No bajo a cenar en cambio me quedo en el balcón de la habitación que me asignaron leyendo el libro que me dejó Michael, habla sobre unos lobos que eran gemelos y encontraron a su mate en la misma chica, la compartieron y amaron por encima de todas las cosas aun cuando su Alfa se negó a aceptar que existía un tipo de amor diferente al que todos estaban acostumbrados.

Esos lobos huyeron con su mate a una manada donde fueron aceptados y conocieron a varias parejas así como ellos, donde descubrieron que la Diosa Luna bendecía con mas de una pareja a lobos que sabía que aceptarían a sus mates sin importar nada ni nadie, la chica a los gemelos les dio cachorros y aun que los gemelos no se amaban como mates su lazo era mucho mas fuerte que los de cualquier otro par de gemelos.

Cierro el libro, definitivamente no era lo que yo esperaba, dejo el libro sobre la mesa del balcón y miro la Luna que brilla con intensidad acompañada de las estrellas.

— ¿No puede ser o si?— susurro mientras continúo