Hace un momento me enfurecí porque el maldito cafetero le gritó y le habló mal a mi mujer, ¡Claro! Adara es mi mujer y mi novia, desde hoy en adelante, y por eso no permitiré que ningún maldito malnacido le hable mal a lo que es únicamente mío. Y eso va con Arlen, me da gusto de verla, pero solo como una amiga o una chica conocida, pero al escuchar como se expresa de mi novia, mmm… Eso no lo voy a permitir, he dicho una y mil veces que nadie y nadie es nadie, hablara mal de mi novia.

—¿Qué relación tienes con la señorita Adara? —se acerca mi madre.

Lo bueno es que Adara y mi hermana han salido de la fuerte mirada de mi madre y de mi padre, y solo por eso le agradezco mucho a mi hermana, por haberse llevado a mi dulce Adara.