Algo en lo cual todos debemos estar de acuerdo, es que en el algún punto de nuestras vidas, todos hemos vivido bajo la inseguridad. Para muchas personas, esa etapa se intensifica en la adolescencia, como también hay casos de personas que viven toda su vida pensando en el que dirán. En nuestra vida nos toca vivir bajo una tormenta de inseguridades, la cual debemos atravesar y superar para mejorar y explotar nuestro potencial.

Existen momentos en la vida, en la que vivimos con el miedo de ser quienes realmente somos por diferentes razones o factores, hay cosas que son muy difíciles para todos, por ejemplo, para un gay, es salir del closet si tienes una familia muy cerrada de mente, para un travesti, es decirle a sus padres que le gusta vestirse acorde al género opuesto. Para un Drag Queen, es tener que decirles a sus padres que esa personificación femenina que tú creaste es tu voz o lo que realmente te gusta ser, para un transgénero, son las fuertes críticas que recibe y recibirá pese a la decisión que tomo. ¿Pero saben algo? Son cosas que uno debe hacer tarde o temprano en su vida, ya que es tu vida, tú no puedes vivirla complaciendo estándares absurdos, o ridículos que la sociedad les ha inculcado en la mente a muchas personas. Tarde o temprano tienes que ser lo suficientemente valiente como para atravesar esa tormenta de inseguridad, para liberarte…

Luego de clases, Francisco se encontraba en la casa de Danny, ya que ambos viven en la misma urbanización, solían visitarte muy seguido, para echar broma en la tarde, cosas normales que hacen los adolescentes.

-Danny, tengo algo que decirte.- Dijo el pelimarron algo nervioso por lo que estaba a punto de contarle a Danny.

-¿Y que será eso?- Preguntó Danny quien se extrañó por lo apenado que estaba Francisco.

-Veras Danny, hay una chica que me gusta mucho, se llama Amber, llevamos tiempo hablando, pero nada serio.- Expresó el pelimarron al pelinegro.

-Okey, me alegro que te estés viendo con alguien, eso es bueno.- Respondió el pelinegro a la preocupación que tenía su amigo.

-No es solo, es que la otra vez en el parrandón del Araguaney, ella estudia ahí, entonces me dijo que quería salir conmigo, y yo estoy pensando en invitarla a una cita para ver si se puede dar algo entre nosotros.- Dijo Francisco a su amigo, ruborizándose una vez mas por la pena.

-De nuevo, no entiendo que es lo que te da pena de eso.- Dijo el pelinegro en forma sarcástica.

-Es que no se, tengo miedo que las cosas salgan mal entre ella y yo, porque en verdad me gusta esa chica.

-Okey, primero que nada, en verdad tienes que dejar ese problema tuyo de siempre poner excusas, o cerrarte de una vez a las oportunidades, si en verdad te gusta, invítala a salir y espera que el tiempo decida que sucederá con ustedes, cero estrés.- Dijo Danny aconsejando a su amigo, pese a la inseguridad tan grande que él tiene.

-Tienes razón, lo haré. Espero que todo salga bien entre nosotros.

En eso, se escuchó el timbre en la casa de Danny, ambos fueron a ver quién era, ya que no esperaban más visitas, y ambos se sorprendieron al descubrir que se trataba nada más ni nada menos, que de Johana.

Johanna por su parte, también se llevo una gran sorpresa, ya que, no solo no esperaba que Danny estuviera con un amigo, sino que Danny le abrió la puerta y este se encontraba en unos shorts que le llegaban hasta la rodilla, de color azul marino de tela suave, este estaba descalzo y se encontraba sin camisa, cosa que dejó a Johana boquiabierta al ver los abdominales que tenía, pero el físico que tenía era increíble considerando la edad que tenia, se notaba que estaba muy bien trabajado. La espalda era otra cosa que también dejo sin palabras a Johana, puesto que era de las espaldas más lindas, marcadas y sexys que ella había visto en un hombre.

-Ho… Ho… Hola Danny ¿Cómo estás?- Dijo Johana haciendo un esfuerzo increíble por decirle algo a Danny, luego de quedar impactada por ver a Danny de esa manera.

