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El otro Milano.

ROSE JONES

En la esquina cercana a la pared estaba una persona sentada en una silla, alrededor de su cuerpo tenía una cuerda gruesa que lo ataba y lo mantenía amarrado, su cabeza parecía balancearse de un lado a otro, casi parecía como si estuviera cantando o tarareando una canción en su mente.

¿Qué mier…?

¿Acaso estaba secuestrado?

Me acerqué frunciendo débilmente el ceño, la habitación era oscura, había una luz opaca en una esquina lejana que apenas iluminaba algo en la habitación, hacía mucho frio apenas había entrado y ya comenzaba a temblar aunque probablemente influyera a que mi vestuario dejaba ver mucha piel.

 Era un muchacho, no tan alto, de hecho creí que era un niño pero luego me di cuenta que parecía tener las piernas cortas al igual que sus brazos, sufría de enanismo o mejor dicho acondroplasia, me detuve frente a