Cecilia

Ivana tenía más ideas locas que una vaca vieja, de donde sacaba que Víctor me viera de esa forma. Él era una excelente persona eso me quedo claro esta mañana cuando chocamos sin querer sin conocernos.

«Eso dices tú, tal vez ya todo estaba planeado»

«No metas cizaña. El accidente fue mi culpa no de él, así que no aplica nada de lo que me digas en estos momentos no me vas hacer cambiar de opinión sobre lo que pienso»

«Yo solo decía, no es para que te enfades»

Todavía no entendía como él Víctor que conocía se había convertido en otra persona, que resultó ser el hijo de mis jefes. Solo de pensarlo me daba dolor de cabeza.

Tenía que aprenderle mucho a mi niña hermosa, que se comportaba como si ella fuera la adulta entre tantas personas.

Cuando llego el señor Juan pude sentirme más tranquila, con él aquí su hijo no se comportara como un patán sin cerebro. Hasta Homero Simpson era mejor.

—Cecilia, será mejor que nos vayamos a la casa. Estos tres deben de hablar y nosotros debemos de