—¡No puedes estar hablando en serio! ¡Es una locura! —exclama Joel tomando a su compañera del brazo para evitar que baje del auto.—¡Una locura es quedarnos de brazos cruzados mientras tu dichosa amiga hace quien sabe qué ahí dentro! —protesta Lydia zafándose del agarre para entrar en el orfanato y saber qué está sucediendo.Soltando un suspiro de frustración, el Detective se apresura a seguir los pasos de su compañera. Si bien cree que es una mala idea, no puede dejarla ir sola, no le quedará más remedio que apegarse al plan de hacerse pasar por unos padres interesados en adoptar.—¡Bienvenidos, Señor y señora Daffer! ¡Los hemos estado esperando! —los recibe un elegante mujer de traje negro con una amplia sonrisa.—No veíamos la hora de llegar, aunque si no es mucha molestia, antes de ver a los pequeños quisiera tener un recorrido del lugar para poder ver el lugar en el que creció el niño que llevaremos —pide la rubia con ojos suplicantes mirando a su alrededor con aparente curiosidad
—Espero que ya que hemos contado con su presencia, pueda acompañarnos en este recorrido, me gustaría escuchar de usted mismo cómo ha logrado llevar adelante este lugar —pide Lydia casi en un ruego poniendo su mejor sonrisa persuasiva para conseguir su propósito.—Creo que podría tomarme un descanso del trabajo —acepta Pacheco con una media sonrisa enlazando su brazo en el de la visitante.—¡Oh, pero que honor! ¡No perdamos el tiempo entonces! —exclama la seductora mirando a Martha que sorprendida ante la inesperada compañía de su Jefe tarda unos segundos en reaccionar y conducirlos hacia el patio en donde se escuchan los gritos y risas de los niños.—Desde que he entrado no he podido evitar preguntarme cómo logra llevar todo esto adelante, ya el mantenimiento del edificio ha de ser un gran gasto —pregunta Joel caminando al lado del Contador para evitar que se forme demasiada intimidad entre él y Lydia.—Como todo en la vida solo demanda una buena administración, si bien contamos con la
—¡No sé por qué crees que compartiremos esta información contigo, no eres nadie! —exclama Lydia bajando de su auto para hacer frente a esa mujer que se cree con las agallas suficientes para enfrentarla.—Porque podría haber terminado con su jueguito de infiltrados en cuanto los vi, pero en cambio les permití seguir adelante —replica Amanda con severidad en la mirada, dispuesta a pelear por lo que ha ido a buscar.—Si hubiese sido por ti, estarías metiéndote como una rata en su casa para buscar lo que yo logré conseguir —señala la rubia sintiendo verdadero rechazo hacia esa mujer, cada fibra de su cuerpo le indica que no debe fiarse de ella.—Y si fuera por ti te habrías metido en esa oficina en la que no había absolutamente nada, esa información la conseguimos entre los tres, por lo que creo que tengo derecho a ver lo que ese pendrive contiene —exige la policía mirando por el rabillo del ojo a su ex que se acerca hacia ellas.—¿Y por qué estabas allí? No creo que sea parte de la presun
—¿Qué has conseguido? —pregunta Lydia a través del teléfono en el baño del Café al que han ido para ver la información que han conseguido.—Nada, esa mujer está limpia, tiene un historial perfecto dentro de la fuerza. Así que es la encarnación de la Justicia, o es muy buena cubriendo su rastro —responde Emma desde su puesto de trabajo, habiendo husmeado en cada base de datos que ha estado a su alcance.—Me inclino más por la segunda opción, por alguna razón siento que sería un gran error confiar en ella, y mi instinto nunca se ha equivocado —murmura la seductora mirándose al espejo con seriedad.—Puede que solo se trate de una cuestión de piel, o de rivalidad, una no suele llevarse bien con la ex pareja del hombre al que está conociendo —señala la amiga con un tono burlón en la voz.—¡No es eso! Me trae sin cuidado que sea la ex de Joel, así como tampoco me interesa si a él le pasan cosas con ella, lo único que quiero es terminar con todo esto de una buena vez —sostiene Lydia poniendo