-Bien ¿Y tu? No te esperaba aquí, lamento no haberme arreglado.- Expresó el pelinegro quien sonreía ligeramente mientras veía que Johana no le quitaba los ojos de encima a su físico.

-No te preocupes querido, discúlpame a mí por no haberte dicho nada, lo que pasa es que quería hablar contigo, pero no sabía que estabas con un amigo, lo mejor es que me vaya y hablemos mañana mejor.- Expresó la ojimiel quien no hacia ni un esfuerzo en disimular que estaba viendo intensamente a Danny sin camisa.

-¡No! Tranquila Johana, yo ya me iba. Estaba hablando algo con el, pero no te preocupes que no es nada importante, y podemos hablarlo mañana en mi casa, ya sabes Danny.- Expresó Francisco quien obviamente se dio cuenta de lo que sucedía, entonces para evitar que Johanna se fuera, decidió irse el a su casa.

-Bueno, entonces ¿De que es lo que querías hablar conmigo Johana?- Preguntó Danny quien cerró la puerta justo después de que Francisco se fuera, y luego iba a sentarse al sofá de la sala con Johana.

-Quería hablar contigo de que no quiero que haya más tensión entre nosotros por…- Johanna es interrumpida por Danny quien le dice: -Discúlpame un momento, es que creo que es mejor que me ponga unas sandalias y una camisa para recibirte mejor.-

-¡No!... Quiero decir, esta es tu casa y yo llegue sin avisar, no tienes que ponerte nada, tú tienes todo el derecho de estar como quieras en tu casa, así que no tienes nada de que preocuparte.

En ese momento Danny sonrió y rió un poco por lo bajo, ya que él sabía que Johana estaba más que perdida en su físico, así que para complacerla, decidió quedarse así.

-Está bien, me quedare así, disculpa por haberte interrumpido, puedes continuar hablando por favor.- Dijo Danny quien se volvió a sentar, y puso los pies cruzados sobre la mesa que estaba enfrente del sofá en el cual estaban Johana y el sentados.

-Bueno, que después de lo del beso, hubo mucha tensión entre nosotros y no quiero que eso vuelva a pasar. Si, yo sé que ya hablamos al respecto, y quedamos bien, pero es que tengo miedo de que si pasa algo igual otra vez volvamos a eso.

-Entiendo lo que quieres decir.- Dijo masculinamente el pelinegro mientras fruncía el ceño.

-¿Si me hago entender?- Preguntó Johana, quien seguía sin disimular en absoluto que estaba fascinada por ver a Danny sin camisa y en shorts, resulta muy placentero para algunas mujeres o homosexuales, ver a un hombre sin camisa y con un buen físico, en shorts y descalzo, ya que puedes ver más del sexy cuerpo de esa persona y a su vez disfrutarlo mejor.

-Sí, estoy totalmente de acuerdo contigo Johana, en verdad no me gusta que haya tensión o malentendidos entre nosotros, sobre todo porque yo disfruto mucho el estar contigo o hablar contigo.- Dijo en respuesta Danny a la pregunta de Johana.

-Me siento muy alagada por eso. Creo que ya es mejor que me vaya, porque eso era lo que quería decirte.- Johanna intento levantarse, pero Danny recogió sus pies de la mesa, los cruza y los mueve, mientras le toma la mano a Johana para impedirle que se vaya.

-Acabas de llegar, no me parece justo que tus padres te hayan traído desde tan lejos, solo para te vayas tan rápido, quédate por favor.- Le pidió gentilmente a Johana, y como ella estaba derretida por el, decidió quedarse, volvió a sentarse y se propuso comenzar una conversación con Danny.

-Bueno ¿De que cosa te gustaría que habláramos?- Le preguntó la ojimiel al pelinegro.

-Hablemos de lo que sea, quiero saber más de ti, así que puede ser de lo que tu quieras.- Le respondió el pelinegro a la ojimiel.

-Bueno por donde empiezo… Creo que ya lo tengo.- Johanna comenzó a contarle más sobre su vida, y de su proceso para llegar a ser una transexual, mientras que este le presta total atención a todo lo que ella le dice…