BRANDON
- ¿Estás bien? – indago preocupado ¿Cómo pude dejarme llevar así?
- Es solo un botón – sonríe inclinándose sobre mí, besándome, por un momento me pierdo en sus labios. Necesito hacer acopio de toda mi fuerza de voluntad para tomarla por los hombros y alejarla con toda la delicadeza que poseo – ¿Qué pasa?
- Tenemos que hablar
- ¿Ahora? – pregunta con voz seductora ¿Por qué es tan difícil? Daría todo lo que tengo por seguir, pero ¿Qué pasara después? Necesito saber, estar seguro de que es lo que quiere, que quiere estar conmigo de verdad, no por lo del bebé. Debe ver la duda en mi rostro, porque se inclina de nuevo. Con todo el pesar de mi corazón retrocedo evitando que me bese. Me mira extrañada
- Esto no es necesario – la confusión en su carita hermosa crece – lo sé todo, se por qué te casaste conmigo – agrego al ver que no me entiende, entonces se transforma frente a mis ojos, ahora sabe a la perfección de que hablo. Se para
¡Gracias por leerme!
ISABELMe quedo hecha un ovillo en la bañera hasta que entran los primeros rayos del sol. Como si no fuera suficiente encerrarme en mi habitación, me encerré en el baño, como cuando mis hermanos se enfrascaban en una discusión con papá, sobre mi… Mis músculos agarrotados protestan cuando me levanto, hago un par de flexiones y estiramientos para reactivarlos. La imagen del espejo me regresa una mirada cansada, quizá si duermo de regreso a casa disminuya la hinchazón, no quiero que la abuela me vea así. Me duele la cabeza, llorar y llorar hasta que se me acaban las lágrimas no deja nada bueno, pero simplemente no pude parar, contrario a lo que pienso, una solitaria lagrima se desliza por mi mejilla.Me detengo frente a la puerta cerrada, aterrada de enfrentarme a él de nuevo. Me acomodo el vestido cubriendo todo lo que podría verse sin el botó
BRANDONAcomodo todo en la camioneta y regreso por ella. Esta desayunando, la contemplo en silencio. Tenemos que hablar, quiero aclarar las cosas, pero en las maletas y preparativos se fue media mañana, sin mencionar que ella no está muy comunicativa que digamos. Ahora que sabe que lo sé todo, esta distante. Me paralizo al pensar que las cosas cambiaran entre nosotros, bueno, es obvio que cambiaran, pero no tiene que ser para mal ¿verdad? Al contrario, ahora que no hay secretos, todo debe mejorar, aunque para mi ya era perfecto.Vuelvo a salir con la intención de despejar mi mente. Me encanta este lugar, el olor a bosque, el clima fresco, es como estar en casa y aun mejor, con ella. Por un momento, dejo volar mi imaginación, pasar las fiestas en casa, con la familia, pasear por el bosque de la mano, mostrarle la vieja casa del árbol ¿seguirá en pie? Después de Angelica, opt&eac
BRANDON La disculpa se queda en mis labios mientras la suelto, sorprendido. Esto es horrible, no puedo creerlo. Debo confesar que mis hermanos y yo hicimos renegar a mamá de todas las maneras posibles, rompimos infinidad de cosas, perdimos el doble, desarmamos sin saber que no podríamos armar de nuevo electrodomésticos y un par de veces, terminamos en el hospital. Nos amamos, pero a veces, los juegos y bromas entre nosotros simplemente se nos salían de control. Pero nunca, jamás, hicimos algo como esto. Los blísteres de pintura que acomodaba con tanto cuidado están regados en suelo, los pinceles en el excusado y como si eso no fuera poco, el mensaje en las paredes, en el espejo. Un mural donde se tomaron la molestia de escribir “Puta” y “Zorra” con cada color. - Limpiare esto – tomo papel, pero la pintura ya está seca. Se deja caer llorando – Isabel – me agacho a su lado sin saber que decir. Sus manos tiemblan cuando recoge los envases de pintu
