Le creo, creo cada palabra que sale de sus labios, creo toda la sinceridad que refleja en sus gestos y la felicidad que emana de su ser. ¡Por Dios! Si dije que estaba dispuesta a aceptar mi castigo divino y abrir con los brazos abiertos al Karma, pero jamás me imaginé que mi castigo fuera mi pasado. ¡Mierda! Como tomaré fuerzas para admitir toda mi estupidez.
Sí dejé mi pasado es porque no quería que nadie sintiera lástima por mí o por no ser una carga para aquellas personas que me apreciaban de corazón, pero por lo que veo solo daño tras daño he provocado.
Lo único que quiero saber es como le digo Aidan que he decidido darle una oportunidad al corazón y que semanas atrás mi vida ha sido una extrema experiencia en traición y locura. Cómo l
***Nunca resulta lo que uno planea, ya que Óscar dijo «vamos al apartamento de Adara». Pero así no sucedieron las cosas porque él decidió venir a un bar conmigo. Obviamente no lo dejaré solo por nada del mundo y ahora menos que se siente desplazado e ignorado, piensa que ha perdido la mínima posibilidad de estar con la mujer que siempre ha anhelado mientras que yo he perdido todas las posibilidades de vivir cómodamente y humildemente.Lo he acompañado porque de igual manera la estoy pasando de lo peor, ya que me he quedado sin nada, me siento pésima, me siento sin vida, me siento más miserable que Óscar.Hemos bebido una cerveza tras cerveza, decidimos tomar hasta que estemos completamente ahogados, pero pensándolo bien,
(…)Aaahhh… Doy un grito placentero, me remuevo de un lugar a otro, antes de abrir mis ojos estiro mi cuerpo, doy un fuerte bostezo. ¡Qué rico! Me siento rejuvenecida. Abro lentamente mis ojos y me asombro al percatarse que no estoy en mi apartamento y menos en la habitación que me dio Óscar.Me levanto de golpe, restriego mis ojos una y otra vez, para ver si estoy encerrada en mi sueño. ¡Mierda! Es real. Aaay… Duele, me pellizco el brazo y duele.¿Será que me secuestraron? ¿Será que me vendieron? Ooohh... Por Dios, ¿Será la mafia? ¡Bata Adara! Estás muy paranoica.—Buenos días —una voz reconocida da dos golpes en la puerta y entra.
Es más que obvio que no le daré la espalda a Kiara y menos por todo lo que yo he provocado, pero eso no quiere decir que no tendré una charla pendiente con el invivible de Ryan. Ya ni me importa si se molesta con la relación que he iniciado con Óscar, pero por otro lado me pongo a pensar que es lo que haré con el nuevo regreso de Aidan en mi vida.¡Adara concéntrate en la relación de Óscar! Será posible que mi subconsciente tenga razón o me tengo que dejar llevar por lo que mi corazón siente y declara.—Adara —dice en voz alta, sin preámbulo alguno me alcanza, toma mi mano y me hace girar, hasta quedar frente a él, alza ambas manos agarrando mi cara y me tira sobre su pecho y me besa. DuroSu lengua in
¡Por Dios! Esto es real o solo es un sueño, mi corazón se acelera a mil por horas y mis ojos brillan como un lucero. Trago grueso sin saber qué responder, me siento demasiada confundida y eso me hace ser la peor persona.No puedo estar con una persona, teniendo a otra a mi lado. Tengo que ser sincera con Óscar por qué en el tiempo de su lejanía he aclarado mis sentimientos hacia él, creo que no debo de estar con una persona que solo siento agradecimiento o un amor que no va más allá de atracción o pasión.Aunque con Ryan no tengo que hablar nada, ya que él se fue y comprendo que haya escogido a su familia por encima de lo que siente o quiere. No tengo que ser egoísta y tengo que pensar en los demás.—T
Ryan.Gracias a Dios que he llegado a tiempo, la impotencia se apodera de mí, acabando con mi sutil paciencia, a la mierda todos mis principios, no tolero ver ningún hombre cerca de Adara.Estuve tres benditas semanas fuera de mi país y no solo de mi país, sino del amor de mi vida. Desde que estuve en Rusia, no he dejado de pensar en mi dulce y bella Adara, lo importante de todo es que Paolo me ha dado cada detalle de lo que mi doncella ha estado haciendo, y cada vez que me cuenta que está con el cafetero o «el doctorcito».¡Mierda! Si no es el cafetero ahora es el doctorcito de cuarta, ¡por Dios!Desde el mismo momento que supe que había un
Ryan.Tengo que averiguar qué tan importante es el doctorcito de cuarta para ella, necesito saber por qué tanto apego hacia ella, porque le dolió tanto saber que yo soy el padre del bebé de mi Adara, y añadiendo lo que la doctora mencionó, quiero saber que problema psicológico tiene mi pequeña Adara.Pero algo sí tengo presente y seguro que procuraré que Adara olvide los momentos amargos que la torturan, con el fin de crear una vida llena de felicidad.Luego de salir del hospital tuve más de un solo debate con Adara, por el simple tema de que se venga a vivir conmigo. No le veo nada de malo que esté conmigo y ahora más que necesita muchos cuidados. Pero ella piensa que es una locura, ya que las cosas entre nosotros se tienen que arreglar y aclarar
¡Cállate Adara! Mi subconsciente me reprende. Creo que todo esto es por la maldita abstinencia de no tener una mínima pisca de sexo, y todo porque tuve una amenaza de aborto.—Te amo… —sonríe—pero no quiero que te suceda nada a ti y menos al bebé.—Entonces no salgas en paños menores —grito.No se imagina lo sensible que me encuentro en este momento, pero esto es culpa de las hormonas.—En esta semana te llevaré nuevamente con la doctora… —da media vuelta y se encamina a la habitación con una sonrisa de oreja a oreja.Kiara.No he dejado de trabajar como una mula, porque Ryan me regres&o
(...)Un mes después de estar viviendo en casa de la playa, la misma casa en la que Ryan y yo hicimos más que un simple sexo. Decidimos venirnos desde el mismo momento en el que Óscar me llegó a buscar al apartamento. Apresure la mudanza para evitar la fatiga de ambos, no quiero que Ryan se ponga de mal humor, y que haga algo que no quiero y menos deseo que haga.Una hora antes de la mudanza fui a casa de los Gallagher, fui en compañía de la sombra, ya que no quería que la presencia de Ryan los incomodara. Ese día me puse los huevos completos y decidí dar mi cara y no huir como siempre estoy acostumbrada.Quise entrar a esa inmensa casa, pero lo primero que vi fue un letrero que decía «