participado del monstruoso proyecto del Instituto Frankenstein hasta casi haberse acostumbrada a la bizarra naturaleza del mismo. Esa mañana partió como de costumbre tras besar a Victoria quien se encontraba en la ducha y sencillamente mostró su hermoso cuerpo moreno y desnudo, totalmente húmedo, para besar a su novio sin dejar su baño.Erick trabajó todo el día como era usual, hasta que calló la noche. Es entonces que la Criatura y Kremp hicieron a Erick una propuesta surgida de las entrañas mismas del Infierno.—¡Ay de mí! –dijo el Monstruo ante Erick, Leonela, Kremp y los guardias en su tono poético usual— ¡Ay de mí que he sido maldecido con la soledad infinita! Cuando todo hombre tiene su pareja y todo animal su hembra.—Podemos poner fin a tal cosa –dijo K
Arriba, el azur gemado esEl esplendor desnudo de Nuit;Ella se dobla en éxtasis para besarLos ardores secretos de Hadit.El globo alado, el azul estrellado,Son míos, ¡Oh Ankh-afna-khonsu! Ahora sabrán que el escogido sacerdote y apóstol del espacio infinito es el príncipe—sacerdote la Bestia; y en su mujer llamada la Mujer Escarlata está dado todo el poder. Ellos recogerán mis niños en su redil: traerán la gloria de las estrellas a los corazones de los hombres.A ti adoro en la canción—Soy el Señor de Tebas yEl inspirado predicador de Mentu ;El muerto a sí mismo Ankh-afna-khonsuCuyas palabras son verdad, invoco, acojoAnte mí se devela el velado cielo,Tu presencia, ¡Oh Ra-Hoor-Khuit!¡Unidad evidenciada
III —¿Has disfrutado tu estancia en Egipto, querida amiga? –le pregunté a Victoria a la mañana siguiente mientras ambas desayunábamos en la soda del hotel. —Por supuesto que sí, Katherine, pero extraño a Erick. —Sólo estarás unas semanas más y podrás volver con tu novio a México. Al menos tú estás de vacaciones, yo estoy trabajando. —Pero has encontrado placer, sin duda –me sonrojé. —¡Vamos Katherine! Eres una mujer adulta y siempre te he insistido para que tengas pareja. Aunque en principio, no me agrada que sea musulmán. ¿No es muy machista? —Es un sufí, ¿sabes lo que son los sufíes? —No. —El sufismo es una rama mística del Islam con influencias orientales. Es un tipo de Islam bastante más espiritualista que las variantes ortodoxas. Los sufíes no creen en la necesidad de que existan sacerdotes y mediadores, y en general son más liberales y moderados que otros musulmanes. ¿Qué mejor pr
VTras una semana de tener a la momia resguardada en el Museo del Cairo, comenzaron a darse los extraños sucesos. Fue misteriosamente sustraído del museo el Medallón de Anubis, un extraño objeto ritualístico que, utilizado en una misa macabra, se decía que podía resucitar a los muertos. Dos días después, el director del museo, el Dr. Hussein, se suicidó en su despacho atormentado por extrañas visiones según su nota suicida, así que se clavó una antigua daga hitita en el cuello. Y una semana luego, dos guardias de seguridad fueron encontrados muertos y con el cargador de sus armas vacío, sin que las alarmas sonaran ante la presencia de intrusos, o las cámaras de seguridad mostraran nada extraño.—¿Y si es verdad lo de la maldición? –preguntó Victoria mientras ella, Omar y yo tomábamos café en
VIIA eso de las tres de la madrugada, entramos al antiguo Templo de los Vampiros, que lucía remodelado y brillante, como recuperando su gloria de antaño.Al lugar llegó el árabe vestido de negro con el rostro cubierto por el turbante, y a su lado estaban mi amiga Victoria vestida con un provocativo traje de esclava egipcia, estaba totalmente abstraída por un hechizo que le robaba la voluntad y la mente.El árabe de negro removió su turbante de la cara y lo reconocí de inmediato.—¡Moammar! –dije— ¡Usted está detrás de todo esto! ¿Por qué?—Soy miembro de alto rango de la Hermandad Musulmana.—¡Claro! –aludí— Son un grupo terrorista de fanáticos islamistas, que se cree desciende de la sangrienta Orden de los Hachisinos. La Hermandad Musulmana est&aa