Salgo de mis pensamientos al empezar a escuchar risas de niños. Me volteo para ver quiénes son y lo que veo me deja anonadado.—¡¡MAMI VOLVISTE!! —Dicen dos niños apenas entran al cuarto. Corren hacia Nicole, pero en el trayecto la niña se detiene y queda mirándome fijamente.¿Por qué mierda me siento nervioso con su mirada? ¿Por qué mi corazón empezó a latir tan rápidamente?Un segundo, ellos le dijeron "mami" a Nicole, entonces él es mi hijo Luciano…pero ¿Y la niña?Tiene los mismos ojos que Nicole, es tan parecida a ella que… me gusta.—Te presento a tu nueva debilidad Leandro Licciardi —escucho que dice Nicole. La miro confundida y agrega—. No estuve embarazada de un niño, estuve embarazada de mellizos… ella se llama Luciana Licciardi.Dirijo nuevamente mí mirada a la niña quien ya se encuentra muy cerca de mí, tengo una niña.Tengo una niña.Tengo una niña joder.—No me reconoces papá —¡ME DIJO PAPÁ!Me agacho para quedar a su altura y abro mis brazos, no necesite decir nada más.
"Me estorbas, así que quítate Nicole".Toda posible calentura se me paso al escuchar de sus labios aquellas palabras que tanto odio.Me dolieron sus palabras y juro que lo golpeare si algo más sale de su boca.- ¿Si tanto te estorbo que haces aquí? ¿Por qué estás en mi habitación?Alza una ceja y una sonrisa burlona adorna su rostro.—Te dolieron mis palabras ... ¿Cierto?Pa que te digo que no si, si- ¿Por qué piensas que me dolieron? —Cuestiono alejándolo de mí.Agarra mis manos subiéndolas arriba de mi cabeza. Se acerca tanto que nuestras respiraciones se mezclan y yo sólo puedo rogar para que esa maldita toalla se caiga.—Porque así como te dolieron mis palabras, así mismo me dolió tu maldita indiferencia —escupe con enojo.Con que eso era.- ¿Qué querías que hiciera? ¿Qué me importara más tu maldita llegada antes que a Liam? —El niega rápidamente—. ¿Entonces?—Con un ciao Nicole, juro que había bastado para no sentirme tan mal.Sus palabras hacen que una fuerte opresión se instal
Un mes.Liam empezaba a tener pequeños movimientos en sus dedos, su avance era lento, pero seguro. Había estado trabajando mucho en mi paciencia, porque eso era lo que necesitaría para este camino con mi bebe… paciencia, mucha paciencia.Dos meses.Ya no eran pequeños movimientos con sus dedos, ahora eran movimientos con sus manos y empezaba agarrar fuerza. Cada noche los mellizos lo visitaban para narrarle de principio a fin su día, Liam parecía muy entretenido escuchándolos y podía ver la tristeza en sus ojos cuando ya era la hora de dormir. Nos turnabamos con Leandro para dormir en su cuarto. Por alguna razón le daba temor irse a dormir.Tres meses.Empezaba a tener movimientos con sus brazos. Sus piernas aún no respondian pero con el tiempo lo harían y aprendería a caminar. Mi bebe mejoraba, cada día se veía mejor que el anterior. Leandro y yo empezamos a retomar nuestros trabajos. Fue una gran noticia para casi todos los periódicos del mundo el regreso del gran Leandro Licciardi
—100 razones para amarte —susurro leyendo el pequeño cartel que se encuentra al frente mío.Sonrió viendo el camino de carteles que hay. Empiezo a caminar leyendo uno por uno.1. Porque pudiste ver más allá de lo que todos veían en mí.2. Porque me aceptas como soy.3. Porque contigo aprendí el significado de amar.4. Me tienes paciencia.5. Porque haces las mejores m * m * d * s.Rio sin poder evitarlo, no es Leandro si no dice o escribe algo como eso.6. Porque eres una mujer fuerte, luchadora y soñadora… tengo que admitir que me gusta presumirte delante de todos, lo hago casi siempre.¿Cómo me puedo pasar de reír a llorar en solo un segundo?7. Por tu voz, porque me alegra todos los días cuando la escucho.8. Por ser mí amiga.9. Por ser mi novia.10. Por ser la madre de mis hijos.11. Por no dejarme.12. Por nuestros buenos momentos.13. Y por los malos.14. Porque haces que el problema más grave se convierta en nada.15. Porque haces de mis lágrimas, sonrisas.16. Porque me has e