—Espero que una parrilla al costado de la ruta no te parezca poca cosa para ti —murmura Joel sentado a la mesa para dos en la parte exterior del local.—A esta altura comienzo a creer que tienes una imagen de mí que está muy lejos de dar en el blanco —replica Lydia sirviéndose un pedazo de carne de la tabla que le han traído.—¿En verdad? Estoy seguro de que no eres una mujer simple, una que pueda ser feliz con poco, sino mas bien una que está acostumbrada a los lujos, o mejor dicho a considerarlo como parte esencial de su vida —declara el Detective, consciente que está entrando en terreno pantanoso, pero esperando poder conseguir más información sobre ella al alterarla.—¿Intentas decir que soy una mujer superficial y materialista? Deberías ser menos directo en nuestra primera comida juntos —protesta la pelirroja tratando de ocultar el disgusto de ser tildada de esa manera.—Lo sería si fueses más comunicativa, pero al no serlo, no me dejas más opción que recurrir a mi poder de deduc
Las puertas del ascensor del exclusivo Hotel Be Hollywood se abren al llegar al quinto piso del hotel, revelando a una apasionada pareja besándose con ardiente deseo, un espectáculo que por suerte para ellos no tiene ningún espectador inesperado. Aunque si lo tuviesen probablemente no se percatarían.—Puede que sea el momento de continuar en la habitación, ¿No crees? —murmura la atractiva pelirroja al sentir la mano de su acompañante intentando pasar por debajo de su vestido verde esmeralda.—Sí, tienes razón, es solo que no pude evitar dejarme llevar, todo en ti me… enciende… de una manera que ni te imaginas —comenta el galán de cabello grisáceo que se obliga a hacer un esfuerzo casi sobrehumano para resistir el deseo de desvestir a esa bella mujer allí mismo.—Supongo que eso significa que tendremos una noche muy divertida —murmura la mujer con una sonrisa juguetona en los labios, la cual parece lograr excitar aún más a su compañero.Al entrar en la lujosa habitación el hombre inte
En el rebosante de vida Kika’s Club, un apuesto hombre de cabello corto oscuro y facciones marcadas se dirige hacia la barra en donde un viejo amigo lo ha citado para ofrecerle un trabajo prometedor. Pasar entre la gente de la pista del baile es todo un reto, sobre todo ante algunas manos femeninas que tratan de convencerlo de quedarse, a las cuales rechaza con una sonrisa cortés ya que lo único que le importa es el trabajo.—¿Te has metido en problemas de nuevo? —pregunta el hombre sentándose en la barra al lado de su amigo, que incluso con el look informal sigue pareciendo un abogado.—Yo no, Joel, pero uno de los idiotas a los que represento sí. Seguramente al igual que cada persona en este país ya has visto las fotos comprometedoras del Senador Reyes —murmura el hombre joven de cabello negro peinado hacia atrás.—¿Así que tienes que lidiar con eso, Ramiro? Creo que más que un Detective lo que necesitas es a alguien que haga milagros —comenta Joel con voz burlona pidiendo una cerve
Lydia inhala el relajante aroma del café que una joven mesera le deja junto a un par de medialunas, con un movimiento de cabeza agradece por el servicio sin quitar la mirada de su laptop. Tal y como esperaba, la carrera del Senador se hunde rápidamente, no solo ante las fotografías que ella ha publicado en su sitio web: Exponiendoinfieles.com, sino también ante las pruebas que un sinnúmero de amantes se atreven a publicar, siempre bajo anonimato claramente por temor a las represalias. —¡Ese hombre es un verdadero cerdo! —exclama disgustada la mesera al ver por arriba la publicación en la pantalla.—Sí, y pensar que ya muchos lo veían como el próximo Presidente —murmura la seductora meneando la cabeza con decepción.—Somos tan fáciles de engañar, resulta algo bastante desalentador —suspira la muchacha frunciendo los labios antes de acudir al llamado de otro cliente.La pelirroja sonríe complacida ante el efecto que su trabajo ha provocado, solo es cuestión de tiempo para que el nombr