Pero de nada sirvió. Desperté sobre una cama de hospital en una habitación acolchada y… ¡con camisa de fuerza!
Empecé a gritar y gritar pidiendo auxilio. Una enfermera abrió la puerta con mirada severa y le dije que necesitaba hablar urgentemente con el encargado. Ella negó con la cabeza con gesto de que yo estaba loca. Casi una hora después llegó un médico psiquiatra a hablar conmigo.
—Srta. Talbot —me dijo— sabe bien que usted está aquí para que podamos ayudarla.
—Es que no entienden —respondí— provengo de otra dimensión —y tras decir eso me arrepentí inmediatamente. Sin duda no servía como argumento de mi cordura.
El médico me dio unas palmaditas condescendientes en el hombro.
—Sí, sí, sabemos que usted tiene todas esas locas fantasías de un mundo donde usted es mujer lobo y combate monstruos y vampiros salvando a la humanidad. Pero todo ello son alucinaciones, productos de su mente.
Por uno
Informe general30 de julio de 20…No soy de escribir mucho sobre mi vida privada pero creo que es importante mantenerlos informados como inversionistas que son y por el bien del Proyecto Armagedón.Recibí la visita de ella la noche anterior. Sucedía con frecuencia desde que heredé su presencia. Recuerdo bien aquel funeral de mi tío Lord Bartholomew Lovecraft III. Era lluvioso pero aun así había una multitud dándole el último adiós en uno de los cementerios más caros y aristocráticos de Bretaña. El párroco anglicano realizó los últimos ritos solemnes y lanzó agua bendita al féretro y este se hundió en la tierra mediante un mecanismo especial y el sepulturero lo cubrió con tierra enlodada. Mi tío me había nombrado su heredero y me legó sus título
Mi método de interrogatorio es tremendamente eficaz y Teillefer lo sabe. Por eso me lo pidió: —Lucilla, por favor, ahórranos tiempo. Retuvieron al lobo blanco entre varios agentes y lo encadenaron a la misma pared donde otrora estaba yo. Allí me le acerqué y extraje mis colmillos. Él se resistió pero no mucho tiempo. Los clavé en su cuello y le extraje la sangre. Sabrosa… la sangre de licántropo tiene un condimento especial. Pero lo importante del caso era la información que nos podía suministrar porque siempre he podido leer las mentes de quienes me alimento. A mi cabeza llegaron imágenes de la Segunda Guerra Mundial. Lo vi disparando contra tanques rusos en medio de la nieve y asesinando prisioneros judíos y gitanos con una afilada daga. Recuerdo bien la Segunda Guerra Mundial, me tocó vivirla. Mucha gente no lo sabe pero Hitler no sólo buscaba matar judíos y gitanos, también vampiros. Las SS tenían órdenes de matar a cualquier vampiro que
Bitácora personalAgente Laura Talbot2 de agostoProbablemente ningún vecino de Devon vio aquella noche de hace veinte años cuando un enorme agujero negro se abrió en medio del aire y expulsó de su interior, primero, a una misteriosa figura toda vestida de negro y rasgos orientales y luego a mí.La primera viajera en el tiempo que llegó algunos segundos antes que yo era una de las más temidas y eficientes sicarias del mundo vampiro. Se le conocía como Loto Negro y era una experta asesina, sigilosa y letal. Será una rival formidable.En el presente… o en mí presente… la Corporación Raven logró interceptar el punto de encuentro donde la Orden del Dragón utilizó los servicios de Loto Negro para viajar en el tiempo y concretar un plan cuyas repercusiones desconocíam
¿Por qué Loto Negro merodeaba por acá? Percibía su olor pero no podía ubicarla aún. ¿Qué estaba viendo? Horas después, como era de esperarse, llegó la policía a realizar las pesquisas por el cuerpo muerto del heladero. La tarde se estaba transformando gradualmente en noche. Los policías acordonaron la zona y alguien dibujo la silueta del cadáver en el suelo. Yo seguía observando todo desde lejos, en mi auto, haciendo uso de mi vista y mi oído superior. Los policías se veían desconcertados por los extraños rasgos de la víctima. —Debe haber sufrido alguna enfermedad extraña —dijo uno— talvez porfiria o algo así. —Miren quien viene ahí —dijo otro agente policial— ¿es el famoso concejal? —Sí. Un ricachón excéntrico pero con mucha influencia en el departamento. Miembro del concejo municipal, dicen que le pidió a los jefes que lo informaran siempre que hubiera un caso anormal como estos. —¿Es verdad que es una esp
