CAPITULO 27

Javier y yo teníamos una pésima relación, desde que el había decidido quitarme todo solo por lo que sucedió entre los dos, me di cuenta que me había enamorado de adolescente de una ilusión.

Javier no sólo era un hombre prepotente, era un hombre que solo quería jugar conmigo, quizás que nunca me quiso con la intensidad que yo quise.

Creo que los dos solo queríamos en ese momento estabilidad social, mis padres eran respetados, sus padres eran muy ricos, los dos habíamos sido novios de toda la vida, la gente esperaba que la pareja ideal terminará junta en el altar.

El jamás me dejó explicarle lo que sucedió, el motivo de mi ausencia para no llegar al altar, pero él no se comportó como yo esperaba, nunca me buscó, solo se dedicó a vivir la libertad que desde hace mucho ya no tenía.

Quizás me dolió demasiado, saber que mientras yo me moría de miedo aún sin saber que podía pasar en mi cautiverio, él estaba de fiesta.

Pero ahora no tenía que sentir rencor, era de esas veces en la