BRANDONEstaba tan concentrado en proteger a Isabel que no me di cuenta cuando llego. Cynthia lanza la caja con fuerza. En mi breve descuido, mi esposa corre hacia los restos de madera.- Ni siquiera sabes que me hizo y corres a defenderla – reclama Cynthia a la anciana- Discúlpate – le ordena como respuesta- Eres una egoísta – grita – ¡Isabel!, Isabel, mi nieta consentida – se burla – y cuando…- Ya basta – repite con tono firme, dejando en claro quién es la que manda en esta casa- Te vas a arrepentir – le dice a mi esposa al pasar a su lado y si yo la escuche, supongo que la señora tambiénIsabel recoge las tablas desoladas, intenta armarlas, pero hay pedazos del tamaño de palillos de dientes, no dudo que pueda reconstruirlo como un rompecabezas, pero definitivamente no será rápido. Me acerco a ella
ISABELQuisiera quedarme acostada, pero con el desfile de personas sacando todo, es completamente inapropiado. Guardo las cosas importantes en una caja, que irónico y patético, mi vida cabe en un recuadro de cartón de treinta por treinta. Daria todo lo que tengo por qué papá siguiera aquí, estoy segura que con él a mi lado, nada de esto hubiera pasado. Acepte la petición de la abuela (no sin antes intentar convencerla con todos los argumentos posibles para que cambiara de opinión) aterrada. Es increíble como cambian las cosas de un momento a otro, hace unos días estaba feliz de que iría a vivir al departamento con Alonso, ahora…Debo admitir que el apoyo de Brandon me dejo más tranquila. Pensé que se enojaría conmigo, que no aceptaría que nos fuéramos, que habría una larga y desgastante discusión al respect
ISABELInsiste en que entre en sus brazos y ya sea por cansancio o evitar una discusión, lo hacemos a su manera. Hace años que no estaba aquí. Fue un regalo al cumplir dieciocho años, con la aclaración de que me quedaría en casa, con él, con papá…. Aquí vienen las lágrimas de nuevo, o quizá no se han ido, quizá ya no piensa dejarme y en algún tiempo la gente invente una historia romántica al respecto, en lugar de la desgracia que me acontece.Durante este tiempo se rentó a una familia, el contrato venció hace un mes, se supone que este año, seria restaurado a fondo, para que, al regresar de nuestra maravillosa luna de miel, llegamos aquí, pero en estos meses, he aprendido que, a la vida, le importa nada lo que planeas, así que aquí estamos, en un hermoso departamento lleno de cajas (no
ISABELMe congelo al escucharlo, se supone que estaba del otro lado de la tienda, no es que estuviera haciendo algo incorrecto, ni nada parecido, pero sé por experiencia que se aproxima una colosal discusión por celos, infundados obviamente, solo es atento conmigo porque lo requiere su trabajo y me rio con él porque realmente es gracioso. Como si esto no fuera suficiente, el chico lo nota, es solo un segundo, pero noto el cambio en su expresión cuando mi esposo recibe las almohadas, le agradezco también y tomo la cobija que esta encima, es horrible, la vi extendida hace apenas un momento, pero no quiero entretenerme más y meterlo en un problema que no tiene nada que ver, podría perder su trabajo y no es justo. Tomo un enorme cobertor para Brandon, que atento, lo toma de mis manos también, agradezco evitando su mirada. El camino a las cajas es en completo silencio.
BRANDONHace años que no dormía en el suelo, pero no recuerdo que fuera tan cómodo. Isabel. Si, es por ella, estar con mi esposa le da un toque mágico a lo más mundano y trivial, ella lo hace especial. Me descubro la cara con la intención de abrazarla, pero mi mano solo encuentra las cobijas vacías. Cierro los ojos con fuerza, encandilado, debe ser medio día, la luz entra de lleno por las ventanas sin cortinas. Sin un solo mueble, el tendedero en el suelo es como una isla en medio del mar, la habitación parece inmensa.Esto seguro que por la noche debe ser una vista espectacular, pero ahora… ¡por Dios! Jamás había considerado importantes las cortinas. Dejo correr el agua hasta que sale limpia para lavarme la cara, no hay toallas, lo sé, debí pensar en eso antes, tampoco hay jabón ni pasta de dientes, hoy será un