Bella durmiente

Podía pasar horas viéndolo dormir y no me cansaría jamás, el condenado hasta dormido lucía guapo y no entendía como rayos lo hacía. Reí ante mis pensamientos y me tenté a darle besos por la mejilla.

Gruñó y luego lo escuché reír, reí también y continué con mis besos hasta llegar a sus labios quedándome ahí un rato robándole piquitos.

—Eres el mejor despertador que puede existir.—murmuró con voz ronca.—Buenos días...

—Buenos días...—besé de nuevo sus labios.—Quería dejarte dormir un poco más, juro por dios que no te iba a despertar hasta dentro de una hora pero no pude evitarlo.—se echó a reír y me atrajo hasta él dejándome sobre su pecho.

—Ojalá pudiera despertar así todos los días...no d

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