CAPITULO 5

Capítulo 5

Al llegar a la casa encuentro a Fiorela <<gracias Dios está sola >> grité en mis adentros

– Fiorela ya me quiero ir – digo algo molesta. Y ella rápidamente lo nota

– ok está bien me despido y nos vamos – dijo rápidamente

– Ok – esta fue mi mala idea. No debí venir

Mientras vamos de regreso a casa. No digo ni una palabra.

Mi furia era más grande que yo. Y agradezco que Fiorela no me diga nada. Al llegar a casa me desvisto. Me pongo unos shorts y una camiseta que me había traído de mi hermano y me siento a descargar toda mi molestia con un helado de chocolate.

Fiorela se sienta a mi lado. Con cara de. Te voy hacer una ronda de preguntas Laura

– Bien me vas a contar que paso – lanzo la primera. No se lo puedo ocultar

Le cuento lo que me dijo su primo. También le cuento lo que yo le dije y como había reaccionado cuando me agarró y me pego a el

– que estúpido que bien que se lo dijiste. Yo le hubiera partido la cara – Fiorela no tiene mucha paciencia. Soy testigo de eso

– Fiorela y si me quedo sin el trabajo – acabo de arruinar mi vida.

Le grite a mi jefe. Que el abogado más conocido de este país ¡NADIE ME CONTRATARA! Me grito mentalmente por lo bruta que he sido

–no eso jamás; hablare con mi tío si es necesario –

– no eso no, no quiero causar más problemas de todas formas. Él no me dijo nada acerca de despedirme así que me toca esperar hasta el lunes – le digo con esperanza fingida. Y queriendo también. Yo tener un poquito de esperanza

Damiano

El domingo mientras la familia desayunaba a mi hermana se le ocurrió una maravillosa idea. Y pregunto.

– Damiano y que tal Laura. Vi que la veías mucho es muy bonita no te parece – a veces no se calla

– Daliza si es muy bonita. y la veía porque se me hacía raro que mi asistente personal estuviera en mi casa comiendo con mi familia solo por eso

–Espera….¿tú qué? – casi se atraganta con el jugo de naranja

– Damiano hijo discúlpame por no haberte comunicado, pero fue tu tío quien hablo conmigo para el trabajo de la chica. y yo le dije de mi jubilación y que necesitabas una asistente – me dice mi padre.

Pero él sabe que odio que no me comuniquen las cosas.

– está bien papa tranquilo. No hay problema la señorita Villarroel hace un excelente trabajo y si me disculpan tengo que salir – me retiró de la mesa

Tomo  mi BMW y dirigió a casa de Fiorela

– tengo que disculparme y dejar de verme como un tirano prepotente o alejarme de ella para evitar que sufra

Laura

Sigo con los shorts de la noche anterior. Fiorela salió así que me quede sola limpiando. Tomo mis auriculares. Y me dejo llevar por el ritmo del merengue que retumba en mis oídos 

Abajo los dos primos se encontraron

– Damiano hola que haces tú por aquí

–vengo a hablar con la señorita Villarroel

– por Dios Damiano se llama Laura está arriba toma mi llave. Que si ve que eres tú dudo que quiera recibirte, pero suerte – Fiorela se despide de su primo.

Damiano

Llego al departamento. Y me encuentro a la señorita Villarroel. Bailando con la escoba. Tiene el cabello recogido. Unos rizos caen. Por su cara y su cuello. Tiene puesta una camisa con un girasol sonriente. Se ven tan joven. Tan frágil, tan niña. Y yo me siento como un monstruo. Un troglodita que no hace más que hacerla llorar. Miro su brazo y ya no tiene la venda. Lleva puesta un curita. Tienes los pies descalzos. Y son tan pequeños. Me encanta como luce 

<< ¡Mierda Damiano! >><< ¿Te encanta como luce? >><< ¡¿En qué diablos te has metido?! >>

Laura

Estoy concentrada bailando. Me he cambiado la camisa de mi hermano. Por una camiseta que me regalo. Mi hermana Anarella en un cumpleaños. Amarilla con un girasol sonriente en medio. Me encanta esta camisa.

Al darme la vuelta con mi gran pareja de baile. Me encuentro con el señor Di Francesco de brazos cruzados. Mirándome. Doy un salto al verlo me ha asustado. La escoba se me cae de las manos. Y me quito los auriculares a toda prisa. Y lo miro con los ojos entrecerrados. Puede que lo esté alucinado. Mi respiración y mi corazón pareen que han terminado de correr una maratón. Debido al susto que me dio. Recuerdo la ropa que llevo puesta. Estoy toda desaliñada, hecha un desastre. Horrible.