—Y eso es todo… Acabamos —suelto un suspiro de alivio al saber que la cirugía fue todo un éxito.Cinco largas horas de cirugía, aunque no me puedo quejar, no es nada comparado con las que he tenido que hacer en estos últimos tiempos.Felicito a todo el equipo, y procedo a quitarme el vestuario que se requiere para una cirugía. Voy a mi locker en donde arreglo un poco mi cabello, y me perfumo para así no tener que oler tanto a hospital. Miro la hora dándome cuenta que aún tengo tiempo para visitar a Leandro en su trabajo y de paso, salir almorzar juntos.No hemos tenido mucho tiempo juntos estas últimas semanas, lo cual me preocupa, aunque todos estos años hemos venido fomentado la confianza y el amor más que nada, no puedo descuidar mi matrimonio y mi familia.Solo nos vemos en las noches, aunque hay días en donde ni eso, ha estado viajando mucho estos últimos meses por las nuevas sedes de su empresa en el continente Americano, ha abierto en México, Colombia, Argentina, Estados Unidos
Ella asiente y se va sin más, pasa por mi lado y me da una sutil mirada de arriba y abajo, solo sonrío.—Tenemos que ir al colegio de Luciano, acaba de pelearse con alguien y prácticamente inundo todo su colegio —cuando estoy dispuesta abandonar su oficina me detiene. —No era nada de lo que parece amore mio —escucho sus pasos acercándose.Me volteo —Te estaba haciendo masajes, unos muy buenos al parecer, tu cara de satisfacción lo dejo en claro, estaba restregando sus pechos a tu espalda y susurrándote cosas al oído, ¿Acaso no era eso lo que vi?—Sí, pe—pero no…Solo estaba casando y se ofreció a realizarme algunos masajes, no ha pasado ni pasara nada entre ella y yo…lo juro.—Eso mismo me dijiste hace años, ¿Quieres que te diga lo que paso?—Esa vez no lo prometí, ahora si te lo estoy prometiendo.Alzo mi mano para darle una sonora cacheta, mi palma arde, pero soy muy orgullosa como para hacerlo notar.—Esa —hago referencia a la cachetada—. Es por mentirme —lo cacheteo nuevamente—.
- ¿Enserio tengo que ir? —Pregunte molesto al subirme al auto donde ya se encontraban mi padre y Luciano.Trague fuerte al ver como con su mirada me decía todo. Es tan intimidante cuando se lo propone, aun con mis 21 años su mirada me da un poco de nervios.—Mírale el lado positivo hermanito.- ¿Y para ti cual es el lado positivo Luciano? —Preguntó Leandro viéndonos fijamente por el retrovisor.—Veremos a hermosas chicas bailando sensualmente —negué levemente sacando mi teléfono para revisar si tenía un mensaje nuevo.—Dos cosas —señale después de guardarlo—. Papá tiene esposa y ya está viejo —escuche una queja de su parte pero continúe—. Yo tengo novia.—Siempre se puede mirar —dicen al unísono.—Me gustaría saber qué opina mamá sobre esto —sonreí sabiendo que había dado en su punto débil.—No serias capaz —apuntó, encendiendo el auto y dando marcha a la academia estúpida donde iban mis hermanas—. ¿Qué clase de hijo eres?—El consentido de tu esposa y el que duerme con ellas dos vece
- ¡DALILA! —Escucho mi nombre en un grito, segundos después siento como me desestabilizo de repente por el gran peso que se instala en mi espalda.—Creo que habíamos hablado ya sobre esto —recuerdo, haciendo referencia a su delicada forma de saludar—. Terminaré sufriendo de dolores en la espalda al terminar la carrera, por Alá que eso no suceda.—No te vi en todas las vacaciones —reprocha Luciana bajándose y dejando libre mi espalda, lo cual agradecí internamente—. Deja tu dramatismo, ese es mi saludo donde te expreso cuanto te extrañe.—También te extr ...No pude terminar de confesar que también la había extrañado, porque una profunda voz se hizo presente.—Hoy te iras conmigo, no quiero que te tardes —parpadeo varias veces asimilando la situación.Es Liam.Liam detrás de mí.Liam lo suficiente cerca como para sentir el calor que emana su cuerpo y el olor de su colonia, mi nuevo olor favorito.Es la primera vez que estamos tan cerca.—Pensé que me iría con Luciano —la mirada de Luci