—¿Y bien? ¿Qué tal te ha ido? —pregunta Débora con mirada interrogante mientras cocina tranquilamente.—Un día bastante agotador, no sabía que supieras cocinar —responde Julieta abriendo la heladera para tomar una botella de agua mineral.—Se te nota en la cara. He aprendido algunas cosas, y creí que una buena pasta sería oportuna para ayudarnos a arreglar las cosas después de un mal inicio —sostiene la muchacha picando las verduras con tranquilidad.—Sí… yo… lo siento, han sido unos días algo difíciles, no debería haber reaccionado de esa manera —se disculpa la modelo sentándose en uno de los taburetes situados alrededor de la mesa.—En realidad yo no debí haber sido tan directa, debería haber tenido un poco de tacto y saber que no podía hablarte de algo así de esa manera, fui muy brusca —reconoce Débora con aparente tristeza.—No puedo culparte por eso, solo dijiste la verdad, y probablemente lo que la mayoría de la gente piensa —resopla Julieta con la cabeza gacha no muy conte
—¿Estás seguro de esto, amigo? —pregunta Daniel acomodando la corbata dorada con líneas plateadas de su amigo.—¿Por qué no lo estaría? Es la mujer que amo, es lo que quería hacer hace diez años, pero que no lo hice por idiota —responde Ariel sin una pizca de duda en su decisión.—Entiendo todo ese… romanticismo, pero yo me refiero a que ella va a morir, ¿Qué harás cuando eso suceda? ¿Vas a casarte solo para enviudar en quizás menos de un mes? —cuestiona el amigo con evidente preocupación.—Sé que es difícil de entender, todos lo ven igual, pero no entienden el amor que nos tenemos. Y esto es una forma de hacerla feliz, ¿Crees que por estar casado sufriré más? De solo pensar que me será arrebatada se me parte el alma, y por eso quiero hacer todo lo posible para que sus últimos días sean los mejores de su vida —expone el empresario con la mirada brillosa por las lagrimas.—Tienes razón, yo estoy siendo un padrino terrible. Este día debería ser el mejor de tu vida, el mas feliz, el
—¿Y qué te parece? ¿Te gusta? —pregunta Pablo con mirada interrogante parado en medio de la sala de su nuevo piso en Barcelona.—¡Es impresionante, es por lo menos tres veces más grande que el mío! ¡Y todos estos muebles son hermosos, esto debe salir una fortuna! ¿Estás seguro que todo esto es necesario? —consulta Julieta algo preocupada de que se esté despilfarrando dinero innecesariamente. —No tienes que preocuparte por el dinero, de hecho nunca mas deberás pensar en el dinero, o preocuparte de cuánto gastar —afirma el futbolista con una gran sonrisa confiada en el rostro.—No creo que debas tomártelo tan a la ligera, que ahora cuentes con un buen sueldo no significa que debas malgastarlo —advierte la modelo a quien nunca le han gustado los excesos.—No seas tan aguafiestas, desde ahora no hay limitaciones para nosotros. Lo que quieras será tuyo, solo tienes que pedirlo —asegura Pablo alzando las manos a los lados de su cuerpo para enfatizar lo que está diciendo.—No te pediré
—¿Cómo sigues, amigo? —pregunta Daniel entrando en la oficina de su compañero con cautela.—Estoy bien, o lo mejor que puedo estar al menos —responde el empresario encogiéndose de hombros mientras intenta concentrarse en la pila de papeles que tiene sobre el escritorio.—¿Aún no has tenido noticias sobre Esmeralda? —consulta el amigo tomando asiento trayendo otro par de carpetas.—No, es como si la tierra se la hubiese tragado. Ni siquiera se ha comunicado con sus padres, no entiendo por qué lo ha hecho, estábamos a punto de cumplir nuestro sueño —reclama Ariel echándose hacia atrás en su asiento soltando un largo suspiro cargado de frustración.—Está bastante claro que lo hizo por amor, no quería verte a ti y a sus familiares sufriendo, fue algo muy noble de tu parte querer casarte con ella, pero estaba a la vista de todos que ibas a salir muy mal parado una vez que ella ya no estuviese —determina Daniel atreviéndose a decir una verdad que nadie mas quiso expresar en voz alta.—
