Kader retuvo el aliento mientras los tres caballos se alinearon y el aire golpeaba duramente en sus rostros. Era indudable que el curso del aire ahora mismo estaba en contra de ellos, y eso sería mucho más beneficioso para él.
Estaba acostumbrado a ir en caballo esquivando obstáculos, ir contra la corriente del agua, y batallar con un solo brazo mientras cabalgaba. Sin embargo, esta carrera estaba haciendo que su corazón palpitara con dureza en su pecho, incluso colocándolo más nervioso que cuando tuvo que enfrentar a miles de hombres.
Giró el rostro hacia Nadia, quien se amarraba las cuerdas en sus muñecas y sujetaba con sus piernas el caballo para darle estabilidad a su cuerpo. Podía incluso ver la vena que latía en su garganta, y podía sentir que su cuerpo vibraba en anticipación.
Un escalofrío burdo recorrió su propio pecho en el momento que Eysan se detu
Nadia iba caminando por los pasillos a los que Kader tomó en rapidez para que en el palacio no se dieran cuenta de su condición. Sus pasos eran rápidos y al momento en que llegaron frente a la habitación de la chica, ella se apresuró a entrar para no enfrentar al príncipe.—Escucha… —él tomó su brazo haciéndola girar.Nadia dejó la puerta medio abierta y le hizo frente sabiendo que iba a pedir cualquier barbaridad, y ella ya estaba lo suficientemente enfadada.—¿Qué vas a pedirme? ¿Qué me arrodille ante ti y te haga reverencia durante el resto del día?El ceño de Kader se frunció notablemente mientras la adentró a la habitación, podía notar la acotación de amargura en su voz.—¿Por qué me hablas así?—Lo siento, majestad, se me olvida a cad
—Debemos ayudarlo… —las palabras de la reina estremecieron el cuerpo de Kader.Tenían más de media hora reunidos, en ese salón donde acostumbraban a tener sus reuniones secretas, junto a los generales más influyentes, y por supuesto, Fais.A su lado estaba el general Radí, a quien consideraba como su mano derecha y amigo. En los últimos meses había estado en una misión que el mismo le comisionó en los límites de Angkor; algunas murallas se estaban levantando para proteger las fronteras, y aunque la paz estaba instaurada en su nación, no podían aflojarse porque siempre iba a levantarse un traidor en algún espacio de tiempo.Kalil colocó sus dos manos en una pirámide y mirando a Basim soltó el aire. Conocía las miradas, y por supuesto sabía que entre ellos dos siempre hubo un acercamiento como ningún otro. Basim er
Un suspiro lento y pesado salió de la boca de Nadia, el cielo ya se estaba tornando entre rojo y amarillo, y las nubes estaban aglomerándose encima de ella. Toda esa carga desesperada que estaba comiéndose su vida, la hicieron derramar otras dos lágrimas mientras movía sus piernas lentamente.El que Kader la ignorara, era peor que sus indirectas estúpidas. Y ahora realmente no sabía qué hacer cuando él había pasado de ser su molestia, a su mayor comodidad.Le gustaba mucho, incluso lo quería, y no tenerlo a su lado le hacía padecer un suplicio inconstante.En un momento ante su flote, Nadia dejó de mover sus manos y pies, y se dejó hundir lentamente en el agua. Su cuerpo sin movimiento fue descendiendo lentamente mientras mantenía los ojos cerrados, y disfrutaba por un momento de este silencio grave, que se gestaba dentro del agua.Sabí
—¿Es mi impresión, o estás perdido en el mundo? —Kader escuchó la pregunta de Radí y su sonrisa se ensanchó por toda su cara.Estaban en su carruaje, a unos minutos de la casona donde estaba viviendo Amin Atagül con su hermana, y no pudo hacer otra cosa que pedirle a su amigo el general, que lo acompañara en estos gajes, que literalmente estaba obligado a cumplir.Estaba distraído, no lo podía ocultar. Nadia no salía de su cabeza ni un bendito segundo, y con cada nada que veía, todo le hacía recordar en cada momento que podía compartir con ella.«¿Qué iba a hacer ahora?», ni siquiera él lo sabía. Pero de lo que estaba seguro es que un montón de consecuencias estaban en su espalda por todas las estupideces que había cometido. También estaba la parte que le jodía la existencia, y er
—¿Estás segura de que escuchaste bien? —Amin caminaba de un lugar a otro con total preocupación mientras su hermana estaba estática viendo hacia las afueras de la biblioteca.—La cara pálida del rey comprobó que lo que escuché era real… Kader le dijo que no permitiría que ella se comprometiera con ningún hombre, dijo que la quería para él.El hombre pasó un trago y fue en busca de su vaso, tomando el líquido de golpe.—Pensé que se odiaban… es… es tan extraño que el príncipe pueda interesarse en Nadia.—Yo estoy igual de sorprendida, incluso molesta. ¿Qué le pasa? ¿Acaso se ha vuelto loco? —Eysan se dio la vuelta y Amin pudo ver que el tema le estaba afectando más de lo que pensó—. ¿Cómo puede pensar que se unirá a una mujer que
Nadia lo observó por largo rato mientras Kader rozaba sus labios con los dedos. Aún no podía creer que estuviera escuchando esas palabras de su parte, ni siquiera pudo pronunciar una aceptación para confirmarle que ella estaba más que dispuesta a aceptar su propuesta.Quizás la impresión estaba calando en su duda, mortificando su esperanza, y por supuesto, arruinando este momento mágico que jamás pensó llegaría para ella.Era imposible que ahora mismo pudiera ser razonable sin dejarse envolver por este momento irreal que estaba viviendo. Lo único que confirmaba que estaba aquí, y que era Kader frente a ella, era ese corazón que martillaba fuertemente contra su pecho. Podía escuchar el palpitar en sus oídos, podía sentirlo en su garganta, de hecho, podía sentir que el mundo entero vibraba en uno solo junto a ella.Abrió su boca, con
—Nadia es la chica más hermosa del palacio —un silencio incómodo se instaló en el momento en que Zaid de cuatro años, expresó su pensamiento a las mujeres en la biblioteca.Sin embargo, la risa conciliadora de la reina, menguó un poco la tensión.—Zaid está enamorado de Nadia… —explicó Saravi abrazando el cuerpo de su hijo—. Y la ama con locura.Eysan sonrió asintiendo y aprovechó en pasarle la mano por el cabello del niño.—Eres un caballerito, ¿No es así? —preguntó la rubia tomando las mejillas de Zaid, y haciendo que Nadia se sintiera fuera de lugar.Como pudo dio unos pasos.Si le preguntaran ahora mismo si quería estar aquí, la respuesta sería un rotundo No. A pesar de los niños, y, a pesar de Saravi, que se veía bastante cómoda con la
—¿Estás bien? —Kalil le preguntó a Saravi justo antes de salir de su habitación.Faltaban unos minutos para que se abrieran las compuertas de los muros del palacio, y él debía estar en el patio principal, para darles la bienvenida a los cortesanos que quisieron asistir a la gala.Muchos ya estaban en los salones, abarrotándolos un poco, pero estaba tranquilo de que en el control que forjó Basim, abrían ojos por todos lados en el palacio.Muchas áreas se habían restringido por cuestión de seguridad, pero lo que tenía su corazón un poco afanado, era la partida de Kader en la madrugada. Por alguna razón extraña podía ver que en cualquier momento le haría caso de quedarse, y si esto no pasaba, al menos le había prometido que llegaría solo hasta la frontera de Angkor, para inspeccionar y enviar a los grupos, al rescat