XXVIII

28

Barbie.

ROSE JONES

No podía creer lo que me había dicho, me quedé sin aliento o… sin mente, ellos tenían un hermano encerrado en un lugar secreto de la casa; secuestrado, en cautiverio, aunque me explicara sus razones no podía entenderlas ni darles la razón, Edwin tenía un retraso mental no tenía la culpa de ser así, ¿Cómo podía existir gente tan cruel? Si ellos eran capaz de hacer algo así, ¿Qué más podía ocultar?

Definitivamente eran unos monstruos.

—Están enfermos —dije sin aliento— ¿cómo pueden dejar a un niño con retraso encerrado todo el día en este sitio?

Me partía el alma, sentía mis ojos comenzar a cristalizarse, es decir, yo más que nadie podía comprender ese sent

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