Casi era como si saltáramos por todo lado posándonos sobre las estatuas, las bancas de piedra y los muros hasta que finalmente nos detuvimos sobre el techo del invernadero. Ella logró herirme en el brazo derecho provocándome un corte en la piel con un ardor doloroso, y colapsé sobre el techo de vidrio. Me hubiera ultimado de no ser porque todo el techo se resquebrajó y ambas caímos dentro. En el marasmo perdimos las armas. Ahora el enfrentamiento se tornó cuerpo a cuerpo. Ambas teníamos fuerza sobrehumana y los golpes que nos propinábamos o que lográbamos esquivar eran de dos expertas cinta negra en varios artes marciales. Un golpe de mi mano a su quijada, su puño en mi estómago, una patada en mi costado, un codazo a su rostro, su puño en mi quijada, mi pie en su esternón. Me dio una dolorosa patada en el abdomen y luego dos golpes seguidos en pecho y cara que casi me matan del dolor. Si fuera humana estaría muerta. Caí al suelo pero cuando se me acercó l
Bitácora personalAgente Laura Talbot4 de agostoReaparecí nuevamente en Devon y esperaba encontrarme con mi querida ciudad en términos normales. En cambio, me encontré con la sorpresa de que estaba casi totalmente destruida. Era de noche y los edificios estaban en ruinas, abandonados, en un estado lastimero de deterioro. Había basura por las calles y papeles viejos y arrugados que los removía el viento. A lo lejos se observaban humaredas oscuras e incendios no atendidos por nadie. ¿Qué pasó? ¿Fue mi culpa? ¿alteré el presente al alterar el pasado matando a Gévaudan?Un vehículo volador futurista llegó hasta mí. Parecía un helicóptero pero era mucho más aerodinámico y me iluminó con brillantes faros que me obligaron a cubrirme el rostro con el dors
Los verdugos removieron mi uniforme dejándome sólo la camiseta blanca y los pantalones, y me encadenaron los brazos a una cruz negra sujetando las muñecas juntas en la biga vertical de la cruz. También me colocaron un collar de perro atado a una cadena. —La poderosa y valiente agente Talbot —dijo la voz de Elizabeth Bathory, una de las vampiras más sádicas y psicópatas que existen… incluso para los estándares vampíricos. Caminó por la cámara con Lucilla detrás, sujeta por medio de una correa al cuello, con la mirada baja y los brazos juntos. —Lo siento por ti, Talbot —dijo Lucilla— siempre me alegré de que moriste antes de que vieras todo esto… Bathory se giró y le dio un sonoro bofetón. —Gracias, señora —respondió Lucilla. —¿Te di autorización de hablar, esclava? —No, señora —respondió Lucilla bajando aún más la mirada. Bathory chasqueó los dedos y Lucilla se puso de rodillas. Luego Bathory hi
—¿En verdad eres tú? —dijo una voz que reconocí, aunque sonaba cansada. Al lugar llegó Fort… veinte años más viejo. Rondaba los sesenta, estaba canoso, con el rostro surcado de arrugas. Vestía casi el mismo uniforme y se sostenía por un bastón. Había perdido el ojo derecho y en su lugar usaba un parche. —Sí, lo soy —dije. Los rebeldes dejaron de apuntarme y me le acerqué. Fort me abrazó y yo correspondí. —Me alegra tanto verte. Nunca pensé… es lo único bueno que ha pasado en veinte años. —Esto es horrible. ¿Cómo sucedió? —Es una larga historia. No vale la pena repetirla. ¿Crees que el vórtice se vuelva a abrir de nuevo? —Sí. Esta vez hacia el pasado, mi presente. —Les diré a mis chicos que te lleven al punto donde aparecerá el vórtice. Drácula no debe saber dónde es exactamente pero estarán patrullando la zona. —Estaré lista. Estuve en el Castillo Drácula y escapé. —¿Viste