—¿Así que Ariel ha vuelto? —pregunta Alicia a través del teléfono extrañada de la noticia.—Si, no esperaba que volviera tan pronto, la verdad es que no sé qué pudo haber sucedido para que haya regresado —comenta Carolina tan sorprendida como su aliada.—¿Ya habrá muerto la moribunda? —consulta la señora Steinberg paseando por su colorido jardín al que un grupo de cuatro jardineros están dejando a su gusto para el evento que piensa organizar.—No, no lo creo, he estado revisando las necrológicas de un diario de ese pueblo, y no ha aparecido su nombre. Quizás se pelearon o se dio cuenta de que no tenia sentido involucrarse tanto con alguien que va a morir —comenta la empresaria sin poder imaginarse otra razón por la que esos dos se hallan separado —Lo que haya sucedido no tiene mucha importancia, si él ahora está aquí y ella allí, significa que ya no volverán a estar juntos. Así que no deberemos preocuparnos por ella, ¿Qué hay con la modelo? —consulta Alicia contemplando de cerca
—¿Y qué tal están tus Calamares a la Andaluza? —pregunta Pablo mirando con curiosidad a su compañera que ha pedido ese plato para probarlo.—Están muy buenos, aunque sigo sosteniendo que podríamos haber ido a un lugar más económico, va a salirte un riñón esta comida —reclama la modelo que de todas formas disfruta del sabor de ese plato.—Y yo sigo sosteniendo que debes dejar de preocuparte de esas cosas, disfruta de todo esto sin culpa, nos lo podemos permitir. De hecho podríamos almorzar y cenar cada día aquí sin ningún problema —sostiene el futbolista comiendo del salmón que ha pedido. —Cocinar no es un crimen, y mucho menos en la hermosa cocina que tienes en tu departamento. Aunque la economía nunca ha sido tu fuerte, eres de los que creen que tener dinero en el bolsillo significa que hay que gastarlo —reprende Julieta mirándolo con severidad.—La cocina tampoco es mi fuerte, aunque tu comida siempre ha sido tu fuerte, aunque no porque lo hayas sacado de tu madre —bromea el fu
—¿Qué quieres de mí? —pregunta Alicia sentada a la mesa de la habitación del hotel con la mano apoyada sobre su abdomen que aun le sigue doliendo.—Solo quiero lo que me pertenece, cariño. Me prometiste amor para toda la vida, pero solo trataste asesinarme junto a tu pobre familia —reclama el hombre con tranquilidad bebiendo un trago de Bourbon.—¿Mi pobre familia? ¡Ellos se merecían eso por todo lo que me hicieron sufrir, por querer condenarme a ser una pobre pueblerina que nunca tendría un futuro por culpa de ellos! ¡Y tú tampoco podías ofrecerme lo que yo quería, no eras más que otro peso! —declara la mujer con desprecio, sin un ápice de culpa.—Eres una mujer cínica, Alicia. Y dime: ¿Tu hermana también se lo merecía? —cuestiona Santiago mirándola con severidad al recordar a la pequeña niña que solía ir con ella a todos lados.—A veces uno debe hacer sacrificios, no podría haber llegado a donde estoy si hubiese estado cargando con ella. Tuve que tomar una decisión, y elegí vivi
—¿Aun estas aquí en la oficina? —pregunta Daniel mirando a su amigo con cierto reclamo.—Es mi lugar de trabajo, ¿En qué otra parte se supone que debería estar? —cuestiona Ariel sin siquiera levantar la mirada del informe que esta leyendo.—Pues, no lo sé, quizás en el estudio mirando cómo se ha retomado la campaña, debo decir que Julieta está tan hermosa como siempre —comenta el amigo señalando hacia la puerta en un intento de convencerlo de salir de esas cuatro paredes.—Pues pareces ser tú el interesado en verla, yo tengo trabajo que hacer, así que puedes encargarte de supervisar ese tema —sostiene el empresario sin deseo de encontrarse con la modelo.—Recuerdo que antes estabas muy interesado en supervisar la campaña en persona, de hecho de ser parte de cualquier cosas que involucrase a Julieta —presiona Daniel tomando asiento frente a su compañero que suelta un suspiro al ver que no se dará por vencido.—No me interesa, y probablemente se podría llegar a sentir incomoda de q