—¿Decías?
Me aclaro la garganta.
—Necesito que me hagas un último favor.
—¿Tiene que ver con Lea Davis?
Silencio.
—No me toques los huevos, Preppy, sabes que sí.
Suelta un largo suspiro.
—Y ahora qué es lo que quieres.
Camino hasta mi cama y agarró con fuerza la almohada en donde Lea había descansado su cabeza, la llevo hasta mi rostro e inhalo su aroma fresco aun.
Bruja.
—Quiero saber más a fondo de ella, dónde vive,
LEA Cuando los hombres de Enzo me dejaron frente al departamento de Alana, actué como si de verdad entrara y luego de verificar que se marcharan tras pasar media hora, salí, hacía frío y tenía el corazón herido con todo lo ocurrido, faltaban pocas horas para que amaneciera y decidí sentarme en la banca del parque, devanándome los sesos por encontrar una salida del hoyo en el que me metí yo sola, y sintiéndome miserable por el tipo de madre que le esperaba a mi bebé. Han pasado tres horas desde que tanto Corban como Enzo me dieron una patada en el culo, mi piel quema, y sigo con un nudo atorado en mi garganta, el mar de lágrimas que contengo en mis ojos sigue molestándome, si me ponía a pensar mejor las cosas, no había mucha diferencia entre una vagabunda y yo. Me duele saber que incluso un hombre como Enzo no sintiera
ENZO —¿Es una jodida broma? —No. La culpa comienza a joder sobre mi espalda, era increíble el hecho de todo lo que sufrió Lea, cuando escuché las palabras del marica de Corban, pensé que quizá eran solo mentiras para herirla, pero eran reales, veo la foto de su hermana mayor y sin duda es más mi tipo, es más hermosa que Lea e incluso su encanto y elegancia sobresale del papel fotográfico, todo lo contrario de Lea, que es más sencilla, tierna e inocente, bella pero de un modo más noble. Pero eso ya lo sabes ¿no? —Lea Davis está hasta el cuello por culpa de su madre y hermana, quienes al parecer hace dos años gastaron medio millón de dólares y le pasaron
ALANA Veo el cuerpo desnudo que yace sobre mi cama a un costado de mí, y las tripas se me retuercen de solo volver a reconstruir lo que había pasado anoche después de dejar a la pendeja de Lea en ese club, el sexo con los hombres no me iba tan mal, pero mi orientación sexual era más por parte del lado femenino, llevaba años masturbándome mientras mi supuesta mejor amiga era la protagonista de mis fantasías sexuales. Aún recuerdo ese día en el que estaba a punto de declararle mi amor y ella solo salió de su departamento, me abrazó y me contó que había iniciado una relación con Corban Smith. Me rompió el corazón, solo me desechó como a un perro callejero por un pito caro, después de ese día ya casi no salíamos juntas, Corban era un hijo de puta posesivo, celoso y manipulador hasta la medula, y Lea siempre ha sido una ni
LEA Cuando abro la puerta de golpe, me paralizo por completo ante la visión que se despliega delante de mí. Ver a Dylan y a mi mejor amiga Alana preparar el desayuno, solo me confirmaba que entre ellos estaba creciendo la química, cosa que me pareció fenomenal, ella se merecía ser feliz, después de todo lo que ha hecho por mí, era lo mejor. —¿Interrumpo? —inquiero tratando de que no se den cuenta de mi deplorable estado sentimental. Alana gira de golpe y al verme abre los ojos como platos. —¡Carajo! —suelta el mango de la sartén sin que le importe haber hecho saltar ligeras gotas de aceite sobre la cocineta, y se dirige hasta mi para envolverme en sus brazos—. ¿Qué te ha pasado? ¿Ese hijo de puta te ha hecho algo?
Giro y mis ojos se anclan sobre un chico apuesto, me parece haberlo visto en algún lado pero mi cerebro adormecido no parece recopilar con éxito esa información, sus ojos avellana, su tez clara, cabello alborotado rubio oscuro, y sus ligeros pero aun así notorios rasgos ingleses, hacen que me quede embelesada con su aura masculina y salvaje, Sin duda es muy guapo, la clase de tipo que también es peligroso, lo puedo ver en sus pupilas. —¡¿Pero de qué hablan, jodidos locos?! —El grito de mi amiga me saca de mi ensimismamiento—. Llamaré a la policía. —Hazlo —el otro tipo apuesto encoje los hombros—. Solo perderás el tiempo y nos regalarás un poco de diversión, tenemos a toda la policía de San Francisco en nuestros bolsillos. —¡Bien, pues tomen lo que quieran y váyanse de mi departament
—Mientes —me tiembla el labio inferior. —¡No miento, y quería matar a ese maldito bebé porque si el nacía tú me ibas a apartar de tu vida, ya no íbamos a ser Lea y Alana contra el mundo! —Yo no sabía... —¡Pues claro que no, porque eres una idiota que va causando lastima al mundo, eres una puta, una zorra y ese bebé y tu deberían estar muertos! Una vez más deseaban la muerte de mi bebé, no me dolían las palabras punzocortantes de Alana hacia mi persona, pero que su padre, sus abuelos y ahora Alana le desearan la muerte, solo incrementan los niveles de mi dolor. —¡Ojala te mueras Lea Davis! Alana cerró la boca con el golpe que l
ALICIA Los rayos del sol chocan contra mi piel blanca y lo odio, pero decido ignorar esa ligera molestia cuando llego a la fortaleza Brzezinski, muero de ganas por lamer la enorme polla que he deseado durante varias semanas, no he follado con Enzo desde que estuvimos en Turquía cerrando un negocio hace dos meses, y mi coño implora por tan grande verga, deseaba que me estirara y me jodiera hasta gritar su nombre y que mis gemidos retumbaran por todas las paredes de tan mansión. Mi teléfono móvil no ha dejado de timbrar y yo decido rechazar cada una de sus llamadas, es mi madre, la vieja que trabaja para los Smith, si Enzo o Preppy se llegaran a enterar, el segundo no temblaría en meterme una estaca por el culo y luego tajar mi cuello. —Buenos días, señorita Campbell
LEA No tenía idea de por qué había dejado que Enzo; un tipo que claramente es mayor que yo y que apenas y conozco, me trajera al mismo lugar del que a tan solo pocas horas me había echado como si fuera una puta barata, pero estaba tan agotada y cansada de todas las tragedias que amontonadas se atoraban en mi vida, que me quedo quieta tal cual me dejó dentro de esta espaciosa habitación. No entendía quién era esa rubia vestida de colegiala, me doy una idea pero decido no indagar dentro de mi rebuscada imaginación. Decido quitarme los tacones mientras espero bajo la sombra de la incertidumbre, a saber qué pasara con mi vida, cuando el sonido de un maullido llama mi atención, viene desde la ventana, me asomo y al abrirla entra un hermoso gato negro con ojos azules, de un azul casi idéntico al mío, el felino ronronea cuan