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Llegué a la casa, ahí estaba aún los chicos, estos estaban jugando en la play con Scarlette y Vicente estaba en la cocina haciendo algo. Al ver a Vicente mi corazón se estremeció, pero traté de mantener la calma, no debía de mostrar mis sentimientos delante de los demás. No podía hacerlo. Solo le dedique una mirada seria.

Pasé a la habitación y tomé mi celular, algunas prendas de ropa que entre en una pequeña mochila y lo esencial, un poco de sangre para beber y evitar que le encajé los dientes a Ashley. Pero la sangre estaba en la nevera, así que tenía que pasar por la cocina en donde estaba Vicente.

—Hola, voy a salir unos días —Le dije y busqué la sangre en la nevera. Estaba en una botella bien cerrada, esta era enorme.

—Eso está perfecto. &iques