<<Bravo Laura bailando sola y casi desnuda podría ser peor >>

– pudo al menos llamar a la puerta. Claro si es que sabe lo que es eso. y Fiorela no está salió

– si se llamar a la puerta, pero tengo llaves – dice enseñándome y meneando las llaves en su mano – mi prima me las dio nos encontramos cuando venía entrando

<< voy a matarte Fiorela esta vez juro que lo hare >>

– y no vengo a ver a mi prima si no a usted –

¿A mí? El viene a verme a mí. Mi yo interior de divide en dos. Una parte quiere que tome la escoba y lo saque de aquí. Y la otra está dando grandes brincos de alegría. Y echando se aire con la mano porque está hiperventilando.

– ha pues creo que quedo todo claro ayer ¿verdad?– estoy optando por la parte de la escoba y sacarlo de aquí.

– vengo a disculparme por lo de ayer yo no quería ofenderla –

¿Disculparse? ¿De dónde ha salido eso?

– tranquilo no se moleste no me ofendió solo dejo las cosas en claro –

– por Dios no haga esto más complicado. Estoy tratando de disculparme y usted lo hace muy difícil recordándome. Que fui un arrogante y prepotente – me grita. Para luego frotarse la cara con las manos

– si fue un gran arrogante y prepotente. Y no me grite. Además, que le pasa que le hizo pensar que yo mantendría otra relación con usted que no sea laboral. Créame eso es lo que menos quiero – le grite también. Si él puede. Yo también puedo.

<<claro que quiero. Quiero que me toque los labios como la otra vez >>

– por favor señorita. Yo solo estoy tratando de enmendar mi error a tiempo. Y no causarle los mismos daños de ella a usted – dice con culpabilidad

– ¿a ella? ¿Cuál ella? –Pregunto.

Esto sí que esta fuera de lugar. El tiene unos cambios de humor que me desesperan. Cada vez que me habla. Lo hace como si estuviera hablando con el mismo. Como torturándose

 – sabe. Olvídelo lamento haberla molestado hasta mañana señorita me retiro buenos días – me dice. Y por su tono de voz creo que está molesto

 – esperé por favor ¿quiere tomar café? – digo algo dudosa

ESPERA. QUE HACES. EL TE GRITO LO RECUERDAS AHORA LO INVITAS A TOMAR CAFÉ. Me grita la parte que quiere que lo saque a patadas de aquí.

– sí claro, pero antes ¿podría saber que música es la que escuchaba? –

Ahora sí que estoy más asombrada. Muy asombrada. Y muy avergonzada. Quiere saber qué música estaba bailando. El me miro bailando.

 – si… si claro – eso Laura ahora tartamudea – merengue…. Estaba bailando merengue

– mi tía me enseño a bailarlo. Podría escuchar que canción era –

Le doy mis auriculares. Se los pones y le doy play a la canción. Solo la escucha y me mira. Nada más

– debe ser usted una muy buena pareja de baile

– No… yo nunca he bailado con nadie – no sé por qué le estoy diciendo eso. No es que estemos contándonos. Nuestras experiencias

– ¡¿Enserio?! me gustaría ser entonces el primero con quien lo haga –me dice asombrado y divertido

– yo… ejem. Si claro. Puede que si porque no – al parecer le divierte más hacerme pasar ratos de vergüenza. Porque aprieta los labios como oprimiendo la risa.

– Señorita Villarroel ya tengo que irme – me dice con una sonrisa ladeada

– No va a tomarse el café – le digo. Sin mirarlo. Y con las mejillas como dos tomates – bueno usted yo no tomo café

– no. Le pido me disculpe. Pero ya tengo que irme.

– Bueno – respondo con desgano. No quiero que se vaya

Lo acompaño a la puerta. Me despido sin abrazos ni toques. Ha sido mucho para un día.

Paso la tarde haciendo cosas en el departamento. Y hablando con mi padre. Miro el reloj y son ya las siete de la noche y Fiorela nada que se aparece. Preparare la cena para esperar a que llegue. Hare milanesas de pollo. Con una ensalada. La milanesa lleva su tiempo. Y tengo más que suficiente hasta que llegue Fiorela.

Escucho la puerta abrirse. Y risas. Fiorela entra con una chica. Y dos chicos acompañándola. Yo estoy toda llena de harina y con un delantal de cocina

– Laura hola

– te presento a nuestros nuevos amigos

– Lisa – dice señalando a la hermosa chica pelirroja. Ella me sonríe muy amablemente. Y yo le devuelvo la sonrisa

– y ellos son Harris y Miguel – ambos castaños y me saludan con una amable sonrisa

– hola chicos un gusto Laura –

– los invite a cenar. Espero no te moleste

– No para nada – digo algo apenada.

La verdad eso de hacer amigos no es muy lo mio. Pero la cena estuvo increíble. Los chicos son muy amables. Y estudiaran también en la misma universidad.  

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo