Bitácora personal
Doctora Abigail Valdemar
Lugar: Kuala Lumpur, Malasia.
Misión: Eliminación de críptido hostil a la vida humana
17 de julio
Viajé junto al resto de los equipos a la misión en Malasia, como era costumbre. Y, como también era costumbre, permanecí escondida la mayor parte del tiempo dentro de un laboratorio improvisado que habíamos montado en unas instalaciones que nos suministró el gobierno malayo.
—No es un íncubo —anuncié tras realizar un análisis de la muestra de tejido del críptido traída por Fort— ni ninguna especie de demonio o ente espiritual… bueno, a menos que ellos también tengan ADN.
—¿Encontraste un código genétic
Mi nombre es Lucilla y soy una traidora…Traicioné a mi especie y lo hice por amor. Por amor hacia un hombre que dedicó su vida a matarnos y que provenía de una familia de cazadores que, generación tras generación, se había especializado en darnos fin.Soy una vampira.Nací en Francia en 1705 hija de una prostituta y de padre desconocido. Mi madre murió de tuberculosis cuando yo tenía cinco años y no la recuerdo. Fui enviada al Orfanato LaMarche, dirigido por la madame del mismo nombre. Mis primeros recuerdos son de aquél lugar viejo y oscuro, de sus pasillos largos y los ventanales a través de los cuales veía el mundo exterior.No era un lugar feo o viejo, al contrario, se mantenía bastante bien gracias a las generosas donaciones de algunos filántropos muy ricos. Pero el trato que nos daban no era agradable. El Orfanato
Caí en un profundo sueño y perdí la consciencia. Durante tres días quedé en un estado de coma asolada por sueños extraños e incomprensibles. Hasta que desperté hambrienta y sedienta pero sabía bien que la sed y el hambre que sentía no se saciarían con agua o comida…Ruthven me había llevado entre oscuros callejones de París hasta la guarida de su logia vampírica, bien enclavada en la profundidad de los barrios más pobres, dentro de un edificio abandonado en el que nadie que no fuera un vampiro entraba nunca, porque los lugareños sabían bien que quien entrara allí sin permiso no saldría vivo.La mayoría de los miembros de la logia eran niños de la calle y algunas de las mujeres que yo había llevado hasta Ruthven cuando le servía de carnada. Entonces Ruthven me contó su historia y como &
Me llevaron a un viejo chateu que pertenecía a un Illuminati francés que a futuro sería ampliamente conocido. Me sacaron del saco estrellándome contra el suelo alfombrado del chateu. Allí removí la mordaza maldiciendo.—¡Malditos! ¿Tienen idea de quién soy? O mejor dicho que soy. Mi señor Ruthven los matará por esto a todos…Un latigazo en la cara me silenció. Cerré la boca y me froté la mejilla que sangraba con un fino corte mientras observé a mi agresor… un hombre de rostro agudo con ropa de aristócrata y una peluca blanca… el Marqués de Sade.—Ojalá sea usted desobediente, jovencita —me dijo— porque me encantaría disciplinarla.Sade era famoso ya para esa época. Había protagonizado varios escándalos y
Drácula llegó a Bretaña a mediados del siglo XIX más o menos como lo narra la novela de Bram Stoker, quien fue miembro de la sociedad ocultista Golden Dawn que se dedicaba a investigar lo paranormal y tenía amplio conocimiento de los vampiros. Así fue como Stoker contactó a Abraham Van Helsing quien le entregó los diarios y correspondencias de quienes había conocido a Drácula cuando éste se enamoró de Mina Harker, la reencarnación de su esposa muerta por los turcos siglos atrás. Esta es la novela que todos conocen y que hizo universal la historia de Drácula. No obstante la novela misma menciona al final como Drácula “muere” cuando poco antes de salir el sol Jonathan Harker le clava una daga de metal en el pecho y Drácula se deshace en nieblas… pero las dagas de metal no matan a los vampiros y Drácula es un poderoso mago capaz de de
Ahora sabía lo que querían hacer… traer a Moloc a la Tierra pero para ello necesitaban que encarnara en un cuerpo cuya materia fuera compatible con esta dimensión. Necesitaban que yo operara como su madre, como vientre sustituto para que él se volviera corpóreo y capaz de vivir en este plano. Sin duda el parto se daría inmediatamente y culminaría con mi muerte porque el demonio Moloc brotaría de mis entrañas destrozándome.Y así todo se preparó. Los Borgia se unieron al círculo de extraños monjes mientras Rasputín comenzó a realizar la invocación frente a mí, la misma extraña letanía que pronunció en Siberia en 1908. Me cortó el brazo y tomó algo de mi sangre con la cual dibujó un sigilo diabólico en el vidrio del espejo. La sangre brilló resplandeciente y el vidrio cambió por
Bitácora personalAgente Laura TalbotMisión: Detención de críptido hostil a la vida humanaLugar: Abadía Borgia (abadía abandonada situada en Liverpool) 1 de agostoHabíamos detenido a dos logias vampíricas de sus planes para la invocación del demonio Moloc a nuestra dimensión. Moloc, un antiguo dios pagano mesopotámico y, según se dice, padre de todos los vampiros, era famoso por destruir civilizaciones y definitivamente no era buena idea que nos visitara. Para ello infiltramos a Lucilla entre las logias a pesar del riesgo. Todos sabíamos, incluso Fort quien era el más reticente a dejar que su novia corriera peligro, que cualquier sacrificio era necesario en este caso pues el destino del planeta entero estaba en juego. Cumplimos la misión con éxi
Perdí el conocimiento y me desperté nuevamente. Sólo que ahora me encontraba en una habitación extraña que nunca había visto. Parecía un cuarto de hotel barato. Cuando recuperé completamente el sentido un hombre gordo y desnudo estaba a mi lado tratando de revivirme. —¡Gracias a Dios! —dijo— lo último que necesitaba era tener que explicarle a la policía por qué tenía a una prostituta muerta a mi lado. ¿Estás drogada? —¿¡Que!? —pregunté— ¿A quien llama prostituta…? —reclamé, pero luego me percaté que yo estaba desnuda también. ¿Había viajado a otro universo paralelo? —Devuélvame el dinero y me iré —dijo. No vi razón en discutir. Un fajo de unos pocos euros descansaban en el buró al lado de la cama y se lo entregué. El tipo salió del hotel y yo procedí a bañarme y luego a vestirme, si a eso podía llamarse “vestirse” ya que la ropa que me había quitado y que descansaba sobre la cama era una minifalda miniatura, un top ajust
—¿Talbot? ¿Talbot? ¿Estás bien? —me decía Fort. Yo estaba sobre el suelo en el pasto de un área suburbana con la noche estrellada sobre mí. Fort me daba algunas palmaditas en las mejillas y me ayudó a incorporarme. Lo más extraño era un equipo técnico de un camarógrafo y un sonidista que estaban filmando y granado todo. —Sí, estoy bien, lo siento. ¿Qué pasa? ¿Quiénes son ellos? —pregunté. Fort sonrió. —Parece que no conoces a Mike y Frank. Han estado con nosotros dos temporadas. —¿Dos temp… de que hablas? —pero recordé que debía estar en otro universo y pensé que lo mejor era seguir la corriente y luego averiguar todo para no llamar la atención. Fort y yo estábamos en una misión ordinaria, tal parece que alguien había llamado por un críptido que merodeaba el vecindario. Revisábamos callejones oscuros y áreas verdes con los técnicos siguiéndonos a cada rato, y más curioso aún Fort le hablaba a la cámara y explicaba cosas como “L