BRANDON

Se encienden sus mejillas haciéndola aún más adorable. Por un momento me pregunto por qué se sonroja con cada cumplido, con el más simple comentario, es como si no estuviera a costumbrada, pero eso es imposible, es increíblemente hermosa, perfecta. Me arrepiento de pedirle que corte los vegetales cuando está a punto de rebanarse el dedo.

- Yo lo hare – me retracto cuando suelta el cuchillo apenada y retrocede – quiero decir, yo, yo – tartamudeo – yo te enseñare como hacerlo – tomo su mano y la acerco a la mesa de nuevo – de manera segura – agrego todavía más nervioso por increíble que parezca. No sé cómo, pero logro hablar, explicarle la teoría. Mi mano tiembla al ponerla sobre la suya – eres bastante buena

- ¿De verdad? – sonríe emocionada

-Si, podrías trabajar conmigo, ya sabes, si te aburres de pintar, aunque en eso también eres maravillosa – sus mejillas se encienden haciéndola aún más (si, aún más) adorable y esta vez no puedo re