Podía pasar horas viéndolo dormir y no me cansaría jamás, el condenado hasta dormido lucía guapo y no entendía como rayos lo hacía. Reí ante mis pensamientos y me tenté a darle besos por la mejilla.
Gruñó y luego lo escuché reír, reí también y continué con mis besos hasta llegar a sus labios quedándome ahí un rato robándole piquitos.
—Eres el mejor despertador que puede existir.—murmuró con voz ronca.—Buenos días...
—Buenos días...—besé de nuevo sus labios.—Quería dejarte dormir un poco más, juro por dios que no te iba a despertar hasta dentro de una hora pero no pude evitarlo.—se echó a reír y me atrajo hasta él dejándome sobre su pecho.
—Ojalá pudiera despertar así todos los días...no d
Mi humor ya no era el mismo que el de esta mañana.Estaba completamente aislada y apenas participaba de la conversación que los chicos estaban teniendo. No podía pensar en nada más que en el anuncio de ese día y mi ansiedad se estaba apoderando de mi.―¿Podrías pararte en algún restaurant para hacer pipi?.―dijo Chloe y Asher asintió mirándola por el espejo retrovisor.Se detuvo en una cafetería y como se veía agradable decidieron que sería buena idea bajarse todos y pedir chocolate caliente. Asher me abrió la puerta y tomó mi mano ayudándome a bajar y se lo agradecí con una sonrisa.Lo abracé por los costados y entramos juntos al local. Era muy pintoresco y agradable, el ambiente logró relajarme un poco.―¿Me acompañas al baño?.―Chloe me tomó de la mano y miré a Asher p
Llegamos una hora tarde de lo que habíamos planeado pero eso no fue impedimento para que aprovecháramos el tiempo y fuéramos a esquiar. Pasar tiempo con ellos me hizo olvidar un poco todo lo que estaba pasándome. Me dije a mi misma que tenía que guardar la calma y disfrutar de los pequeños momentos y por esa semana no iba a pensar en nada más que no sea en mi felicidad. La vista que teníamos desde nuestra cabaña era hermosa, desde que entré a la habitación fue lo primero que noté. Había una pequeña terraza con chimenea, jacuzzi y un lindo lugar para hacer una fogata. ―¿No vas a venir a la cama?.―me abrazó por la espalda mientras estaba contemplando la vista desde el balcón y sonreí por sus dulces besos. ―Es muy hermoso este lugar.―suspiré acariciando sus brazos que rodeaban mi cintura.―La vista es maravillosa. ―La vista es perfecta...―dijo mirándome a mi fijamente y me eché a reír sintiendo como me sonrojaba.―¿Haz visitado Islandia?.―negué y él sonrió.―De noche se pueden ver las a
Era la primera vez que pasaba año nuevo con alguien.No era muy fanática de la navidad, digamos que no era mi época favorita aunque adoraba la comida.Pero esa semana se estaba quedando en mi memoria como el mejor de los recuerdos y luego de esa cena de navidad juré que celebraría esta festividad todos los años para recordar lo feliz que me sentí esa noche.Estábamos los cuatros reunidos en el gran salón del hotel compartiendo con el resto de las personas que como nosotros, decidieron pasar el año nuevo en las montañas.—¿En Dinamarca son ortodoxos?.—preguntó Mike mientras me entregaba un vaso de ponche de huevo.—No—negué agradeciéndole por mi bebida con una sonrisa.—Mike, has estado de pesado toda la semana preguntándole a Isa sobre Dinamarca. ¿Cuál es tu maldito problema?—
—Repasemos.—pausé la película que estábamos viendo y me senté frente a él en la cama.—La del vestido mostaza, que se enamora de una horrible bestia y le gustan las rosas.—Bella, de la bella y la bestía.—respondió con una sonrisa y asentí conteniendo la risa.—Bien...empezamos fácil.—hizo una mueca graciosa.—Es del continente asiático...—iba a abrir la boca pero subí la mano para que me dejara terminar.—Con un lindo traje azul, enamorada de un landrón de corazón puro y le encantan las alfombras.—me mordí la parte interna de mi mejilla y él arrugó la frente.—Iba a decir Mulán...pero no.—elevé mis cejas y apreté los labios conteniendo una carcajada.—Jazmin...de Aladdin.—Exacto...vas bien. Esa fue una capciosa porque sabía q
Cuando regresamos de nuestro viaje, nos enteramos que Fiona había organizado una fiesta de "presentación a sociedad" y toda la familia de Asher estaba en la ciudad.Se podrán imaginar lo afligido que Asher estuvo toda esa semana.Nunca le conté lo que su madre intentó hacer aquella tarde cuando me invitó a comer. Pero no fue necesario porque él sabía que su madre era capaz de eso, llegó a contarme que una vez sobornó a una chica que salía con él cuando estaba en la universidad.Me mordí la lengua y actué sorprendida ante aquello.Ese fue el detonante que lo hizo abandonar la escuela de leyes, tomar sus cosas e irse a explorar el mundo.El plan de Fiona era volver a emparejar a Asher con Jessica, que su hijo retomara su antigua vida. Era como si el único propósito en la vida de la elegante señora era controlar a Asher.
-Te juro que jamás había escuchado sobre un baile de presentación a sociedad.-dijo Chloe burlándose mientras buscaba entre los miles de vestidos que tenía la tienda para ofrecernos.-¿Eso no es de cuentos de hadas?.-hizo una mueca girándose para verme y me reí.-Antes eran muy frecuentes, servía para que los jóvenes se conocieran y esas cosas.-La gente rica está loca.-sacó un par de vestidos y me los entregó a mi.-Pruebate esos dos mientras yo sigo buscando.-Está bien.-miré los vestidos y suspiré.Estábamos en una de las boutiques más exclusivas de la ciudad y desconocía como Chloe tenía acceso total a ella. La encargada nos trató como si fuéramos las dueñas y hasta nos trajo café.Muy raro todo.-¿De dónde conoces a los dueños de este lugar?.-quise saber
—Preciosa...—Asher llamó mi atención y aparte la mirada de la ventana para verlo.—Sé que no querías acompañarme y prácticamente te obligué a venir.—me miró rápido y tomó mi mano para sujetarla mientras iba conduciendo.—Pero odio que estés tan callada. Sus ojos preocupados me hacían doler el corazón porque seguro pensaba que mi estado apático era por su culpa. Había estado tan dispersa y distante con él en lo que iba de noche y ni siquiera habíamos llegado a la fiesta. —Te Amo.—dije en un susurro. —Yo también.—sonrió llevando mi mano hasta sus labios para besarla. —Necesito contarte algo pero...¿podemos esperar hasta mañana?.—me miró extrañado. —¿Qué sucede?. —No quiero abrumarte con más cosas hoy. —Me estás preocupando, Isabela.—sonreí para tratar de tranquilizarlo aunque por dentro estaba muriendo. —Disfrutemos esta noche, ¿si?.—acaricié su mejilla y él no hizo más que suspirar y continuar con el camino. No iba a arruinar mi ultima noche con él. Traté de hablarle de otra cos
—Señor Hartman.—me sorprendió verlo del otro lado de la puerta cuando me dispuse a salir del baño.—Mi hijo me dijo que estabas aquí.—traté de ocultar mi cara porque se daría cuenta de que estuve llorando y fijé la mirada hacia mis pies.—Lo que hiciste allá afuera fue excepcional, tienes mucho talento.—Muchas gracias.—sonreí.—Isa...¿te puedo decir así?.—Sí, claro señor Hartman.—levanté la cara y él me sonrió.—Quizas hayas notado que te he estado observando en toda la noche.—asentí evadiendole la mirada.—Tienes excelentes modales, tu vocabulario es perfecto, posees una habilidad increíble con los instrumentos musicales...—volví a bajar la mirada.—Cuándo escuché tu apellido traté de recordar en